Categoría: Artículos

Tras el arranque de SEAT en 1953 con 959 unidades fabricadas del modelo 1400, la marca fue incrementando su producción de manera paulatina, pasando a producir 2.551, 7.641 y 10.502 automóviles en los siguientes tres años, cosa que se logró gracias a una mayor eficiencia de la cadena de montaje, a la implantación de un nuevo turno y a la mayor ‘nacionalización’ del coche, entendiendo por ello que el número de componentes y piezas de esos SEAT 1400 estaban ya fabricados en España por empresas como Bressel (cuadros de instrumentos y carburadores), FEMSA (equipos eléctricos), Artés de Arcos (bocinas y similares) y otros proveedores, sin olvidar a la propia SEAT que en agosto de 1954 puso en marcha la sección de prensas, y es que una fábrica de automóviles tiene mucho de empresa ‘multiplicadora’.

Desde el punto de vista de la producción, ese crecimiento podía seguirse bien tanto por SEAT como por las firmas que la servían, y eso fue así hasta agosto de 1957 en que se puso en el mercado el SEAT 600, modelo que desbordó todas las previsiones, alcanzando en las listas de ventas un plazo de entrega de dos años, momento a partir del cual SEAT dio orden a sus concesionarios de no aceptar más demandas para este coche del que se produjeron 2.586 unidades en 1957; 12.009 en 1958, primer año completo de su fabricación, y en torno a las 23.000 unidades los tres años siguientes, cifra que venía a ser el tope de la capacidad, tanto por parte de la fábrica, como por la de algunos de sus proveedores, así que era preciso hacer algo, y ese algo fue una gran ampliación de la fábrica de El Prat, ampliación que fue operativa desde el segundo semestre de 1963, lo que permitió llegar a 36.302 SEAT 600 en ese año, siendo 61.097 y 66.478 las unidades del 600 D fabricadas en 1964 y 1965 respectivamente, y además había llegado el 1500 que sustituyó al 1400 C y que también supuso un incremento de la demanda.

Gracias a ese enorme aumento de la producción, las listas de espera fueron disminuyendo a pesar del aumento de la demanda, ya que no debemos olvidar el notable desarrollo del país tras la implantación del conocido como Plan de Estabilización de 1958, y la consiguiente mayor demanda de productos a medida que la capacidad adquisitiva crecía, planteándose poco después otro reto que era el de una nueva ampliación de la fábrica para un modelo futuro que iba a ser el 850 que, al no sustituir a ninguno existente, necesitaba de una cadena de montaje exclusiva para él…, pero esta es otra historia.

El otro gran esfuerzo que contribuyó a ese éxito de SEAT fue el de la industria de proveedores, sabedora de que tenía que cumplir con el desafío de multiplicar por tres su producción, ya que de nada servía que lo hiciera SEAT si la industria de componentes no seguía ese crecimiento, y lo cierto es que lo hizo, habiéndose pasado de unos años -de 1959 a 1963- en los que incluso los recambios escaseaban, a unos momentos en los que, según dijo con indudable humor un alto directivo de la marca: “Ahora hay recambios de SEAT hasta en las farmacias”.

En definitiva y teniendo en cuenta toda la producción de SEAT, que incluía a los 1400, el 1500 y los 600, la marca pasó de fabricar 22.157 unidades en 1958 a 90.920 en 1965. No estuvo nada mal.

Fuente: http://www.asepa.es/

Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)

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