Con este título, Christian Gerondeau, Ingeniero de la Politécnica de París, especialista en medio ambiente y transportes, verdadero ‘padre’ de la seguridad vial en Europa, ha publicado recientemente el tercer libro de una trilogía, que denomina genéricamente ‘LA RELIGIÓN ECOLOGISTA’, en la que desmonta, de forma rigurosa, todos los supuestos dogmas que, a la postre, concluyen en que nos encaminamos hacia un apocalipsis climático.
En este libro (‘El vehículo eléctrico y otras locuras’ – Ed. de l’Artilleur, Paris, 2022), centrado, como su título indica, en el coche eléctrico, al que califica de ‘locura’, enumera y desarrolla, con rigor y profundidad, todos los aspectos negativos de estos vehículos, que resume en doce puntos, como las ‘plagas de Egipto’:
“1. A igualdad de peso, una batería totalmente cargada genera 20 veces menos energía que los carburantes gasolina o diésel. Por otro lado, se necesita media hora para recargarla al 80%, en las tomas de mayor potencia (carga rápida), contra 5 minutos para llenar un depósito de carburante. En contra de la opinión dominante, las leyes de la Física ponen de manifiesto que no existe esperanza alguna en que estas limitaciones puedan desaparecer”.
“2. La generalización del coche eléctrico es incompatible con la explotación de las autopistas interurbanas. Éstas no podrían asegurar su recarga en días de mucha circulación, como ocurre en California, donde los coches eléctricos no representan más que el 1% del parque automóvil.”
Se refiere Gerondeau al colapso que se produjo en las autopistas californianas en los días de Acción de Gracias en 2019 y 2020 por la presencia masiva en ellas de los coches eléctricos, que exigió a TESLA sacar a la carretera todos los grupos electrógenos disponibles para ampliar los puntos de recarga y que no resolvieron el gran atasco. Para 2021, aconsejó a los usuarios de sus coches que no salieran a la carretera en esos días de desplazamientos masivos.
“3. La autonomía de los automóviles eléctricos es de tres a cinco veces menos que la indicada en los manuales oficiales. Sería necesario, en una primera fase, reducir el límite de velocidad a 100 km/hora, que teniendo en cuenta los tiempos de recarga, en realidad serían 80 km/hora.”
“4. Los vehículos eléctricos no generan CO2 durante su funcionamiento, pero en general, teniendo en cuenta el generado durante su fabricación y la de sus baterías, por un lado, y el origen de la electricidad que consumen, por otro, vienen a generar prácticamente el mismo CO2 que los de gasolina, e incluso, los diésel, durante su vida práctica.”
“5. Aun teniendo en cuenta que los vehículos eléctricos no generan emisiones de CO2, el volumen de emisiones debido al tráfico rodado mundial es tan insignificante en comparación con la masa de CO2 presente en la atmósfera, que no tendría efecto significativo sobre ella ni sobre el clima, si es que depende de ella.”
“6. El cambio a vehículo eléctrico no tendría ningún efecto sobre la contaminación del aire, porque ésta prácticamente ha desaparecido en las ciudades occidentales.”
“7. Los coches eléctricos son mucho más caros de adquisición y de mantenimiento que sus homólogos de motor térmico. La generalización de los coches eléctricos iría en contra de la democratización del automóvil, que ha sido una de las grandes conquistas de las últimas décadas y quedaría reservada su adquisición a los más pudientes.”
“8. Al final de la vida útil (garantía) de su batería, y salvo que haya un avance claro, el valor de reventa de los coches eléctricos sería dudoso, ante la necesidad para el segundo adquirente de comprar una batería nueva, con un coste de 10.000 a 20.000 euros, dependiendo de los modelos.”
“9. La industria europea del automóvil se está viendo obligada actualmente a comprometer cientos de miles de millones de euros para reconvertirse y cumplir con la exigencia de las autoridades comunitarias de que, a partir de 2035, todos los vehículos que se fabriquen sean eléctricos, en detrimento del empleo en el sector y en beneficio de las empresas extranjeras competidoras.”
“10. A menos que se establezcan nuevos y muy fuertes impuestos sobre los vehículos eléctricos, las finanzas públicas de los países europeos, dejarían de contar con los cientos de miles de millones que ahora ingresan cada año con los impuestos sobre los combustibles, aparte de que tendrían que incurrir en inversiones cuantiosas para desarrollar las redes de recarga. A lo largo de las grandes rutas interurbanas sería necesario construir una central eléctrica de gran potencia, cada 100 km.”
Calcula Gerondeau que en Francia, cada 100 km de estas rutas sería necesario instalar 5.000 puntos de carga rápida.
“11. Europa es la única en el mundo que persigue que todos sus vehículos sean eléctricos puros. China ha decidido eliminar todas las bonificaciones para la compra de vehículos eléctricos a finales de 2022. A pesar de su retórica ecologista, el 95% de las ventas en USA siguen siendo de vehículos clásicos, en su mayoría SUV. Apenas hay ventas de coches eléctricos en Japón ni en el resto del mundo.”
“12. El aumento de la demanda de electricidad necesaria para recargar las baterías, se produciría en un momento en que el equilibrio de la red eléctrica europea ya está en peligro y aumentaría considerablemente el riesgo de un apagón.”
“Como los demás europeos, los franceses no se inclinarían, en su inmensa mayoría, por adquirir vehículos eléctricos, teniendo en cuenta su coste y su inadaptación para trayectos interurbanos. En consecuencia, los fabricantes de automóviles eléctricos en grandes cantidades no los venderían; la masa de los automovilistas conservarían el mayor tiempo posible sus vehículos de combustión, ¡como han hecho los cubanos durante decenios!. El verdadero mercado de los coches eléctricos sería como segundos vehículos, aproximadamente el 10% del parque y no el 100% como prevé la Unión Europea.”
Al transcribir las conclusiones de Gerondeau en su libro ‘El vehículo eléctrico y otras locuras’, no trato de posicionarme en contra del vehículo eléctrico, simplemente de aportar una visión rigurosa y científica de los grandes inconvenientes, incluso de la imposibilidad de que la totalidad del parque automovilístico europeo sea eléctrico, en contra del fundamentalismo ecologista de los políticos europeos.
(Artículo de José María Fernández Cuevas, Asesor de Relaciones Institucionales de ASEPA)
Fuente: http://www.asepa.es/
Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)
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