¿Te gustan los 4×4? Pues estás de enhorabuena. Ford ha decidido recuperar un coche mítico y traérnoslo a Europa. El Ford Bronco ha llegado a nuestro mercado y es uno de los coches más todoterreno que puedes conducir según sale del concesionario.
No hay vuelta de hoja: a Ford le hacía falta un coche para hacer sombra al Jeep Wrangler y no te voy a hacer mucho spoiler, pero parece que lo han conseguido.
Ford Bronco: Renacimiento salvaje
Coches míticos hay muchos. Coches con una larga trayectoria por méritos propios que sigan en activo no hay demasiados. Coches legendarios desaparecidos hay infinidad, por desgracia.
De vez en cuando tenemos la suerte de que las marcas resuciten nombres que nos devuelven a un pasado de felicidad, aunque es cierto que últimamente de lo que significaban aquellos nombres a lo que tenemos ahora no hay nada que ver. No vamos a entrar en ejemplos por no ofender sensibilidades.
Poquísimos son los casos en los que un modelo renace para mantener la misma filoso´fía pero ser más ambicioso. El de hoy es un ejemplo claro de cómo resucitar un nombre con muy buen tino, aunque con una gran contrapartida de la que hablaremos al final.
El Ford Bronco nació en 1966 y estuvo galopando durante tres décadas hasta 1996. Desde entonces la firma del óvalo enterró al equino y recientemente le ha devuelto la vida con una premisa fundamental: ser el todoterreno definitivo.
Empezando por la estética no hay dudas: Ford ha querido mantenerse fiel a la filosofía del modelo clásico y ha bordado un diseño que mola muy fuerte. Es un coche grande, muy grande, aunque no tan grande como una Ford Ranger Raptor.
Parece un bloque masivo con tantísimas líneas cuadradas por toda la carrocería y una envergadura de 4,8 metros de largo por 1,93 metros de ancho y una batalla que roza los 3 metros (2,95 m). Las cotas todoterreno son de 40,6º para el ángulo de entrada, 33,3º para el de salida y 23,6º para el ventral, con una muy buena altura libre de 261 mm y una capacidad de vadeo de 800 mm.
Es tan largo como un Jeep Wrangler Rubicon 5 puertas, ligeramente más ancho y con una batalla un pelín más corta, pero con mejores mediciones todoterreno (36,6º, 31,8º, 21,4º, 253 y 760 mm para el Jeep).
El diseño rezuma el estilo neo-retro que se está poniendo tan de moda. La parrilla delantera con el nombre del modelo en tres dimensiones que se prolonga hasta el interior de los faros redondos, los reducidísimos parachoques, los pasos de rueda protegiendo al máximo la carrocería, los enganches exteriores o las formas del habitáculo le dan un aire espectacular al modelo.
Puede parecer un diseño simple por lo espartano de las líneas que marcan la presencia del Bronco, pero es una simpleza que funciona muy bien maridada con esos guiños tan particulares inspirados en la generación inicial de hace ya más de 50 años.
Pero el Ford Bronco es más que un todoterreno, porque es un todoterreno enfocado para el ocio. Tanto es así que en este caso la carrocería es en gran parte desmontable. Podemos sacar las puertas, el techo y los paneles laterales de la zona trasera para quedarnos con un vehículo que te permite una experiencia 4×4 prácticamente única. Solo el Wrangler permite algo similar.
Es cuadrado pero con músculo, sacando bíceps en el lateral con unos nervios superiores muy definidos, los pasos de rueda ensanchados, por supuesto una rueda colgada del portón trasero y sobre todo el imponente juego de ruedas: llantas de 17 pulgadas con neumáticos BF Goodrich en medida 285/70-17.
Habitáculo cómodo y enfocado al offroad
Para subirte al Bronco hay que estar un poco ágil porque el potro es alto. Para ayudarnos tenemos un buen puñado de asideros a los que agarranos, aunque no habría estado de más que incluyera taloneras laterales que usar a modo de estribo. Es fácil mancharse con la carrocería sucia sobre todo a la hora de bajar.
El espacio interior está muy bien, con una habitabilidad muy alta. Siendo un coche de casi 2 metros de ancho la amplitud es genial, transversalmente tenemos mucho espacio. Igual que en vertical, que aunque el suelo del coche esté alto el techo nos deja bien de sitio para la cabeza. Es cierto que para lo grande que es por fuera, podría ser más amplio por dentro. Algo en lo que tiene mucho que ver la carrocería desmontable y la estructura fija.
Esta versión larga del Bronco también nos deja mucho sitio en las plazas posteriores sobre todo en la medida para las piernas y, además, un maletero extremadamente aprovechable con 562 litros. No es tan aprovechable la apertura del portón (lateral y con la rueda colgada) y la ventanilla abatible hacia arriba. Si no abres el portón, no podrás abrir la luneta.
Los asientos son grandes y confortables (y con el caballo incorporado). Cuentan con regulación eléctrica (los delanteros), son muy amplios y con un mullido cómodo. También son bastante planos y tienen un tapizado de piel sintética que ofrece poco agarre, así que si la cosa se pone movida es posible que haya que esforzarse por mantenernos en la misma posición.
Me ha llamado mucho la atención el enfoque clarísimo a la resistencia y el aislamiento de los botones. Todos los mandos del volante, así como la consola de mandos offroad sobre el salpicadero y los controles de las ventanillas y los retrovisores están protegidos con capa de silicona contra el agua y la suciedad.
El acabado de todos los mandos es muy bueno, y se agradece que para la climatización todos los mandos sigan siendo físicos, igual que se haya cuidado el tacto de los materiales de las superficies aunque algunos sean duros. Por cierto, que como las puertas son desmontables, se hace raro pero es inteligente que los mandos de las ventanillas estén colocados justo por delante del reposabrazos central.
Este interior sobreprotegido, lleno de asideros con una solidez brutal y cierto aroma a testosterona contrasta con una gran pantalla central de 12 pulgadas. Es enorme y puede ser propensa a acumular suciedad.
En cuanto a funcionalidad me ha parecido mejor aún que las versiones anteriores de los sistemas de infoentretenimiento de Ford. Es rápido, fluido y con menús muy intuitivos. Por supuesto es compatible con Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos y podemos verlos al mismo tiempo que seguimos operando funciones nativas del coche porque la pantalla se divide. Está muy bien resuelto.
Cómodo en carretera. Implacable fuera del asfalto
Nos ponemos al volante del Bronco y lo primero que nos encontramos es un cuadro de mandos de aspecto atípico por su configuración y satisfactorio en cuanto a usabilidad.
Combina una esfera analógica para el velocímetro descentrada a la izquierda con una pantalla digital. Esta pantalla tiene unos gráficos de estilo clásico (simula una resolución pobre) que le dan mucho rollito y no saturan de información, tendremos siempre los datos necesarios disponibles.
Al arrancar se despierta una melodía muy americana, grave y con notas poderosas. Se pone en marcha el motor que hay bajo el capó y que nos recuerda al bloque utilizado en la Ford Ranger Raptor aunque no es el mismo. Es un V6 EcoBoost de gasolina con 2.694 cc con turbo.
Las cifras son prometedoras con 334 CV a 5.250 rpm y 563 Nm a 3.100 rpm y en movimiento hace que las más de 2,4 toneladas que pesa se muevan con alegría. La respuesta no es inmediata pero es muy enérgica y consiguen que este bicho sea dinámicamente ágil. No se siente lento.
La caja de cambios de 10 velocidades funciona de manera correcta para un uso convencional. Cuando vamos rápido o pasamos por zonas complicadas y queremos más precisión podemos usar un modo manual, aunque el selector no me ha parecido cómodo de utilizar porque es un pulsador en la palanca de cambio y los propios cambios son un tanto lentos. Le vendrían bien unas levas.
El consumo es lo que cabría esperar para un coche de este tamaño, potencia y características generales: alto. Homologa 14,2 litros cada 100 km y al final de nuestra prueba esta cifra se ha situado en 15,2 litros. Una cifra que es fácil ver por encima de la media.
Pasando a la dinámica la premisa de Ford era clara: que fuera un gran coche todoterreno. Lo ha conseguido al mismo tiempo que mantiene un buen confort en el asfalto. Esperaba que fuera ruidoso o incómodo y no me lo ha resultado. No llega a dar sensaciones de SUV por motivos evidentes como el techo desmontable o los neumáticos de tacos, pero es mejor que otros 4×4 con una concepción incluso menos radical.
El chasis del Ford Bronco es uno de los grandes protagonistas cuando nos vamos a complicar la vida por lo marrón. El bastidor se conjuga con un sistema de suspensión independiente delante y eje rígido detrás, al que se añade triple bloqueo, reductora y barra estabilizadora desmontable, además de un arsenal de ayudas mediante modos de conducción y varias cámaras exteriores para no atascarnos entornos complicados.
La versión Badlands que hemos probado tiene modos Normal, Eco, Deslizante, Arena, Barro, Rocas y Baja que cambian la configuración del vehículo para adaptarlo con un solo mando al tramo por el que vamos a pasar. También tiene Trail Control (control de velocidad para offroad) y One-Pedal Drive (si dejas de acelerar el coche se detiene).
Me ha parecido que es un coche más efectivo en entornos 4×4 de todo tipo. Puede pasar por zonas complicadas con bastante soltura o salir derrapando de las curvas desconectando los controles, aunque si queremos un coche todoterreno rápido me quedaría con la Ranger Raptor. El Bronco resulta más seco y algo más torpe acelerando el paso porque su chasis está pensado para entornos más difíciles.
Ford Bronco: puro todoterreno
Con todo esto el Ford Bronco se convierte en uno de los coches 4×4 más interesantes. El renacer de un caballo salvaje que le hace digno merecedor de su fama por lo bien ejecutado del conjunto y que contra todo pronóstico llega a España, con una gran contrapartida: el precio.
Si bien es un coche con muchas papeletas para venderse bien, no es un modelo que vayamos a ver demasiado por la calle y al mismo tiempo como es un coche que no se va a vender demasiado (al menos aquí) se nota en el precio unitario. Y es que objetivamente es un coche caro, aunque si lo ponemos en perspectiva la cosa puede cambiar.
El Ford Bronco Badlands arranca en 84.907,55 euros, lo que no le hace apto precisamente para todos los bolsillos, pero si eres uno de esos locos del mundo todoterreno puede que no te parezca tan caro. Sobre todo porque al principio de su comercialización costaba más de 91.000 euros. La versión Outer Banks menos equipada cuesta 80.306 euros.
Si lo ponemos en el contexto del mercado de los 4×4 ambiciosos con más de 300 CV la opción más próxima por concepto sería el Jeep Wrangler, que cuesta 88.450 euros para la versión 4XE híbrido enchufable de 380 CV en acabado Rubicon, pero menos equipado de serie. Otras opciones pueden ser el Land Rover Defender 110 SE P400 y el Ineos Grenadier, con unos precios de 98.550 y 93.930 euros respectivamente.
Así que con todo, si lo que quieres es un coche con el que desaparecer de la civilización, el Ford Bronco parece una muy buena base. Y además con las opciones de personalización desmesurada que ofrece. Es complicado no pensar en hacerle cositas para dejarlo a tu gusto.
Ford Bronco 2024 – Valoración
7,0
A favor
- Estética clásica e imponente
- Capacidades offroad
- Cómodo en carretera
- Muy bien equipado
En contra
- Consumo elevado
- Sujección de los asientos
- Gestión del cambio manual
- Ruido aerodinámico
¿Ford Bronco o Jeep Wrangler Rubicon? Esa es la pregunta que Ford quiere que te hagas si te vas a comprar un 4×4. Yo no puedo darte una respuesta clara porque en estos casos muchas veces tira más el corazón que la razón.
Posiblemente el Wrangler sea un coche ligeramente más efectivo en zonas muy complicadas, pero el Bronco es mejor coche en conjunto, con una experiencia más satisfactoria y un confort y sensación de calidad un poco superiores.
En ninguno de los dos casos son coches baratos y las diferencias de precio se difuminan, pero el Bronco también sale algo más asequible y (personalmente) me gusta más estéticamente.
Ford Bronco 2024 – Ficha técnica
Ford bronco | ||
---|---|---|
Motor térmico | ||
TIPO | Seis cilindros en uve, gasolina, biturbo | |
CILINDRADA | 2.694 cc | |
POTENCIA MÁXIMA | 334 CV a 5.250 rpm | |
PAR MÁXIMO | 563 Nm a 3.100 rpm | |
TRANSMISIÓN | Automática diez relaciones | |
TRACCIÓN | Total | |
dimensiones | ||
LARGO | 4.800 mm | |
ANCHO | 1.937 mm | |
ALTO | 1.962 mm | |
BATALLA | 2.950 mm | |
PESO | 2.418 kg | |
CAPACIDAD MALETERO | 562 litros | |
Prestaciones y consumos | ||
0-100 KM/H | 7,2 segundos | |
VELOCIDAD MÁXIMA | 161 km/h | |
CONSUMO HOMOLOGADO | 14,2 l/100 km | |
CONSUMO MEDIO PRUEBA | 15,2 l/100 km | |
precio | 84.907,55 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Ford. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
Fuente: Motorpasión
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