Además, en función de dónde se produzca, puede actuar como un silencioso cáncer para tu coche.
Sí, todos los coches cuentan con un tratamiento anticorrosión para evitar daños en la chapa y los elementos mecánicos de nuestro coche. Sin embargo los golpes, arañazos o simplemente el paso del tiempo pueden terminar por hacer que no sea suficiente para evitar la aparición del óxido y de la corrosión.
El gran problema no es que la chapa tome ese feo y característico tono marrón y amarillento. El gran problema es que, cuando eso afecta a la chapa, la debilita, pudiendo provocar agujeros en la carrocería o dañando partes como rótulas, brazos de suspensión, etc., con el peligro que eso supone. Y, obviamente, ante la aparición de óxido, no superaremos la ITV, pues empezará a extenderse cada vez más y más.
Vivir en zonas muy húmedas es vivir en el ambiente ideal para que el óxido pueda afectar a nuestro coche. Por eso, en esos casos es especialmente importante lavar el coche con cierta asiduidad, esmerándonos también en limpiar los bajos del coche.
Ten en cuenta que los bajos del coche están muy expuestos a la erosión que va produciendo el impacto de las pequeñas piedrecillas que hay siempre por la carretera y, a la larga, eso puede terminar por provocar pequeños poros que penetrarán en el tratamiento anticorrosión.
La prevención es la clave para evitar el óxido y la corrosión
Si además son zonas donde se suela esparcir sal para evitar heladas en la carretera, el lavado de los bajos cobra vital importancia. En estos casos también es importante que, cuando vayamos al taller a realizar alguna labor de mantenimiento o revisión, pidamos que nos comprueben el estado de los bajos para poner remedio en caso de que empiecen a aparecer los primeros indicios de óxido.
También es muy importante reparar los daños en la chapa producido por golpes. Un simple arañazo que haya levantado la pintura en una aleta, ya es más que suficiente como que el óxido comience a actuar. Por eso, reparar el golpe y pintar la zona afectada es la mejor de las prevenciones.
Además, existen numerosos productos como ceras, protectores, etc. que se aplican sobre la carrocería y que ayudan a aumentar esa resistencia a la corrosión. Aplicarlo de vez en cuando, como por ejemplo tres o cuatro veces al año, puede evitarnos muchos problemas.
Si ya hay partes oxidadas…
Existen productos para eliminar el óxido siempre y cuando aún sea superficial. Normalmente, son sprays o pastas que, tras aplicarlas y dejarlas actuar durante unos segundos, hay que retirar frotando. El óxido irá desapareciendo paulatinamente, y habrá que repetir la operación tantas veces como sea posible.
Otra opción, sobre todo cuando el óxido ya ha empezado a afectar a la chapa, es utilizar una pulidora para ir eliminando todo ese óxido. Como en el caso anterior, una vez eliminado, lo ideal es pintar la zona y aplicar algún tipo de tratamiento que ayude a darle una mayor resistencia a lo largo del tiempo.
Si la chapa ya está tan afectada que se ven agujeros, el problema ya es grande, y habrá que sanear la carrocería cambiando incluso paneles o piezas y sustituyéndolos por unos nuevos. Es una operación que deberán hacer en un taller para conseguir un buen resultado.
Fuente: Aurofacil
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