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Los proyectos para crear carreteras eléctricas; esto es, con bobinas bajo el asfalto capaces de cargar los coches eléctricos mientras circulan, continúan incrementándose. Francia y Noruega comenzarán a instalar esta tecnología en algunas de sus carreteras, aunque siempre en forma de proyectos piloto.

La reciente aprobación por parte de la UE para que, a partir de 2035 sólo se puedan vender automóviles nuevos sin emisiones (aunque también permitirán la venta de estos vehículos siempre que funcionen con ecocombustibles) ha impulsado a los países a buscar soluciones para una carga rápida y eficiente de vehículos eléctricos.

De esta forma, Francia y Noruega han presentado a licitación sendos proyectos para construir, dentro de su infraestructura vial, carreteras eléctricas capaces de cargar vehículos eléctricos en movimiento, además de estacionamientos equipados para la carga próximos a estas vías. Un proyecto en el que se unen a países como Suecia, Alemania e Israel que ya están probando este tipo de vías.

Esta nueva infraestructura promete ofrecer una forma más cómoda y efectiva de recargar los automóviles eléctricos sin depender de los puntos de carga tradicionales. Aunque, actualmente, los tramos de carreteras eléctricas todavía están en fase de pruebas y son aún escasos, existe la intención en los países más desarrollados de implementar esta tecnología tanto para el transporte público, especialmente los autobuses; como para el transporte de carga pesada y privada.

Electreon, la empresa encargada de las carreteras eléctricas

En el caso de Francia y Noruega, la compañía Electreon ha sido la seleccionada en la adjudicación de las licitaciones presentadas por ambos países. Esta compañía israelí, especializada en la construcción de este tipo de vías, ya está presente en diferentes países como Alemania, Israel o Estados Unidos, trabajando asimismo en proyectos como La Arena del futuro de Italia. Esta pista, que comenzó a construirse en 2020 y está operativa desde 2022, sirve desde entonces como centro de investigación y pruebas para la recarga inalámbrica de vehículos.

Además, la compañía de tecnología israelí ha ayudado a lograr varios récords, como el logrado con el Toyota RAV4 PHEV que estuvo más de 100 horas rodando sobre una pista de pruebas electrificada sin utilizar el motor de combustión.

¿Cómo serán estas carreteras eléctricas de Francia y Noruega?

En Francia, está previsto que se construya un tramo de carretera electrificada de dos kilómetros ublicada dentro de la autopista A10, también conocida como L’Aquitaine, y que se sitúa en las cercanías de París. En una zona próxima a esta vía, además, se establecerá una estación de recarga inalámbrica .

Por su parte, Noruega enfocará su proyecto en la ciudad de Trondheim, situada a unos 650 km de Oslo. Allí se priorizará la reducción de la contaminación de los autobuses y camiones, que estarán equipados con sistemas de carga inalámbrica. Se espera que esta infraestructura comience a operar a partir del año 2029.

A simple vista, y respecto con una carretera convencional, las carreteras eléctricas no supondrán ninguna diferencia a ojos del usuario. Sin embargo, bajo la superficie de esta vía electrificada y a una profundidad de aproximadamente 8 a 10 centímetros, se instalarán bobinas de cobre, que conformarán un sistema de carga inductiva. Estas bobinas generarán un campo electromagnético capaz de transferir energía de manera inalámbrica a los vehículos eléctricos que cuenten con la tecnología necesaria para captarla.

Los automóviles eléctricos que quieran ‘recargarse’ en estas carreteras deberán contar con las denominadas placas de resonancia magnética inducida, que en suma son un receptor que interactua con el campo electromagnético generado por las bobinas de la carretera. Este receptor actúa como una antena para captar la energía inalámbrica generada debajo de la carretera, permitiendo que el vehículo reciba hasta 1 megavatio de potencia.

Un millón y medio de euros ¡por cada kilómetro!

Aunque estas carreteras eléctricas podrían representar una revolución en el mercado de la electrificación, uno de los principales desafíos al que se enfrentan es su coste. Se estima que cada kilómetro de carretera electrificada puede llegar a tener un precio de entre un millón y medio y dos millones de euros. Sin embargo, es importante destacar que esta inversión tendrá una vida útil estimada de 20 años.

Así, se espera que, en los próximos años, aumente el número de países que se sumen a esta tecnología, favoreciendo el uso del transporte eléctrico y reduciendo así su tiempo de carga. Además, varios expertos han afirmado que en casos como Suecia, sólo sería necesario implantar el 25% de las carreteras del país con este sistema para abastecer a los vehículos eléctricos que circulan en él.

Escrito por: Ruth García Gómez

Fuente:: Autofácil

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