Igual que tú sacas la ropa del invierno cuando llega el frío, es posible que tu coche necesite un mínimo de cuidados en esta época del año para evitar algún que otro ‘resfriado’ mecánico. Esta simple revisión será suficiente.
¿Eres un manitas de la mecánica? Pues mejor para ti. ¿No lo eres? Pues no te preocupes, que te vamos a dar las nociones básicas para que sepas si hay algo en tu coche que requiere atención para evitar problemas este invierno. En cualquier caso, y como siempre decimos, lo más importante es que sigas los intervalos de mantenimiento y las operaciones a realizar que allí se indican para que todo vaya como debe.
Neumáticos
Son clave cuando aparece la lluvia. De hecho, es en esas condiciones cuando te das cuenta cuál es la diferencia real entre un buen neumático y uno de marca rara… Por eso, nosotros te recomendamos que instales siempre neumáticos de marcas reconocidas: Michelin, Pirelli, Goodyear, Dunlop, Hankook, Continental…
Independientemente de eso, revisar las presiones sigue siendo tan fundamental como el resto del año, y también es aún más importante si cabe comprobar el desgaste del neumático, pues de su profundidad dependerá la correcta evacuación del agua. También es importante, como el resto del año, comprobar que no hay daños en el neumático, como cortes, deformaciones… Otro aspecto a valorar son posibles vibraciones a cierta velocidad, algo que delata un desgaste irregular de la rueda o, también, la necesidad de volver a equilibrarla.
Vamos más allá. Tener unos neumáticos con muchos años también puede afectar al compuesto de la gama. Si se ha endurecido, su capacidad de agarre disminuirá drásticamente, por lo que es recomendable que, si tus neumáticos tienen más de cinco años, o si has apreciado cualquiera de los síntomas anteriores, acudas a un taller para que lo valoren y te den su opinión.
Luces
No hace falta ser un experto en nada para saber que, en estas fechas, hay menos horas de luz, más días nublados, más días con niebla y más días en los que puede llover. Por eso, si ver y ser vistos es siempre fundamental, en esta época ya no os quiero contar. Así que haced el favor de comprobar que todas las luces funcionan correctamente y, si notáis que las de corto o largo alcance no alumbran con la intensidad que debería, proceded a cambiarla.
Y, aunque parezca una perogrullada, de nada sirve que las revisáis si, después, no las usáis como es debido. Es sólo un toque de atención para aquellos conductores a los que les debe doler el dedo cada vez que ponen el intermitente, o a aquellos otros que se creen que con la luz de día ya es suficiente para circular de noche, o cuando hay poca luz (esa luz no ilumina ni la mitad que la de cruce, deslumbra a los que vienen de frente porque está pensada para que se te vea de día y, además, por detrás no se te ve, ¡merluzo!).
Líquidos
Revisar el aceite y, sobre todo, el líquido del limpiaparabrisas y del circuito de refrigeración es algo especialmente importante en estas fechas. ¿Refrigerante? ¿Necesita refrigerarse un motor cuando hace frío? Pues sí, obviamente. ¿O es que tú no sudas si te pones a hacer ejercicio aunque en la calle haya cero grados?
Y no sólo eso. Ten en cuenta que es importante que el refrigerante esté en buen estado, pues contiene anticongelante para evitar que la congelación del líquido en temperaturas extremas. Un vistazo al nivel y al color del líquido nos permitirá comprobar que está todo en orden. De todas formas, nunca está de más sustituirlo por precaución cada cuatro años. En el taller te costará unos 60 euros.
¿Y el líquido del limpia? ¡Si no hay mosquitos en estas fechas! No, pero cuando vayas por una carretera mojada, sin llover, y un camión te vaya salpicando toda su suciedad, agradecerás ese líquido para limpiar la luna al instante. Una garrafa de cinco litros cuesta una miseria: ronda los 10 euros.
Escobillas
Las escobillas de los parabrisas tienden a degradarse por las temperaturas extremas o simplemente por desgaste. Es recomendable cambiarlas una vez al año, si es que aprecias que empiezan a dejar restos al barrer el agua. Su coste medio es de unos 30 euros y la sustitución suele ser algo muy sencillo. Si eres capaz de freír un huevo, lo normal es que puedas cambiar una escobilla sin mayor complejidad.
Batería
Es la parte más difícil de diagnosticar. De hecho, si está ‘tocada’ lo más probable es que una mañana vayas a arrancar… y oh, sorpresa, el coche no arranca. ¿Qué podemos hacer? En cuanto una mañana notemos que al coche le cueste arrancar, es muy recomendable sustituirla o hacer una visita al taller para que nos chequeen su estado.
Tampoco está de más que te la revisen en un taller si ya tiene un mínimo de tres años, e incluso es recomendable recordarle a tu mecánico que revise su estado cuando acudas a cambiar el aceite, por ejemplo.
Si eres de los que usa poco el coche, recuerda que el frío no le sienta demasiado bien a las baterías. Por eso, arrancar el coche y darnos una vuelta de 15-20 minutos al menos cada dos semanas es muy recomendable. Otra opción para vehículos parados de larga duración, y si tenemos el coche en un garaje con la posibilidad de utilizar un enchufe, es conectar un mantenedor/cargador de baterías. Los hay de razonable calidad desde unos 30 euros, y son muy útiles en estos casos.
Fuente: Aurofacil
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