La victoria de Donald Trump en las elecciones a la presidencia de Estados Unidos tiene acongojado a medio mundo. ¿Hay motivos para ello?
Donald Trump vuelve a la Casa Blanca. Y, si has estado atento a lo que han dicho los medios de comunicación en nuestro país, parece que el mundo se va a acabar por ese motivo. Teniendo en cuenta que dijeron lo mismo en su anterior mandato y que tampoco fue para tanto, ¿están exagerando?
No somos analistas políticos, así que esa pregunta deberían responderlo otros medios generalistas. Pero en Autofácil sí entendemos de coches y del mundo del motor, y por eso mismo creemos que viene al caso analizar cómo podría afectar la llegada de Trump al poder por segunda vez.
Se puede decir que, a grades rasgos, hay dos aspectos sobre los que Trump puede incidir: el coche eléctrico y los coches chinos. Bueno, en realidad, todos los coches que se fabriquen fuera de Estados Unidos, aunque con los chinos en primer lugar por una sencilla razón: son los que más coches producen y los que lo hacen con más posibilidades de tener un precio bajo.
Que Trump va a defender los intereses de todo lo que se produzca en su país está muy claro. Y, aunque a los demás países nos pueda venir mal, lo cierto es que él es el presidente de Estados Unidos, y es por su país por quien debe mirar en primer lugar.
los aranceles a los fabricantes chinos, el aún pequeño mercado eléctrico estadounidense puede ser casi coto cerrado de Tesla.
Por eso mismo, Trump no se ha cortado a la hora de declarar que pondrá aranceles a todo lo que se fabrique fuera de Estados Unidos, llegando a afirmar que incluso podría poner unos aranceles de hasta el 200% a según qué coches… si bien se supone que a los coches fabricados en Europa nos los dejaría en “sólo” un 10%…
De esta manera, Trump pretende fomentar la venta y producción de vehículos dentro de los Estados Unidos, algo que sin duda es fundamental para la economía de cualquier país siempre y cuando eso venga acompañado de productos atractivos para los clientes y a un precio razonable, algo que en Estados Unidos deberían poder conseguir sin grandes problemas.
¿Hace mal Trump en tratar de proteger así su país? Para el bien de su país, y sobre el papel, no. ¿Y para el resto de países? Pues, obviamente, las cosas ya no son tan bonitas…
Más allá de este aspecto que afectará a todas las marcas que fabriquen coches de Estados Unidos, nos encontramos con el tema de los eléctricos. A Donald Trump nunca ha parecido convencerle demasiado ni las teorías sobre el cambio climático ni que el coche eléctrico vaya a ser la solución absoluta. Pero también es cierto que, en estas elecciones, el apoyo que le ha dado Elon Musk, el dueño de Tesla, ha sido muy grande.
¿Es un matrimonio de conveniencia? Totalmente. Es cierto que Tesla tiene plantas de producción fuera de Estados Unidos, pero también lo es que allí tiene cuatro fábricas y que su sede está en California. Quitarse a todos sus rivales chinos del medio con aranceles haría que el mercado de los eléctricos estadounidense, que en la actualidad ronda el 9% de las ventas totales, recayese casi en su totalidad sobre Tesla, de manera que todo lo eléctrico que se pueda vender sería producto nacional. Sí, hay otras marcas como que fabrican eléctricos en Estados Unidos pero, si analizamos las ventas, está claro que a día de hoy quien quiere un eléctrico suele optar o bien por coches chinos, o bien por Tesla.
¿Es posible que Trump revise los acuerdos para reducir emisiones en los próximos años? Desde luego, a Trump son medidas y planes que no terminan de convencerles. Es difícil que las pueda eliminar a las bravas, pero sí es cierto que podría haber variaciones sustanciales de cara a permitir que los estadounidenses no se vean obligados a comprar coches 100% eléctricos. Veremos.
Por tanto, y aunque no hay nada confirmado hasta que no se anuncien las cosas oficialmente, el problema no es tanto que Trump sea malo como que Trump decida apostar de una forma descarada por la protección de los productos que se fabriquen dentro de sus fronteras. Y, teniendo en cuenta la cantidad de vehículos que se venden allí (cerca de 15 millones unidades), eso sería un problema para los países que quieran vender sus en Estados Unidos si están fabricados fuera.
Fuente: Autofácil.
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