Hacemos un repaso a las averías más habituales durante el invierno y os damos pequeños trucos para poder evitarlas.
Por lo general durante el invierno hay muchos conductores que utilizan mucho menos su coche porque se está más “calentito” en casa, no vamos a negarlo. En cambio, hay otros que lo usan precisamente más porque apetece menos ir caminando a determinados sitios. Sea tu caso el primero o el segundo indicado, no hay que olvidar que en esta época las temperaturas extremas pueden hacer pequeños estragos en nuestro vehículo.
Por eso, vamos a hacer un pequeño repaso a seis zonas del coche a las que habrá que prestar una especial vigilancia durante estos meses fríos invernales con el fin de no tener que arruinar estas vacaciones teniendo que pedir cita en un taller. Toma nota que empezamos.
La batería
Creo que en cualquier reportaje sobre el mantenimiento del coche la batería siempre es una de las grandes protagonistas. Debido a su composición, estas sufren mucho más que otros elementos las bajas temperaturas. Esto se traduce en que, si ya viene tocada del resto del año, el invierno puede ser el momento de su fallecimiento final.
El coche ya te puede dar un pequeño aviso si al arrancar tarda un poco más de lo habitual, más para aquellos que tienen que “dormir” en la calle sin la protección que proporciona un garaje. Por ello, el consejo principal, además de que no dejes mucho tiempo el coche sin arrancar en estas fechas, es que a los primeros síntomas de agotamiento la cambies para evitar que cualquier día te pueda dejar tirado.
Las ruedas
Otra consecuencia que tienen las bajas temperaturas es que disminuye la presión del aire que tienen los neumáticos. Por eso siempre se recomienda tanto en otoño como en invierno tener controladas un poco más las ruedas para evitar que estemos rodando con presiones bajas que pueden perjudicar tanto al propio neumático como a nuestra seguridad.
En caso de despistarnos y circular con las presiones bajas estamos totalmente expuestos a poder tener un pinchazo. Aunque podría ser todavía peor. En un escenario de un viaje de muchos kilómetros, circulando con las ruedas “fofas” se puede producir un recalentamiento de la parte exterior de la goma, pudiendo provocar un reventón repentino. Ante esto, acércate a una gasolinera o utiliza un inflador eléctrico que venden en muchas webs a precios económicos para circular siempre con los niveles indicados por el fabricante.
La refrigeración
A mí no me ha sucedido ninguna vez, pero comentan en Mundo Deportivo que es muy habitual rellenar por equivocación el depósito del refrigerante con agua, creyendo que ese recipiente es el destinado para liquido que limpia la luna delantera. Llegados a este punto se plantean dos problemas, por un lado, la confusión de producto una vez llegue al motor y no pueda realizar su función correctamente y otra que la propia agua se pueda congelar si estás en alguna localidad en la que fácilmente se baje de los 0 grados.
El parabrisas
En este caso hay dos aspectos que debemos tener controlados. Por un lado esta el rellenado del depósito del limpiaparabrisas. Mientras que en épocas con mejores temperaturas no ocurre nada por utilizar agua normal, en invierno es mucho más recomendable utilizar alguna mezcla preparada de esas que suelen tener algo de alcohol o desengrasante. De esta manera no aseguremos que sea más difícil que se congele a temperaturas bajo cero.
Luego deberíamos tener en cuenta el estado de las escobillas del limpiaparabrisas. Igual que las sucede con el sol intenso, con el frío este elemento sufre bastante y no actúan retirando el aguar de forma correcta. Por tanto, no está de más anticiparse a su desgaste final y cambiarlas antes.
El encendido
Dentro de las partes que funcionan en el arranque de un coche no solo la batería sufre en invierno. Por ejemplo, el diésel cambia de densidad a baja temperatura, por lo que no se enciende con la misma facilidad. De ahí que muchos expertos recomienden utilizar aditivos antigelificantes para poder encender el motor sin problemas. Los de gasolina pueden presentar problemas con las bujías, ya que si están desgastadas tendrán una chispa más débil y es posible que no llegues a arrancar en frío.
Carrocería y chasis
Si bien España no es uno de los países en los que más nieve de toda Europa, a la mínima que se da una alerta por parte de la AEMET las carreteras de nuestro país se suelen llenar de sal para acelerar el deshielo. Este elemento, como es conocido, es muy corrosivo, sobre todo para los metales que forman parte tanto de la carrocería como del chasis. Por eso es muy recomendable lavar el coche tras haber circulado por una de estas carreteras llenas de sal para así evitar posible daños en el futuro.
Escrito por Luis Carlos Cáceres
Fuente: https://www.autopista.es/
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