Los discos de freno siempre deben estar en perfectas condiciones para asegurar una frenada segura y eficiente. Aunque son bastante resistentes al desgaste, llegará el momento en el que toque sustituirlos. Sin embargo, si seguimos una serie de pautas, podremos maximizar su vida útil. Unos consejos que nos llegan gracias a los amigos de NG Brakes, fabricante catalán especializado en los discos de freno.

Lo primero de todo, y más importante, es utilizar discos de freno de calidad. En este sentido, los fabricados por NG Brakes aseguran un rendimiento y durabilidad superiores. Estos discos de primer nivel están diseñados para soportar mejor las exigencias de cualquier terreno o disciplina y proporcionar una frenada eficiente y segura en todas las condiciones.

Limpieza regular de los discos de freno

Los discos de freno son uno de los componentes que más expuestos están a recibir la suciedad del asfalto o del terreno que corresponda. Por lo tanto, si están muy sucios, pueden deteriorarse antes o provocar que las pinzas no agarren bien el disco, dificultando así la frenada. Para mantenerlos limpios es esencial utilizar un espray específico para frenos. Una limpieza regular previene el desgaste prematuro y asegura un correcto funcionamiento.

Protégelos contra la oxidación

Los discos de freno suelen estar fabricados de acero, por lo que, si no son de buena calidad o no se realiza un correcto mantenimiento, pueden llegar a oxidarse y provocar un mal funcionamiento.  Así, uno de los principales retos a los que se enfrentan los motoristas es, efectivamente, proteger estos componentes de la temida oxidación. Para ello, lo mejor, además de adquirir componentes que cumplan con unos estándares elevados, es aplicarles una capa de aceite o lubricante de silicona especial para discos, y, por supuesto, realizar revisiones constantes, para detectar los primeros signos de deterioro antes de que éste comprometa el rendimiento de éstos.

Evita las frenadas bruscas y prolongadas

Las frenadas bruscas y prolongadas pueden generar sobrecalentamiento de los discos, especialmente si no son de calidad, hasta el punto de poder deformarlos y desgastarlos. La mejor forma de alargar la vida de estos componentes es sencilla: tan solo es necesario apostar por un estilo de conducción suave, que minimice el estrés que se ejerce sobre el sistema de frenado. Esto no solo prolongará la vida útil de los discos, sino que también mejorará la seguridad en la conducción.