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La movilidad está al borde de una gran transformación, pero esos cambios pueden ocurrir lentamente en los próximos años. Un resultado importante: menos ventas de automóviles privados (McKinsey & Company).

Si bien los cambios en la movilidad variarán según las zonas geográficas, nuestros escenarios nos han permitido identificar algunas tendencias globales, y una de las mayores se relaciona con los vehículos privados. Para 2035, la proporción de kilómetros recorridos (PMT – Passenger Miles Travelled) en automóviles privados disminuirá en aproximadamente 15 puntos porcentuales (Ver gráfico 1).

Al mismo tiempo, los nuevos modos de viaje que apenas están en el radar ahora, como las robolanzaderas autónomas, aumentarán su participación en PMT del 1% actual al 8%. El transporte público, los scooters electrónicos, las bicicletas eléctricas y la minimovilidad, automóviles muy pequeños de tres o cuatro ruedas, podrían convertirse en los modos de transporte preferidos, en lugar de un último recurso para las personas que no pueden pagar automóviles. Y las aplicaciones que vinculan diferentes formas de transporte, como las robolanzaderas y la movilidad aérea urbana, podrían hacer que los viajes intermodales sean más comunes, porque los pasajeros ya no tendrán que luchar para organizar un viaje.

Los cambios podrían llegar lentamente, incluso en aquellas áreas donde el cambio será muy fuerte. En los próximos años, es probable que la mayoría de las personas continúen con sus patrones y comportamientos de viaje habituales. Los habitantes urbanos en ciudades como Los Ángeles, Munich y Shanghai estimularán la mayor parte del cambio.

Los residentes de otras áreas, incluidas las zonas rurales, tienen menos probabilidades de tener acceso a nuevas formas de transporte. Los grandes cambios en la infraestructura de movilidad (calles más amigables para las bicicletas, vertipuertos para la movilidad aérea urbana) también es más probable que ocurran en las ciudades, al menos inicialmente. A medida que el transporte más ecológico se vuelva más común, el mundo finalmente podrá comenzar a ver caídas significativas en las emisiones.

Los cambios en la movilidad afectarán a todos, desde los OEM (Original Equipment Manufacturer) hasta los proveedores de viajes compartidos. Uno de los mayores cambios será en el número de ventas de automóviles privados. Es probable que aumente a nivel mundial en los próximos años y alcance su punto máximo a finales de esta década. Luego podrían caer a 84 millones de unidades para 2035, por debajo de los 85 millones de unidades vendidas en 2015.

Es probable que algunas regiones vean mayores caídas en las ventas de automóviles que otras, lo que podría alterar las cadenas de suministro, las estrategias de ventas y otros aspectos del modelo de negocio actual OEM. En 2035, por ejemplo, se pronostica que las ventas de automóviles en la Unión Europea serán casi un 20% más bajas que los niveles de 2015, y Estados Unidos podría experimentar una caída aún mayor del 30%.

La disminución de los automóviles tendrá un impacto mucho más profundo en los Estados Unidos que en Europa, que ya ofrece un mejor acceso a otros modos de movilidad, incluido el transporte público. Estados Unidos tendrá que crear una nueva infraestructura y aumentar el apoyo a las opciones de movilidad alternativa a medida que disminuya la propiedad de automóviles privados.

China, que ahora es un mercado importante para los automóviles, también experimentará una disminución de las ventas, aunque no en la misma medida que Europa y Estados Unidos. Los 26 millones de unidades proyectadas para ser vendidas en 2035 serán más bajas que el pico histórico de casi 27 millones en 2019, pero aún estarán por encima del nivel de 2015 de 24 millones.

Algunos mercados, como India y otras partes del sur de Asia, compensarán parcialmente la caída en otras regiones, y se espera que las ventas de automóviles continúen en una trayectoria ascendente más allá de 2035. Se proyecta que las ventas totales en países distintos de China, Europa y Estados Unidos, denominados el resto del mundo, asciendan a 33 millones en 2035. Esto es superior a los 29 millones del 2015 y ligeramente por encima del máximo histórico de 31 millones de unidades de 2018.

Si bien los clientes privados pueden mostrar menos interés por nuevos vehículos, los avances tecnológicos podrían permitir que surjan proveedores de robotaxi y roboshuttle. Si es así, podrían intentar construir sus flotas de vehículos para capturar una mayor participación en el mercado en crecimiento.

Aunque las ventas de automóviles pueden estar disminuyendo, se espera que surjan otros grupos de valor a lo largo de toda la cadena, lo que podría parar los modelos comerciales tradicionales. Dado el valor en juego, así como el creciente riesgo de fracaso empresarial, los actores de la movilidad deberían desarrollar una estrategia futura sólida, posiblemente una que difiera de las tácticas a largo plazo, para prosperar. La pregunta es si los OEM y otros pueden pivotar y escalar sus operaciones lo suficientemente rápido.

Si bien las nuevas tecnologías y regulaciones explicarán muchos cambios, el poder de las preferencias de los clientes, el deseo de opciones de movilidad más convenientes y sostenibles, es igualmente importante, si no más. Para esta revolución de la movilidad, el consumidor está en el asiento del conductor.

Artículo de McKinsey & Company. Sobre los autores:

Kersten Heineke es socia en la oficina de McKinsey en Frankfurt, Nicholas Laverty es socio asociado de soluciones en la oficina de Detroit, Timo Möller es socio en la oficina de Colonia y Felix Ziegler es consultor en la oficina del Área de la Bahía.

Fuente: http://www.asepa.es/

Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)

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