Cuando buscamos comprar un coche nuevo, lo primero que solemos mirar después del precio, es lo que consume. En España, ese dato no solamente influye directamente sobre cuánto se gastará en combustible o energía eléctrica, sino que determina indirectamente el nivel impositivo al que será sometido en función de sus emisiones de CO₂.
Consumo y emisiones de CO₂ son calculados para todos los coches nuevos vendidos en Europa mediante un protocolo muy estricto, el WLTP (por Worldwide harmonized Light vehicles Test Procedure), que se completa con pruebas en condiciones reales de uso, el RDE (Real world Driving Emissions).
Las emisiones de CO2 se calculan indirectamente vía el consumo del coche
Las emisiones de CO₂ de los coches se calculan en función de su consumo según el ciclo WLTP. Se trata de una prueba realizada en laboratorio, poniendo el coche en cuestión sobre rodillos. Dura 30 minutos en los que se simula una conducción en entornos urbanos, en carreteras secundarias y en autovías o autopistas.
La prueba consta de cuatro fases: baja velocidad (589 segundos), velocidad media (433 segundos), alta velocidad (455 segundos) y muy alta velocidad (323 segundos).
A nivel práctico, por ejemplo, se acelera de 0 a 50 km/h entre 5 y 10 segundos, mientras que la velocidad máxima, simulando una conducción en autopista, es de 131 km/h.
Además, en algunos modelos de coches se hacen incluso dos ciclos de homologación, uno con la versión más ligera y otro con la versión más pesada con todo el equipamiento opcional posible, lo que en algunos modelos de prestigio puede hacer engordar considerablemente el coche.
Del consumo obtenido, se extrapolan las emisiones de CO₂. Partiendo de la base de que un litro de gasóleo quemado en un coche emite 2.640 gramos de CO₂. Si hablamos de un diésel con un consumo de 5 litros/100km emitirá 132 g/km.
En el caso de un coche de gasolina, la quema de un litro de gasolina emite 2.392 gramos de CO₂. Por tanto, las emisiones de CO₂ de un coche de gasolina que consume 5 litros/100 kilómetros serán de 120 g/km.
Además, a mayores emisiones, mayor es el impuesto de matriculación. Esta va desde cero para los coches que emiten menos de 120 g/km de CO2 hasta 14,75% del valor del coche para los que emiten más de 200 g/km de CO₂.
| Tramos del impuesto de matriculación en función de las emisiones de CO₂ | |
| Hasta 120 g/km de CO₂ | 0% |
| Entre 120 y 160 g/km de CO₂ | 4,75% |
| Entre 160 y 200 g/km de CO₂ | 9,75% |
| Más de 200 g/km de CO₂ | 14,75% |
Cómo se calculan las emisiones de NOx y por qué son importantes
El ciclo WLTP se completa luego con las pruebas en carretera abierta del protocolo RDE. En éstas, se escoge un coche de forma aleatoria sin informar previamente al fabricante, y se comprueba que las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), algo que no es exclusivo de los diésel, no se alejan demasiado de las recomendaciones oficiales.
Estas pruebas se podrán efectuar en temperaturas que van desde los -7ºC hasta los 35ºC, a altitudes comprendidas entre 0 y 1.300 m. Y si la prueba se realiza en Alemania, la velocidad máxima será de 160 km/h.
La idea es que las emisiones de NOx deban estar cercanas a lo recomendado por la ley, sea cual sea la situación y el lugar de Europa donde circule el coche. Recordemos que los límites de emisiones NOx se establecen en 80 mg/km en el ciclo WLTP y de 168 mg/km en condiciones reales de uso.
Estas emisiones son más perjudiciales que las del CO₂, ya que las concentraciones de dióxido de nitrógeno tienen que ver con molestias respiratorias por irritación de las vías aéreas, y se las relaciona también con el agravamiento de las enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas, a largo plazo.
Además, junto con las partículas en suspensión y los óxidos de azufre, son responsables de las llamadas lluvias ácidas (al juntarse con agua forman ácido nítrico, perjudicial tanto para la agricultura y la ganadería, como para bosques, suelos y aguas.
Los coches eléctricos ahorran CO₂
Los fabricantes también tienen que medir el consumo de sus coches eléctricos en el ciclo WLTP, no es algo exclusivo de los coches con motores de combustión interna. Lógicamente, lo hacen en kWh/100 km y, por la propia naturaleza del coche, no emiten directamente CO₂ cuando circulan.
De este modo, conociendo las emisiones de CO₂ de un coche gasolina o diésel equivalente al coche eléctrico que nos interesa, es fácil poder determinar cuánto CO₂ se dejaría de emitir por usar el coche eléctrico en lugar del gasolina.
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Fuente: Motorpasión
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