El estilo es muy atrevido. Sobre todo en la parte delantera, donde la firma luminosa que recorre todo el ancho del parachoques, una línea de LED similar a la ya vista en el Hyundai Staria, le confiere un aspecto tecnológico, incluso francamente futurista.

El mismo truco de estilo se puede ver en la zaga. Eso sí, tanto delante como detrás, los grupos ópticos adicionales montados en las aletas, rompen la fluidez visual del conjunto y, sobre todo, resultan demasiado expuestos a posibles pequeños choques y roces.

Además de su nuevo estilo más elegante y espectacular, tanto que la anterior generación llega a parecer conservadora, el nuevo Kona eléctrico ha subido de categoría. Es 15 cm más largo que su predecesor.

Ha pasado de 4,21 m a medir 4,35 m. Eso son 3 cm menos que un SEAT Ateca, y 1 cm más que el nuevo Dacia Duster o el Honda HR-V y su versión eléctrica, el Honda e:Ny1. En cuanto a su precio, de 40.950 euros a 52.400 euros, según las versiones, se acerca más al de la categoría superior.

Si bien existe un Kona Eléctrico de 156 CV y batería de 48 kWh (desde 40.950 euros), es la versión tope de gama que probamos en esta ocasión. Equipa un motor 160 kW (217 CV) asociado a una batería de 65,4 KWh de capacidad útil.

Interior: moderno y muy amplio

El Hyundai Kona eléctrico cuenta con levas en el volante para regular la frenada regenerativa en cuatro niveles, siendo el cuarto la función e-pedal, o conducción con un sólo pedal.

Al abrir las puertas del Kona descubrimos un habitáculo igual de moderno que el exterior. El salpicadero, relativamente despejado, está dominado, como en todos los modelos Ioniq, por un gran panel digital que alberga las dos pantallas, el cuadro digital y la pantalla táctil de 12,3 pulgadas del sistema de infoentretenimiento.

Este ofrece un planificador de rutas. Funciona bastante bien, sólo hay que tener en cuenta que, en los ajustes, es preciso indicar el límite de carga para poder planificar correctamente la ruta. Y es que por defecto calculará los tiempos y las paradas en función de cargas al 100%. Recordemos que más allá del 80% u 85% de carga en corriente continua, los tiempos de carga son desesperadamente largos. Otro buen punto para Hyundai: los controles del climatizador y de la ventilación siguen siendo botones físicos, lo cual facilita mucho su uso.

Como suele ocurrir últimamente con Hyundai, los ensamblajes en el interior son meticulosos, pero algunos plásticos desentonan (mucho plástico duro y fino) en un interior que desprende una sensación global de calidad.

Te sientes donde te sientes a bordo, hay una verdadera sensación de espacio. Y no es sólo una sensación. El habitáculo es muy amplio, tanto delante como en las plazas traseras. Detrás, el Kona ofrece más espacio que en un Peugeot 3008, referencia del segmento. El confort de los asientos también es digno de elogio, aunque les falta sujeción lateral.

Por último, el Kona también ha progresado en términos de volumen de maletero, considerablemente más generoso que en la anterior generación. Hemos pasado de 374 litros a 466 litros, más 27 litros bajo el capó delantero que resultan ideales para guardar los cables de carga tipo 2, por ejemplo.

Al volante: un coche cómodo y con ayudas ADAS exasperantes

Seamos claros de entrada, a pesar de sus 217 CV, el Hyundai Kona Eléctrico es ante todo un coche familiar. Si bien es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,8 s y pasar de 80 a 120 km/h en 7,4 s, es un coche esencialmente cómodo y al que no le gusta que le brusquen, con un morro que tiende a alargar la trayectoria si nos pasamos aunque sea un poquito. De hecho, el par máximo se ha reducido a unos mucho más modestos 255 Nm, frente a los 395 Nm de la generación anterior.

Así, el tren delantero es ahora capaz de aguantar la fuerza que recibe, ya no hay reacciones extrañas en la dirección y los neumáticos ya no gritan su desaprobación en cada curva. La dirección es muy suave (quizá un poco demasiado) y nos aísla completamente de lo que hacen las ruedas delanteras. Todo ello para poder ofrecer una conducción lo más cómoda posible, sin que nada venga perturbar la tranquilidad que reina a bordo.

Aun así, no todo es perfecto. La amortiguación sigue sin filtrar ciertas irregularidades, especialmente en ciudad a baja velocidad. Quizá, las ruedas de 19 pulgadas de nuestro modelo tampoco ayudaban a ello. En regla general, disfrutamos de un nivel de confort generalmente bueno que refleja el temperamento del coche: tranquilo y homogéneo.

En cambio, las ayudas a la conducción del coche son todo menos tranquilas, llegan a ser exasperantes. El aviso de exceso de velocidad y el asistente de mantenimiento de carril entran en acción con demasiado celo y fastidiosos pitidos. Al menos se pueden desconectar, pero en cuatro pasos vía la pantalla digital (no hay un acceso directo). El problema es que la desactivación no se guarda en la configuración del conductor. Cada vez que se apaga el motor y se vuelve a encender, éstas vuelven a estar activas.

El indicador de velocidad máxima en la vía, además, en más de una ocasión sigue confundiendo el límite de velocidad de la vía de servicio, en general 60 km/h, con el de la autovía (120 km/h), por lo que incluso si vamos a 100 km/h el aviso de exceso de velocidad va a estar pitando.

Autonomía y consumo: mejorables en autopista

Equipado con su batería de 65,4 kWh, el Kona Eléctrico promete una autonomía WLTP combinada de hasta 514 km, siempre y cuando se quede uno con las ruedas de 17 pulgadas, de serie en los niveles de acabado Flexx y Tecno. En el acabado Style, el tope de gama, las ruedas pasan a ser de 19 pulgadas y la autonomía homologada baja entonces a 454 km y homologa un consumo medio de 16,6 kWh/100 km.

En un uso real, estas cifras varían poco si nos movemos por la ciudad o por carreteras secundarias. En este caso, el consumo medio en prueba ha sido de 12,5 kWh/100 km, en ciudad, y de 17,7 kWh/100 km y carretera, para una autonomía de 523 km y 369 km, respectivamente.

Sin embargo, es en autopista que el consumo se me antoja un tanto decepcionante con 22 kWh/100 km. Aunque está en la media baja del segmento, me espera menos. En este caso, la autonomía es de sólo 297 km (de 100% a 0%), lo que en la práctica equivale a parar cada 200 km en caso de viajes largos (del 80% al 10 % de la batería).

En lo que respecta a la velocidad de carga, cuenta con una velocidad máxima de 102 kW por lo que una carga del 10% al 80% tardará unos 40 minutos, lo que es más rápido que un BYD Atto 3 (88 kW), que el Honda e:NY1 (78 kW) y que el Kia Niro EV (oficialmente de 80 kW, pero suele aceptar un poco más).

Hyundai Kona Eléctrico: nuestra valoración

El Hyundai Kona Eléctrico tiene casi todo para ser un modelo de éxito. Sus generosas dimensiones lo hacen casi tan acogedor como los modelos de la gama superior. El confort de marcha es soberbio y el equipamiento de serie, relativamente completo. En el día a día va sobrado de autonomía, no tanto si salimos a la autopista. Es un SUV eléctrico muy completo.

La versión con batería de 65 kWh en el acabado Flexx será sin duda la versión ideal para la mayoría de los compradores, ya que ofrece la mejor relación calidad-precio con la mayor autonomía de batería posible, que supera entonces los 500 km WLTP.