De la misma forma que el ABS o el ESP, el sistema Start/Stop se ha convertido en un elemento habitual de los coches modernos y ha evolucionado tanto que hemos aprendido a vivir con su funcionamiento, acostumbrándonos a que el motor del coche se pare cada vez que llegamos a un semáforo, un paso de cebra o un atasco.
Después de tantos años en el mercado y de que lo hayan adoptado casi todos los coches, es normal. Pero hay gente que todavía se muestra contraria al Start/Stop y no son pocos los conductores que han adoptado la rutina de apagar el sistema cada vez que se suben al coche. La cuestión es cuándo conviene activarlo o desactivarlo.
Puede desactivarse con un botón
Aunque parece un invento relativamente moderno, el sistema Start/Stop de los coches viene de lejos. En los años 70 y 80 ya hubo fabricantes que experimentaron con esta tecnología que permite apagar el motor de forma automática cuando el coche se para y lo arranca también automáticamente cuando se retoma la marcha.
Es sencillo. Reducir el consumo de combustible siempre ha sido uno de los objetivos principales de cualquier fabricante y en esa época los ingenieros se dieron cuenta de que, cada día, muchos coches pasaban bastante tiempo parados y con el motor encendido, ya fuese en semáforos o en las retenciones que se producen en un atasco.
La solución era muy fácil: apagar el motor en esos momentos. El problema, al menos en ese momento, es que los motores de arranque tenían una vida útil limitada, por lo que el reto pasaba por diseñar la tecnología necesaria para que el coche garantizase más ciclos de arranque de forma fiable.
Fabricantes como Fiat, Volkswagen o Audi lo consiguieron en los años 80 con una electrónica y un alternador específicos, así como con baterías más grandes. El resultado llegó en forma de consumos más contenidos (ahorra alrededor de un 10%) y un mayor confort de marcha, puesto que la ausencia de ruidos y vibraciones provenientes del motor hacía más llevaderas las paradas.
Pero esta tecnología necesitó más tiempo para estandarizarse. Fue en la primera década de los 2000 cuando comenzó a incorporarse en más coches, como el Volkswagen Lupo 3L, el Audi A2 con el mismo motor que el Lupo, el Citroën C3 o el BMW Serie 1.
Y a medida que los fabricantes fueron adoptado el sistema para reducir el consumo y las emisiones, proliferaron los detractores del Start/Stop. Por suerte para ellos, casi todos los coches con Start/Stop permiten desactivar esta función de forma sencilla, simplemente con un botón que suele quedar a mano, en el salpicadero o la consola central.
También es cierto que este sistema ha mejorado con el paso del tiempo y en muchos de los coches actuales su funcionamiento es tan suave que casi nadie se acuerda de que existe. En algunos micro híbridos es todavía mejor porque el motor de combustión se desconecta cuando faltan varios metros para aparcar, incluso hay modelos que permiten recorrer varios metros en modo eléctrico al retomar la marcha. Con todo, apagar el Start/Stop tiene algunas ventajas.
Entre ellas está alargar la vida de la batería y de otros componentes de desgaste, como el motor de arranque, pero también permite aprovechar todo el rendimiento del climatizador en las paradas, lo cual es especialmente útil en épocas de mucho calor o frío intenso. Con el Stop/Start encendido, su rendimiento disminuye en las paradas si el motor de combustión se apaga.
Otra de las ventajas de desconectar el Start/Stop tiene que ver con las paradas que se producen después de un viaje o tras hacer un uso intenso del motor, como por ejemplo al terminar una tanda en circuito.
Si el sistema está desconectado, la mecánica permanece al ralentí al parar, algo que agradecerán ciertos componentes, como el turbo. Y lo mismo sucede si el filtro antipartículas se está regenerando y el sistema Start/Stop de ese coche no lo tiene en cuenta y apaga el motor, algo que no es habitual, pero que puede suceder.
En cualquier caso, los sistemas Start/Stop ya han demostrado más que de sobra su eficacia y fiabilidad. Todos los elementos del coche, como el motor de arranque, la batería (también es más cara) y el alternador están reforzados para soportar el trabajo extra que supone parar y arrancar el coche más a menudo.
Solo es recomendable desconectar esta función en situaciones tan puntuales como las que hemos comentado. Además, al desconectarlo se incrementa el consumo y las emisiones, así como el nivel de ruido y vibraciones.
Escrito por:
Fuente:: Motorpasión
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