Categoría: Artículos

Cuando el automóvil aparece a finales del siglo XIX recibe el mismo distintivo de identificación que se daba a los carruajes, consistente en una placa metálica rectangular que debía colocarse en un lugar visible del vehículo, pero a medida que su número aumentó, en casi todos los países se creó un distintivo específico.

En España se adoptó para las matrículas el sistema de la letra inicial de la provincia seguida de un número correlativo, siendo el fondo blanco y las letras y los números negros, dándose la paradoja de que esta normativa no entró en vigor de manera inmediata en todas las provincias, siendo Palma de Mallorca, Salamanca y Cáceres (por este orden) las primeras en hacerlo en 1900, mientras que otras tardaron varios años, y así por ejemplo, Madrid y Barcelona no lo aplicaron hasta 1907, cuando ya había bastantes vehículos circulando.

En el caso del País Vasco, en que las capitales de sus provincias no tienen el nombre de éstas -Bilbao y Vizcaya; San Sebastián y Guipúzcoa; Vitoria y Álava- se adoptaron las letras de la capital, lo que también se hizo en Asturias cuyos vehículos a motor llevaban la O de Oviedo, y en Navarra con las letras PA de Pamplona, si bien en este caso, y desde 1912, se sustituyó el PA por el NA de Navarra, siendo una excepción Teruel y Tenerife, ambas con TE, y aunque entonces era casi imposible encontrar circulando por Tenerife un coche de Teruel y viceversa, Tenerife pasó luego a TF, y en lo referente a Baleares, todos sus vehículos de motor llevaban la matrícula PM (Palma de Mallorca).

Hay matrículas españolas hoy olvidadas, como fueron las de los territorios españoles en África, como SH del Sahara Occidental; FP de Fernando Po; IF de Ifni, o RM de Río Muni, así como las de entidades oficiales como PMM (Parque Móvil Ministerios); ET y FN (Ejército de Tierra y Fuerzas Navales respectivamente); MOP (Ministerio de Obras Públicas); PGC (Parque Guardia Civil), y algunas otras.

En algún caso, la tardía fecha en que aparecen coches con las matrículas correspondientes al nuevo reglamento no se debía a la no implantación del mismo, sino a que no había ningún coche matriculado, como fue el caso de Cuenca cuyo CU – 1 no apareció hasta 1911.

Tabla de inicio de las matrículas reglamentarias por provincias:

Año 1900 Baleares; Salamanca; Cáceres

Año 1901 Cádiz; Santander; Alicante; San Sebastián; Tarragona

Año 1902 Gran Canaria; Castellón; Valencia; La Coruña; Bilbao

Año 1903 Badajoz, Pontevedra

Año 1904 Córdoba; Granada; Lugo

Año 1905 Logroño; Zaragoza; Oviedo

Año 1906 Vitoria; Murcia; Orense; Toledo; Huesca

Año 1907 Madrid; Barcelona; Almería; Sevilla; Gerona; Guadalajara; Jaén, Lérida; León; Málaga;

Zamora; Ciudad Real

Año 1908 Murcia; Albacete; Ávila; Burgos; Palencia; Valladolid; Soria; Teruel

Año 1910 Segovia

Año 1911 Cuenca

Año 1912 Huelva; Navarra (Pamplona) con la denominación NA que sustituía a la PA precedente.

Año 1917 Melilla

(Artículo de Pablo Gimeno, Comisión Técnica de Historia del Automóvil y de la Automoción de ASEPA)

Fuente: http://www.asepa.es/

Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)

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