Jeep ha necesitado más tiempo que otras marcas del grupo Stellantis para lanzar un coche completamente eléctrico, pero ya lo tiene. La marca más todoterreno del mercado ha elegido un SUV urbano para adentrarse en el mundo de las cero emisiones.
Se llama Jeep Avenger y a España también llega con una versión de gasolina que lo convierte en uno de los modelos más baratos de su categoría.
El primer Jeep eléctrico
Jeep fue una de las primeras marcas que lanzó un todocamino del segmento B con el Renegade. Han pasado casi 10 años desde entonces y a lo largo de este tiempo los SUV urbanos se ha convertido en los reyes del mercado, por lo que Jeep ya no tiene suficiente con el Renegade.
A pesar de su veteranía, este modelo seguirá vendiéndose, de hecho, en los últimos años ha estrenado una variante PHEV con etiqueta CERO y otra micro híbrida con etiqueta ECO, por lo que a la marca americana solo le faltaba tener un eléctrico para cubrir todas las opciones posibles en este segmento.
Pero ese coche no ha llegado de la mano del Renegade, sino del Jeep Avenger, el nuevo SUV B de la firma estadounidense que compartirá categoría con el veterano Renegade. Eso sí, en España el Avenger no lo apuesta todo a la electrificación y está disponible con una mecánica de gasolina que lo convierte en una de las alternativas más baratas de su categoría.
Pero eso es solo en nuestro mercado y en otros pocos países donde el poder adquisitivo y las ventas de coches eléctricos no están al nivel del resto de Europa, como Italia y Portugal. Aunque esta versión de gasolina se venderá especialmente bien en España, la novedad que aporta el Avenger es que es el primer Jeep 100% eléctrico.
La marca ha aprovechado la tecnología de Stellantis para desarrollarlo, por lo que comparte la plataforma, el motor y la batería con otros SUV urbanos del grupo, como el Opel Mokka y el Peugeot 2008.
Se asienta sobre la arquitectura modular CMP, aunque Jeep asegura que la ha modificado en un 60% para este coche, utiliza el mismo motor eléctrico de 156 CV y 260 Nm de par que el Peugeot e-208 GT, el recién presentado Peugeot e-2008 o el Opel Astra Electric.
Urbano, pero Jeep
La batería, por su parte, es de iones de litio de 54 kWh de capacidad (51 kWh útiles) y está compartida con el mencionado Peugeot e-2008 que se acaba de renovar.
Por dimensiones, es un poco más pequeño que el Jeep Renegade y, comparado con el resto de modelos del segmento también tiene un tamaño más reducido, aunque su diseño robusto, típicamente Jeep, lo disimula muy bien. Mide 4,08 metros de largo, 1,77 metros de ancho y 1,53 metros de alto.
Si hablamos de sus cotas todoterreno sí está un paso por delante de sus competidores, incluido el Jeep Renegade. Su altura libre al suelo es de 20 cm y los ángulos de la carrocería no están mal para un modelo de este segmento: el de entrada es de 20 grados, el de salida de 32 grados y el ventral de 20 grados.
No es suficiente para hacer todoterreno, pero sí permite llevar menos cuidado a la hora de circular por caminos o pistas. Por otro lado, es la forma que tiene Jeep de distinguirse de los tantísimos SUV B que hay a la venta y de aportar su ADN a un coche que comparte tanta genética con sus primos de Stellantis.
Conscientes de ello, en Jeep han tirado de imagen de marca y hay varias referencias a la historia de la firma escondidas en el Avenger, como la parrilla del Willys que se encuentra en el paragolpes y las llantas.
Jeep también se ha propuesto combinar la forma con la función y, además de esos guiños estéticos, ha tenido en cuenta la practicidad a la hora de diseñar el Avenger.
Con el objetivo de dejar menos expuestos los puntos de la carrocería más susceptibles de llevarse golpes y arañazos, como las esquinas de los paragolpes y los faros, la marca americana ha incorporado protecciones extras en el exterior de este SUV.
Otra fórmula por la que apuesta Jeep para atraer a sus clientes con el Avenger es la personalización; además de ofrecer catálogos de colores y llantas muy completos, se puede optar por vinilos, pegatinas para la parrilla y distintas molduras para el interior, donde conviven la estética y la funcionalidad.
En lugar de utilizar materiales vistosos que no soportan muy bien el paso del tiempo, como el plástico negro piano, y de prescindir de los botones de toda la vida para incorporar mandos táctiles, dentro del habitáculo encontramos plásticos duros, botones físicos, muchos huecos portaojetos y una buena ergonomía.
Bien equipado, pero no va sobrado de espacio
El salpicadero no tiene un tacto blando tan agradable como el de los modelos del segmento superior, pero tampoco da la sensación de ser barato y parece que está hecho para aguantar bien el paso del tiempo.
En general, la sensación que transmite el Avenger es de robustez, aunque habrá que ver cómo sobrelleva los años la cubierta de tipo tablet que ha elegido Jeep para ocultar los objetos que se dejan en la consola central. Es un detalle original, pero, cualquiera que tenga una tablet o un móvil con una funda de este tipo, habrá comprobado que se desgastan rápido.
En cuanto a la ergonomía, es buena porque todo queda a mano. Hoy por hoy, es complicado que una marca diseñe un interior prestando la misma atención a la función y a la forma, pero Jeep lo ha hecho y no ha antepuesto la estética por encima de todo.
Hay botones físicos en el volante, para el climatizador y para regular el volumen del multimedia, además de accesos directos a las funciones clave bajo la pantalla táctil. No hay que hacerlo todo a través de la pantalla central y, aunque a algunas marcas les cuesta entenderlo, los conductores lo agradecemos.
También hay mucho sitio para dejar objetos y la postura de conducción es cómoda. Es fácil encontrar la posición correcta, tiene reposabrazos central y los asientos son cómodos, aunque no sujetan muy bien el cuerpo.
Y tampoco es que renuncie a la digitalización porque la pantalla central es grande (10,25”) y las dos terminaciones más altas llevan un cuadro digital personalizable y con varios modos de visualización, incluido uno que permite ver el mapa del navegador.
Es la fórmula de los demás SUV B de Stellantis, pero mezclada con las señas de identidad de Jeep. Ahora bien, en términos de habitabilidad no va tan sobrado como sus hermanos mayores, ni siquiera está al nivel del Renegade.
El maletero está en la media del segmento, con 380 litros en la versión de gasolina y 355 litros en la eléctrica, pero las plazas traseras me han parecido muy justas en anchura y espacio para las piernas. Van bien de altura, pero tampoco es bueno el acceso a ellas porque el ángulo de apertura de las puertas es más bien escaso.
Como sucede en cualquier coche del segmento, la plaza trasera central solo sirve para niños o emergencias, pero otros modelos eléctricos de la categoría tienen el suelo plano en esta zona, pero el Avenger no.
Pero tampoco es un coche pensado para viajar, al menos no de forma habitual, porque tiene un enfoque urbano, aunque su diseño y la propia filosofía de Jeep invitan a hacer más escapadas fuera de la ciudad que el resto de SUV urbanos.
Y no debería ser un problema con ninguno de los motores con los que está disponible. Bien es verdad que el bloque de gasolina 1.2 turbo puede quedarse algo corto con sus 100 CV y 205 Nm de par, pero esta versión del Avenger pesa poco más de 1.250 kg, por lo que no debería moverse mal.
De hecho, sobre el papel, el Avenger gasolina acelera de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos, pero habrá que esperar a conducirlo para comprobar de lo que es capaz. Por ahora, solo nos hemos puesto al volante del Jeep Avenger eléctrico.
Jeep no lo apuesta todo a la electrificación
Con sus 156 CV y 260 Nm de par, esta variante promete mejores prestaciones que el gasolina (0 a 100 km/h en 9 segundos), pero no hay que olvidar que es bastante más pesado que el Avenger 1.2 turbo porque la batería y el motor eléctrico lo llevan ligeramente por encima de los 1.600 kg.
En la práctica, los 156 CV permiten moverse con suficiente agilidad en cualquier escenario, pero brillan más en ciudad que en carretera, no tanto por el rendimiento que ofrece el motor, sino por su puesta a punto. En este sentido recuerda mucho a sus primos franceses, los Peugeot e-208 y e-2008, y tiene más similitudes con ellos que con el Renegade.
La suspensión es más bien blanda y la dirección apenas tiene peso. Y eso es bueno en ciudad porque se conduce y aparca con mucha facilidad, pero no es tan positivo en carretera porque falta información a través del volante y se echa en falta un menor nivel de asistencia en las curvas, incluso con el modo Sport activado.
Por este motivo y por el tarado blando de la suspensión el Avenger siempre invita a rodar a un ritmo tranquilo, no llega al nivel de un Citroën ë-C4, pero tampoco se puede comparar con el Opel Mokka-e, que da la sensación de ser más ágil, a pesar de que comparte plataforma con el Jeep y es menos potente (136 CV). El Jeep es similar al Peugeot e-2008 y está en un punto intermedio.
También comparte con sus parientes de Stellantis un buen aislamiento interior que contribuye a que sea cómodo, aunque también contribuye lo mencionado más arriba: asientos confortables, una buena posición de conducción y una ergonomía más que correcta.
Se puede, por lo tanto, salir de la ciudad sin ningún tipo de problema, pero hay que tener en cuenta la misma limitación que tienen todos los coches eléctricos: la autonomía. Homologa hasta 400 kilómetros entre carga, en la línea del resto de cero emisiones de los segmentos B y C, y a la hora de cargar permite hacerlo a potencias de hasta 100 kW en corriente continua.
De esa manera, haría falta poco más de 20 minutos para recuperar del 20 al 80% de la capacidad de su batería. Con corriente alterna se conforma con una potencia máxima de carga de 5,5 kW.
Lo de siempre, ¿se puede viajar con él? La respuesta es sencilla: si planificas muy bien el recorrido y sabes dónde cargar, por supuesto que sí, pero está claro que con la versión de gasolina será más fácil.
El eléctrico, en cambio, destaca mucho más en ciudad, no solo porque tiene autonomía de sobra para cubrir los trayectos de la mayoría de conductores sin necesidad de cargar en varias jornadas, sino porque es más cómodo y se mueve mejor.
Lo que está haciendo Jeep con el Avenger es llegar a un número de clientes más amplio al no limitarse a ofrecer únicamente la versión 100% eléctrica. Y tiene sentido porque el Avenger es uno de los productos más importantes para Jeep de los últimos años.
También porque este segmento tiene un público enorme y este coche es uno de los que más personalidad tiene de toda la categoría, por lo que está llamado a venderse bien, aunque puede que lo hiciese mejor si también se ofreciese con la mecánica micro híbrida del nuevo Peugeot 2008.
Es altamente probable que, al menos a corto plazo, Jeep venda más unidades de gasolina que eléctricas en nuestro país, pero la marca está dando un paso adelante porque, hasta ahora, no vendía ningún coche eléctrico y con el Avenger se adentra en el mundo de las cero emisiones. Más adelante llegarán más Jeep eléctricos de categorías superiores y una versión eléctrica más todoterreno del Avenger.
Ya está a la venta desde 23.300 euros
Y es fácil hacer esta última predicción porque, más allá de que sea eléctrico o gasolina, lo que importa a muchos compradores es el precio: el eléctrico parte desde los 37.500 euros y el gasolina desde los 23.300 euros.
pvp | |
---|---|
Jeep Avenger bev | 37.500 € |
Jeep avenger longitude bev | 38.500 € |
Jeep avenger altitude bev | 40.500 € |
Jeep avenger summit bev | 42.500 € |
En los dos casos hay cuatro niveles de acabado: Avenger, Longitude, Altitude y Summit. El básico lleva de serie llantas de acero de 16”, luces LED, sensor de lluvia, pantalla táctil central de 10,25”, selector de modos de conducción, control de descensos, Apple CarPlay y Android Auto sin cables, reconocimiento de señales de tráfico y asistente de mantenimiento de carril, entre otras cosas.
pvp | |
---|---|
Jeep Avenger 1.2 100 CV | 23.300 € |
Jeep Avenger 1.2 100 CV longitude | 24.500 € |
Jeep Avenger 1.2 100 CV altitude | 26.200 € |
Jeep Avenger 1.2 100 CV summit | 28.700 € |
El Longitude añade llantas de aleación de 16” y sensor de aparcamiento trasero. El Altitude suma los denominados asientos premium, que son los que llevaba la unidad que probamos en la toma de contacto y decíamos que son cómodos, además del cuadro digital con pantalla de 10,25” y portón trasero eléctrico manos libres.
Por último, el Summit tiene pilotos traseros LED, luz ambiental multicolor en el interior, conducción autónoma de nivel 2 (asistente de mantenimiento en el carril y control de crucero adaptativo), sensores de aparcamiento delante y detrás y cámara trasera con vista cenital.
Escrito por:
Fuente:: Motorpasión
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