De monovolumen a SUV: el Renault Scenic ha seguido el mismo camino que el Espace en su recién llegada quinta generación. En su caso es un todocamino compacto y además ya sólo es eléctrico: no hay opciones térmicas ni híbridas en su gama al igual que el Mégane, con el que comparte plataforma.

Ya hemos conducido este Renault Scenic E-Tech 100 % eléctrico: es SUV muy cómodo para viajar, tremendamente amplio para su tamaño y con soluciones de habitabilidad y tecnológicas muy llamativas. De momento, estos ingredientes le han servido para llevarse el premio a Mejor Coche del Año en Europa 2024.

Mucho espacio para los asientos traseros y un puesto de conducción excelente

 

Del diseño, firmado por Gilles Vidal, e ingredientes del nuevo Renault Scenic ya te hablamos al detalle cuando lo presentaron: nos quedaba comprobar todas sus bondades de primera mano.

Al subirnos al Scenic E-Tech nos saluda un puesto de conducción muy bien diseñado, pensado para que el conductor tenga que distraerse lo menos posible. Esto no es exclusivo de este SUV: es calcado al de otros modelos de Renault de nueva era, como el Mégane, el Espace o el Austral.

Si bien tiene dos pantallas, la de instrumentación y la multimedia estilo tablet en posición vertical, mantiene mandos físicos para la climatización: vemos en la pantalla la temperatura o lo que tenemos accionado, pero todo se selecciona con botones.

Todo lo necesario está en el volante, empezando por la palanca del cambio de marchas, como ocurre desde hace años en los modelos Mercedes-Benz. Pero también por ejemplo el selector de modos de conducción: no hay que irse al túnel central para accionarlo como suele ser habitual en la mayoría de coches (o peor, desde la pantalla).

También podemos controlar varios sistemas ADAS: el control de crucero adaptativo (y la distancia con el coche que nos precede) el limitador de velocidad o el asistente de atascos. Todos estos mandos son muy intuitivos de manejar, así que punto para Renault en este aspecto.

Y a esto se añade un asiento muy cómodo con un estupendo ajuste lumbar que podemos accionar desde un mando del asiento (al menos en los acabados que lo equipa). En resumen: todo a mano y sin tener que volvernos locos haciendo ajustes desde la pantalla.

A tope de espacio atrás y más de 500 litros de maletero. Antes de ponernos en marcha, nos subimos a las plazas traseras para comprobar si es tan espacioso como promete sobre el papel. Lo es: el Renault Scenic E-Tech es de los SUV compactos con más espacio para las piernas a los que me he subido.

Lo permite la plataforma eléctrica: si lo vemos sin carrocería todo el suelo plano es diáfano, con la enorme batería alojada entre sus dos ejes. Este Scenic tiene voladizos muy cortos que se quedan en 84 cm delante y detrás de las ruedas, y en medio una batalla enorme de casi 2,8 m (es 4 cm mayor que la del Espace siendo más pequeño).

 

Esto se traduce en que en la bancada trasera tenemos casi 90 cm desde el asiento hasta el techo y casi 30 cm desde el borde del cojín hasta el respaldo de los asientos delanteros. Así, hasta en su posición más retrasada, una persona de más de 1,80 cm no dará en el respaldo con las rodillas.

Con esto el Renault Scenic mantiene uno de sus mayores reclamos como monovolumen: la habitabilidad interior. Lo que se combina con los muchos huecos portaobjetos del habitáculo. A destacar el que está bajo la consola central, que es enorme. Aunque es cierto que sustituye al cofre del reposabrazos central, pues prescinde de él.

Además su maletero firma los 545 litros, que no está nada mal. Aunque se queda lejos del máximo de 777 litros del Espace y aún más de los más de los 800 litros que cubica el Tesla Model Y. Pero estos dos SUV también son más grandes. Sea como fuere ofrece bastante espacio y el hueco bajo el doble fondo es enorme: cabe mucho más que sólo el cable de carga. Aunque a diferencia de otros eléctricos, el Renault Scenic E-Tech no cuenta con maletero delantero, ya que su mecánica eléctrica está bajo el capó.

Con techo solar mágico y reposabrazos trasero multiusos. El nuevo Renault Scenic está plagado de soluciones prácticas y tecnológicas. Por ejemplo el techo Solarbay de cristal líquido PDLC (Plymer Despersed Liquid Crystal), que sustituye la clásica cortinilla. Se opaca o se hace transparente a golpe de botón gracias al desplazamiento de moléculas producido por un campo eléctrico. Y puede hacerse por completo o bien sólo para las plazas traseras o delanteras. Es igual que el del Renault Rafale que ya te mostramos en vídeo.

Este sistema más allá de la fantasía, y que antes de Renault sólo llevaban modelos de firmas de altos vuelos como Porsche o McLaren, sirve además para ganar hasta 4 cm para las cabezas al no estar la cortinilla. Eso sí, siempre es un extra en cualquiera de los acabados y el base no puede llevarlo.

 

También tenemos el reposabrazos trasero Ingenius. Cuenta con un módulo equipado con dos portavasos y soporte para una tablet, que puede colocarse para los dos pasajeros traseros o para uno solo. Además, se abre al maletero, de tal manera que podemos alojar objetos largos sin tener que abatir los asientos (eso sí, hay que asegurarlos bien o puede ser muy peligroso).

A los mandos del nuevo Renault Scenic eléctrico

Con el Renault Scenic E-Tech hemos conducido esencialmente fuera de ciudad. Lo hemos hecho bajo una copiosa lluvia, en una trazado algo exigente por carretera convencional, pero también por autopista. La versión, la más potente de las dos disponibles: la Gran Autonomía, con motor eléctrico de 218 CV (160 kW) y 300 Nm, con batería de 87 kWh.

Y va de maravilla: es muy estable gracias a un buen reparto de pesos y a su bajo centro de gravedad para ser un SUV, de hecho es más crossover que todocamino. La suspensión es bastante firme, pero a la vez cómoda: no acusa bamboleos en curva o resaltos, pero no llega a ser del todo dura.

Además Renault ha trabajado especialmente en la insonorización de la cabina, gracias a una estructura que incluye una almohadilla que cubre todo en su fondo plano. Así neutraliza la rumorosidad de las ruedas, que se escucha más cuando hablamos de un coche eléctrico.

Su cambio automático es de una sola marcha: no podemos ajustar diferentes marchas, ni siquiera de forma simulada. Pero a cambio cuenta con cuatro niveles de retención, ajustables desde las dos levas del volante (de serie desde el segundo acabado). Esto además de para ahorrar batería es muy útil por ejemplo en descensos pronunciados o bajando una carretera de montaña: podemos ir ajustando la retención para que no vaya excesivamente lanzado.

 

Y en ciudad también destaca por ejemplo su maniobrabilidad gracias a un radio de giro reseñable para su longitud: de 10,9 metros entre bordillos. Así, puede hacer giros pronunciados fácilmente, siendo bastante ágil en carreteras urbanas y con mucho tráfico.

Además, también probamos brevemente su asistente de atascos Stop & Go, capaz de frenar solo por completo en una detención para después reanudar la marcha. Y lo hace de manera muy orgánica y similar a lo que lo haría un conductor a sus mandos, aunque para esto es clave escoger la distancia a la que habitualmente frenamos ante el coche que llevamos delante.

Su acabado más interesante, desde 41.600 euros

 

El nuevo Renault Scenic cuenta con dos versiones: Autonomía Confort y Gran Autonomía. La primera monta un propulsor de 170 CV y una batería de 60 kW, firmando una autonomía eléctrica de hasta 430 km. La segunda, que es la que hemos probado, con el motor de 218 CV y batería de 87 kWh promete un rango entre cargas de hasta 623 km.

Pero además puede seleccionarse en cuatro acabados: el base Evolution, el segundo Techno y los más altos Esprit Alpine e Iconic. El de 170 CV sólo puede asociarse a los dos primeros acabados, mientras que el de 218 CV está disponible desde Techno.

No se puede decir que el Scenic sea barato, pocos eléctricos lo son y menos de su tamaño. Pero, como hacen el resto de marcas, Renault lo compensa con un amplio equipamiento. Ya en su acabado más básico monta faros LED y full LED traseros, apertura y arranque sin llave, climatizador bizona, espejos eléctricos calefactados, freno de estacionamiento automático, cámara de visión trasera o sensores de aparcamiento traseros. Y sobre todo la tan importante bomba de calor.

También la instrumentación digital de 12,3 pulgadas, pero en combinación con la pantalla multimedia más pequeña de nueve pulgadas. El sistema multimedia es el mismo para todos: el openR link basado en Google (Android Automotive). Esto significa que tiene apps integradas como Google Maps: no necesitamos conectar el teléfono a través de Android Auto o Apple CarPlay para disfrutar del popular navegador.

Y no faltan sistemas de asistencia: control de crucero adaptativo, frenada automática de emergencia con detector de peatones, asistente activo de salida de carril, alerta de distancia de seguridad, lector de señales de tráfico o detector de fatiga.

La versión más interesante por equipamiento/precio es la Techno: ya incluye la pantalla multimedia de 12 pulgadas o el reposabrazos trasero Ingenius. También las levas en el volante para los modos de retención, el selector de modos de conducción, el portón trasero eléctrico, la carga inalámbrica para móviles o el planificador de rutas para coches eléctricos en colaboración con Google.

Además, desde este acabado ya podemos seleccionar el techo Solarbay, que siempre supone 1.500 euros adicionales.

El nuevo Scenic además ofrece un buen abanico de paquetes con varios extras incluidos. El más reseñable es el Augmented Vision & Advanced Driving Assist que incluye los sistemas ADAS más avanzados: salida segura de ocupantes, detector de ángulo muerto, alerta activa por colisión trasera, el asistente de atascos Stop & Go o sistema de centrado de carril. También añade el aparcamiento automático, la cámara 360º o el retrovisor digital. El precio de este paquete es de 1.500 euros.

En general el Renault Scenic eléctrico nos ha gustado mucho a nivel dinámico, también por comodidad y funcionalidad. El problema es su precio: entre 40.000 y 50.000 euros es un montante que sigo asociando a un coche premium, aunque ya no sea así. Y es que siendo justos no pocos eléctricos compactos arrancan también en 40.000 euros: el Opel Astra Electric o el Peugeot e-308 por ejemplo. Y es el Scenic es más espacioso y versátil.

Respecto al Tesla Model Y, que es su rival a batir aunque el de Renault es menos potente, más pequeño y con bastante menos maletero, es 3.000 euros más asequible.

 

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Fuente: Motorpasión

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