Si tienes un coche diésel de última generación, es muy probable que utilice AdBlue. ¿Sabes qué es y qué pasa si no lo repostas?
Las emisiones contaminantes de los motores diésel antiguos han sido, históricamente, unas de las más dañinas para el medioambiente y, también, para la salud del ser humano.
Con el fin de reducir esas emisiones al máximo, los diésel de última generación recurren a sistemas de tratamiento de los gases de escape que consiguen reducir de forma muy notable esas emisiones. De hecho, y como ejemplo de los grandes avances en los motores diésel, sólo tienes que fijarte en cómo un diésel de hace más de 20 años casi siempre deja restos negros en la zona del escape y como en los actuales no se aprecia nada, como ocurre en un gasolina.
De todas esas medidas técnicas que incluyen los diésel modernos, una de las más conocidas es el AdBLue. Y lo es por la necesidad de repostarle cuando así nos lo indica el coche.
El AdBlue es una solución acuosa de urea (que supone el 32,5% del AdBlue) que se inyecta en el un catalizador ubicado en el sistema de escape y que, en contacto, los óxidos de nitrógeno de la combustión (uno de los gases más dañinos de un motor diésel), consigue transformarlos y neutralizarlos.
Así que, en función del consumo del coche, del tipo de utilización y hasta del depósito del AdBlue del propio coche, se requerirá que el AdBlue se reposte antes o después. Lo normal es que nuestro coche nos avise de que requiere que lo repostemos cuando nos quedan unos 2.500 kilómetros para que se agote. De media, un depósito de AdBlue puede durar al menos unos 10.000 kilómetros.
Pues bien, cuando nos salte el aviso de repostaje del AdBlue, debemos rellenarlo cuanto antes. Si lo agotamos por completo, cuando paremos el motor, es muy probable que el coche no vuelva a arrancar hasta que lo repostemos y llevemos el coche a un taller para resetear la centralita del motor. No provocaremos ninguna avería, pero sí unas molestias considerables…
¿Cómo se reposta el AdBlue, dónde y cuánto cuesta?
Repostar el AdBlue depende del coche. En algunos vehículos de hace unos años, suele haber una toma en el maletero a través de la cual podemos recargarlo. Sin embargo, en los diésel actuales, existe una toma de AdBlue justo al lado de la del gasoil, con el tapón azul. Basta con echarlo por ahí.
Lo más fácil y asequible es acudir a una gasolinera que tenga un surtidor de AdBlue. La mayoría de las gasolineras de las autopistas tienen, pues es un aditivo muy utilizado también en camiones.
Otra opción es comprar una garrafa de AdBue en un centro del automóvil, como Feuvert o Norauto, pero nos saldrá más caro. Si en una gasolinera cada litro ronda los 0,60 euros, una garrafa de 10 litros ronda los 16 euros, de manera que cada litro saldría por unos 1,60 euros.
Fuente: Aurofacil
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