Biodiesel: ¿la solución para los motores diésel actuales?
Hace ya casi 20 años, y a raíz de unos problemas con los inyectores de los motores D-4D de Toyota, en la edición impresa de Autofácil realizamos un profundo reportaje sobre las averías de los motores diésel, hablando con muchos especialistas en la materia.
El problema de los Toyota se solucionó sustituyendo los inyectores originales, que tenían siete pequeños orificios a través de los que salía el gasoil, por otros inyectores que contaban con cinco agujeros, pero un poco más gruesos.
Recuerdo además que uno de los responsables de llevar estas reparaciones y sustituciones en garantía nos comentó que ese problema de los Toyota se daba básicamente en España. Habían estado realizando pruebas con gasoil de Marruecos, Portugal, Francia, Inglaterra… todos los países que están más o menos a nuestro alrededor, y sólo se producían esos fallos con el gasoil español.
A raíz de eso, y por no extenderme mucho más en todo aquello, comenzamos a investigar sobre los biocarburantes, que en aquella época ya empezaban a utilizarse y que no llegaron a fraguar más allá de incluir un porcentaje de biocarburante en el carburante convencional.
Recuerdo que en una de las empresas con la que trabajábamos en la época, cuyo nombre no voy a desvelar porque lo que hicieron no era legal, compró un Peugeot 205 de desguace con motor diésel y estuvieron circulando con él durante casi 10.000 kilómetros echándole aceite de girasol.
Y el coche andaba perfectamente hasta que, cerca de esos 10.000 kilómetros, hubo una avería en la bomba de inyección por culpa del aceite, tal y como comprobaron al desmontarla. Y sí: eso no es legal y, técnicamente, es una locura porque no tiene el tratamiento de un biodiésel, así que no repliques el experimento.
Al mismo tiempo, en aquel momento, la empresa que llevaba las averías de los sistemas de alimentación en garantía de varias marcas había realizado una serie de estudios con biocombustible en sistemas common rail de última generación de la época.
El resultado no fue bueno, y el riesgo de avería era muy superior cuando se empleaba biocumbustible que cuando se utilizaba gasoil convencional, aunque tuviese un porcentaje de biodiésel. Ellos, viendo los inyectores por dentro al desmontarlos, lo achacaban a la propia humedad que siempre tiene todo lo que procede de un origen vegetal, que acababan produciendo daños por los finos orificios por los que se inyectaba el carburante, con un diámetro incluso inferior al grosor de un cabello.
En sistemas de inyección directa como el de aquel Peugeot 205 diésel, con unos inyectores cuyos orificios para que pasase el gasoil casi son como lo de un boli BIC (sí, vale, he exagerado un poco), no había problema alguno.
Una idea recuperada
La cuestión es que el biodiésel ‘puro’, probablemente por eso, cayó un poco en el olvido hasta ahora, cuando compañías como Repsol han vuelto a apostar por él con fuerza. ¿Es ahora más fiable que entonces? No me cabe la menor duda de que en 20 años las cosas han cambiado mucho, y a buen seguro que estas grandes compañías ya han conseguido refinar convenientemente el biodiésel para que ya no se produzcan esos problemas.
De hecho, es probable que ya en aquella época pudiesen hacerlo; otra cosa es que al final saliese rentable. Pero hoy, viendo la que tenemos encima con el diésel, un carburante que está completamente demonizado de forma injusta, las cosas han cambiado.
Los biocarburantes siguen desarrollándose a pasos agigantados y, no me cabe la menor duda de que pueden ser una perfecta solución de futuro… y hasta de presente, pues estoy convencido de que aquellos problemas ya se han solucionado, pues ya ha pasado tiempo suficiente como para que alguien hubiese dado la voz de alarma.
Además, no te alarmes. Ten en cuenta que todos los diésel cuentan con un filtro de gasoil y un decantador para retener la posible humedad que contenga el carburante, y que en muchas ocasiones procede incluso de la propia condensación que haya en el interior del depósito del coche o de los tanques de las gasolineras. Basta con cambiar el decantador en las revisiones para evitar males mayores. Ni es caro ni demasiado complicado.
¿Intereses ocultos?
Volviendo a los biocombustibles, por desgracia tienen más enemigos de los que creemos que están retrasando las cosas, y son enemigos externos al propio carburante. Repsol por ejemplo ya comercializa en algunas gasolineras estos carburantes a un precio muy similar al del gasoil normal.
Pero es curioso comprobar que, pese a ser un carburante mucho más ecológico tanto por emisiones como por la reducción en la huella de carbono, la Administración española mantiene exactamente la misma carga impositiva en ambos carburantes…
También es curioso ver cómo Iberdrola ha presentado una demanda contra Repsol en el Juzgado de los Mercantil número 2 de Santander por “competencia desleal y publicidad engañosa” a raíz del tema de los biocombustibles. Saca tus propias conclusiones.
Sea como sea, está claro que lo que sigue reinando en Europa es la hipocresía pura y dura, sin duda. Y, mientras tanto, aquí seguiremos pagando el pato los de siempre: nosotros, los usuarios.
Fuente: Aurofacil
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