Llegan las lluvias y, con ellas, la hora de llevar a cabo el mantenimiento de un elemento de tu coche… al que no has ni hecho caso en los últimos seis meses: las escobillas limpiaparabrisas. Es probable que te toque sustituirlas: y te contamos todo lo que debes tener en cuenta.
Un estudio de la compañía aseguradora AXA revelaba, en 2017, que los accidentes se incrementaban hasta un 7% los días de lluvia. Por otro lado, la DGT explica que la mala visibilidad (ya sea por la falta de luz o por diversos fenómenos climáticos) es una de las principales causas de accidentes. ¿La conclusión? Contar con unas escobillas limpiaparabrisas en buen estado es sinónimo de seguridad al volante.
Ten en cuenta la medida…
Por supuesto, las escobillas adecuadas para tu vehículo varían en función de la extensión de la luneta delantera del mismo.
Si tienes un modelo superventas, no te preocupes, ya que en los paquetes de las distintas medidas de escobillas aparece una lista de las principales marcas y modelos para los que son válidas. Es cuestión de ir mirando en el propio establecimiento; ya que, en los distintos portales de venta de recambios, te pedirán siempre que introduzcas la marca y modelo de tu coche para ofrecerte los recambios adecuados.
Si tienes un coche ‘raro’ o bien muy antiguo; sí es buena idea que midas la longitud tanto de la escobilla a sustiuir (si vas a cambiar las delanteras, tanto la del lado derecho como la de del lado izquierdo). Con esa referencias, cualquier escobilla de ese tamaño debería valer para tu vehículo.
Y el material de las escobillas
En el mercado español encontrarás, básicamente, dos modelos de escobillas:
- Las de goma convencional: Son las más habituales, así como las más baratas (desde aprox. 18 euros el juego delantero). De cualquier forma, son eficaces en uso habitual y para la gran mayoría de usuarios
- Las de caucho de silicona que son aquellas, para entendernos, que no cuentan con una estructura metálica. Son aquellas que se pueden denominar como de ‘alta gama’ (cuestan a partir de 25 euros el juego de escobillas delanteras) que, eso sí, son más resistentes a la degradación y a las altas temperaturas. Hablamos de escobillas como las Bosch Aerotwin o las más novedosas (fueron lanzadas en 2022) Valeo Everguard, que incluso dotan a la luneta delantera de un revestimiento que mejora la evacuación de agua.
Mantenlas limpias y en buen estado
Ya instales uno u otro tipo de escobillas limpiaparabrisas, de cara a mantener su eficacia lo más elevada posible; deberás limpiarlas periódicamente (de suciedad, de insectos, de hojas…) para evitar que su superficie se degrade prematuramente. Basta con pasar un paño húmedo sobre su superficie por ejemplo, cada vez que laves tu coche.
De igual forma, se recomienda que mantengas lo más limpio posible el parabrisas delantero de tu vehículo para que, cuando tengan que actuar, las escobillas no se encuentren obstáculos (restos de insectos, de excrementos de pájaros…) que puedan dañarlas. Por último, no actives los limpiaparabrisas sobre un parabrisas seco o cuando exista hielo o nieve sobre él, ya que estarás degradando innecesariamente las escobillas limpiaparabrisas.
Y recuerda, se recomienda cambiar las escobillas limpiaparabrisas cada 1 ó 2 años
Las escobillas, ya sean de caucho o de silicona, se ven deterioradas por la luz del sol y del aire, siendo más rápido su desgaste cuantos más rayos UV reciban o cuanto más tiempo estén expuestas a temperaturas extremas.
Así las cosas, y aunque los expertos (y las marcas de escobillas limpiaparabrisas) recomiendan su sustitución cada año; lo cierto es que para vehículos que circulen habitualmente por zonas de temperaturas suaves o que duerman en garaje, este periodo puede alargarse a los dos años.
Eso sí, revisa el estado de tus escobillas cada año, para mantener tu seguridad. Y sustitúyelas lo antes posible si…
- Si al darle al limpiaparabrisas observamos que las escobillas dejan estrías, esto es debido a que la lámina de caucho está dañada o cortada, ello provocado por las altas o bajas temperaturas que deterioran el caucho, con lo cual deberán ser sustituidas.
- Si aparece un velo de agua en el parabrisas. Eso es debido a que la lámina de caucho se inclina hacia un lado, pero no bascula hacia el otro, y esto es provocado por la exposición de la escobilla a los fenómenos meteorológicos, calor, frío, etc.
- Si la escobilla produce sacudidas y ruidos, también es debido al deterioro de la lámina de caucho/silicona por la exposición de diferentes temperaturas, haciendo que la presión de la lámina sobre el cristal sea mayor y provocando este fenómeno.
- Si las escobillas de tu coche dejan zonas no barridas. Este fenómeno se producen cuando la fuerza del viento introduce aire debajo de la escobilla. Cuando esto ocurre, hay que preguntarse si la causa es la pérdida de presión del brazo portaescobilla por un mal ajuste o un mal estado de la escobilla (el motivo más habitual), por lo que habrá que sustituirla.
Escrito por: Enrique Espinós
Fuente:: Autofácil
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