Arrancamos con el fundador de Tesla una serie de artículos en el que queremos analizar las biografías de las principales personalidades vinculadas con la movilidad eléctrica.
Si hay un personaje hoy en día que represente como pocos el concepto de visionario, ése es Elon Musk.
Dos son las acepciones que recoge la RAE sobre el término visionario y en las dos encaja perfectamente. La segunda acepción, “que se adelanta a su tiempo o tiene visión de futuro”, se adapta a Musk como un guante. Pero la primera, “persona que, por su personalidad exaltada, se figura y cree con facilidad en cosas quiméricas”, también parece hecha para este personaje brillante que, a menudo, parece un iluminado.
Quien, hoy por hoy -su posición varía en función de la valoración bursátil de sus empresas-, es la segunda persona más rica del mundo según Forbes, con un patrimonio de 195.000 millones de dólares, Elon Reeve Musk, nació en Pretoria el 28 de junio de 1971. De padre surafricano y madre canadiense, posee las tres nacionalidades: surafricana, canadiense y estadounidense.
Con 17 años se trasladó desde su Pretoria natal a Canadá donde empezó a estudiar en la Universidad de Queen. Dos años después se mudó a la Universidad de Pensilvania donde culminó el doble grado en Economía y Física. En 1995, con 24 años, viajó hasta la universidad de Stanford con la intención de estudiar un doctorado, pero el gusanillo del emprendimiento se le cruzó en el camino.
Antes de emprender, trabajó poco tiempo para la empresa Pinnacle Research, especializada en el desarrollo de ultracondensadores electrolíticos destinados a vehículos eléctricos, lo que iba a sembrar la semilla de cuatro de sus preocupaciones más importantes: coche elécrico, energía renovable, espacio e internet.
De internet a las finanzas online
Su primera aventura la emprendió junto a su hermano Kimbal. Desarrollaron una empresa de software para web Zip2, que vendieron cuatro años después, en 1999, a Compaq por 307 millones de dólares. Empezaba así a fraguarse la carrera exitosa que le ha llevado hasta aquí.
Ese mismo año, en 1999, cofundó el banco online X.com que se fusionaría en 2000 con Confinity para formar nada menos que PayPal. Un ejemplo claro de la capacidad anticipitoria de Musk. En 2002 fue vendida a eBay por 1.500 millones de dólares.
Space X, el sueño del niño Musk
Ese mismo año, con apenas 31 años y un buen capital conseguido fundamentalmente con la venta de sus empresas, fundó una de las grandes empresas que tiene actualmente: Space X. Un visionario como él ¡cómo no iba a intentar explorar el espacio! Innovador, precursor, inquieto, nunca ha aceptado un no por respuesta ni en su vocabulario entra la palabra imposible. Space X es la culminación del deseo de Musk de llevar al hombre a la Luna, a Marte y a cualquier rincón del espacio.
Tras intentar infructuosamente comprar un cohete en Rusia, decidió fabricar él mismo todos los componentes que necesitaba para construir el suyo propio. Así nacía Space X, que con el tiempo se convertiría en la primera empresa privada en enviar una nave espacial a la Estación Espacial.
Space X ha lanzado varios cohetes, algunos con más suerte que otros, ha conseguido varios hitos y además ha desarrollado el Starship, el cohete tripulado pensado para llevar población a otros planetas.
En 2018 puso en marcha también su red de satélites Starlink, una constelación de satélites pensados para proveer de internet satelital en cualquier rincón del planeta. Ha sido vital durante la guerra de Rusia y Ucrania. Según la página web, se puede contratar por 29 euros al mes. Hoy tiene cerca de 2.000 satélites circulando por la órbita terrestre, pero el objetivo es alcanzar los 12.000.
En diciembre de 2023, Space X alcanzó una valoración de 175.000 millones de dólares.
Y llega Tesla, la gran disrupción
En 2003, sólo un año después de poner en marcha Space X, se unió a Tesla Motors, hoy Tesla Inc., una compañía fundada por los ingenieros Martin Eberhard y Marc Tarpenning. Musk que para entonces ya había empezado a desarrollar baterías para almacenamiento de energía renovables decidió invertir 500.000 dólares en la empresa y se convirtió en el presidente de la compañía y cofundador.
Desde el principio, el objetivo de Tesla era fabricar coches eléctricos y desarrollar baterías y sistemas de almacenamiento de energía. El primer modelo fue el Tesla Roadster que lanzaron en 2008. A él le seguiría el Model S en 2012, el Model X en 2015 y el Model 3 en 2017, que pronto se convirtió en su modelo más popular. En 2019, lanzaron el Model Y que arrasó, hasta el punto de hacerse con el título del coche más vendido del mundo en 2023 con unas ventas superiores al millón de unidades, superando a cualquier otro modelo de combustión. Todo un hito.
Hoy Tesla cuenta en su cartera, además, con el Tesla Cybertruck, su primera y esperada pick up, y con el Tesla Semi, su camión eléctrico. Además, se rumorea que para el 2025 lanzará su primer compacto, el Model 2.
También produce baterías como la Powerwall y la Powercharge y, a través de su red de Supercharger o supercargadores, se ha convertido en uno de los principales proveedores de infraestructura de carga del mundo.
En 2006 también ayudó a crear SolarCity, empresa de energía solar, que incorporó a Tesla, pasando a denominarse Tesla Energy.
El pionero de la movilidad eléctrica
El papel precursor de Tesla es incuestionable. Suyos son muchos de los avances que luego se han hecho populares en el sector automovilístico. Gracias a Musk hemos conocido un nuevo concepto de fábricas, las gigafactorías, o una nueva forma de fabricar y ensamblar los coches, con su gigacasting y su unboxed, respectivamente.
De su efecto tractor da buena cuenta el hecho de que de sus filas han salido algunos de los principales emprendedores del momento en la movilidad eléctrica, en lo que ya se ha dado en llamar la Teslamafia, como Peter Rawlison (Lucid Motor), Ryan Popple (Proterra), Enric Asunción (Wallbox), Peter Carlsson (Northvolt) o Gene Berdichevsky (Sila Nanotechnologies), entre otros.
En noviembre de 2023 se convirtió también en la marca de coches más valiosas, con una valoración de 66.200 millones de dólares, por encima de Mercedes Benz y de Toyota.
De los coches a la inteligencia artificial y a los chips neuronales
El espíritu inquieto e innovador de Musk no se iba a quedar allí y en 2015 participó en la fundación de Open AI, la creadora de Chat GPT, la inteligencia artificial conversacional que ha revolucionado el panorama tecnológico actual. Open AI nació como empresa sin ánimo de lucro para garantizar el buen uso de la IA, pero con el tiempo evolucionaría a una empresa profit a través de su filial Open AI LP, precisamente la promotora de Chat GPT. Musk abandonó la compañía en 2018 tras intentar infructuosamente que pasase a integrarse en Tesla.
Tras su marcha, ha desarrollado su propia compañía de inteligencia artificial a través de XAI y recientemente invirtió más de 10.000 millones de dólares para luchar precisamente contra Open AI, entidad a la que demandó en marzo de este año en un intento por frenar su expansión.
Pero, no se vayan todavía que aún hay más. En 2016 cofundó Neuralink, una empresa de neurotecnología especializada en buscar conexiones cerebro-máquina. Su última ocurrencia ha sido implantar el primer chip cerebral en un humano, un estadounidense que se quedó tetrapléjico por un accidento de buceo. Según han publicado desde la compañía, gracias a ese chip puede controlar el cursor del ordenador con su cerebro. La pasada semana anunció que estaban buscando al segundo candidato.
Y en 2022 se hizo con la red social Twitter que transformó en X por 44.000 millones de dólares tras muchas vicisitudes y con un desembarco no exento de conflicto.
Entre otros proyectos más o menos exitosos también está detrás de Hyperloop, la empresa de transporte ultrarrápido de personas, o The Boring Company, una empresa para construir túneles.
La personalidad de Musk no deja indiferente a nadie. Ha sido objeto de muchas polémicas por sus afirmaciones y declaraciones poco ortodoxas e incluso ha sido demandado en multitud de ocasiones, pero lo que nadie le puede discutir es que es uno de los mayores visionarios de este siglo XXI y que ha revolucionado la industria automovilística como no lo había hecho nadie desde los tiempos de Henry Ford.
Y dada su naturaleza y su juventud, apenas tiene 52 años (cumplirá 53 el 28 de junio), seguro que nos sorprende con alguna adquisición, fundación o invento nuevo en muy poco tiempo. Estaremos atentos.
Para saber más pincha en el siguiente enlace:
Quién es quién en la movilidad eléctrica: Elon Musk, el visionario de los coches eléctricos
Escrito por Isabel García Méndez
Fuente: https://www.hibridosyelectricos.com
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