El invierno ya está aquí. Y como cada año, conviene revisar el coche y tenerlo a punto para que las bajas temperaturas y las inclemencias del tiempo típicas de esta estación, como las fuertes lluvias, las heladas y la nieve, no pasen factura a tu coche.
Repasamos los puntos fundamentales a tener en cuenta y algunos consejos que podrán serte muy útiles de cara a los próximos días previos a las Navidades, días festivos para los que se esperan millones de desplazamientos por carretera en nuestro país.
Fundamental: tener a punto los neumáticos
La revisión de los neumáticos es una actividad necesaria cada cierto tiempo durante todo el año, aunque en invierno cobra mayor importancia, debido a las mayores exigencias a las que se ven sometidos los neumáticos en carretera.
Hemos de recordar que tanto los neumáticos de invierno, que por sus características y diseño de bandas de rodadura nos permiten olvidarnos de montar cadenas cuando nieva, como los neumáticos todo tiempo son más eficaces que los neumáticos estándar cuando el termómetro marca temperaturas por debajo de los 7ºC. Además, tienen mejor capacidad de tracción, adherencia y frenada cuando hay lluvia, nieve o hielo.
Para el mantenimiento de estos dos tipos de neumáticos, al igual que sucede para el mantenimiento de los neumáticos convencionales, solo hay que tener presentes algunas pautas y seguirlas de forma periódica. El Real Automóvil Club de España (RACE) destaca diez:
- Mantener la presión de las ruedas adecuada conforme a las especificaciones del fabricante. Comprobarla cada 15 días con el nanómetro de neumáticos digital antes de empezar a rodar.
- Si llevamos rueda de repuesto, no olvidar revisar su presión.
- Vigilar periódicamente el desgaste desigual del neumático.
- Revisar la suspensión para que no dé lugar a desgastes irregulares del neumático.
- Observar posibles fugas de aire por las válvulas.
- No sobrepasar los límites de velocidad establecidos por el fabricante del vehículo, de la vía o del neumático.
- Sobre el mismo eje, mejor no montar neumáticos de marcas o especificaciones distintas.
- Revisar visual y periódicamente el estado de las llantas.
- Evitar golpes y roces con bordillos y otros obstáculos.
En caso de que decantarnos por usar neumáticos de invierno hasta que llegue la próxima estación (algo muy aconsejable sobre todo en las zonas más frías del país), a estos consejos esenciales habría que añadir el de buscar un lugar cerrado y seco donde poder almacenarlos cuando no los usemos, que sería lo ideal para mantenerlos en perfectas condiciones durante su vida útil.
Pero si no es tu caso, recuerda que siempre debes llevar un juego de cadenas en el coche y usarlo correctamente cuando sea necesario. Para eso, lo ideal es aprender a montarlas de forma anticipada (mejor en suelo seco y en buenas condiciones meteorológicas), siguiendo las indicaciones del fabricante.
Y aunque las de tela son más suaves con el neumático que las cadenas metálicas convencionales, hemos de recordar que es imprescindible no superar la velocidad máxima permitida con las cadenas puestas para evitar daños.
Comprobar el estado de la batería
La vida útil de la batería del coche, que se encarga de dar vida a todos los elementos eléctricos del vehículo, puede verse afectada por las variaciones bruscas de temperatura, especialmente con el frío. Más, si el coche no se usa con frecuencia.
Por tanto, es importante revisar el estado de carga de la batería cada cierto tiempo, y es algo que podemos hacer nosotros mismos con la ayuda de un polímetro o en cualquier taller. Y ojo: tampoco olvides revisar la batería si notas problemas al arrancar o ves sulfatados los bornes.
Si nos decidimos a hacerlo nosotros mismos, lo más aconsejable es hacer rodar el coche durante unos 40 o 50 minutos, dejarlo reposar el mismo tiempo y después realizar al menos tres mediciones para encontrar los resultados más fiables posibles. Esas mediciones deben realizarse de la siguiente forma:
- Motor parado y polímetro fijado en corriente continua. La batería debe dar entre 12,5 y 12,9 V de diferencia de potencial, y como mínimo 0,2 A de intensidad.
- Motor al ralentí y polímetro fijado en corriente continua. La batería debe dar menos de 14,7 V y 0,25 A.
- Motor al ralentí y polímetro fijado en corriente alterna. La batería debe dar menos de 0,2 V y 0,04 A.
Si no obtenemos estos tres resultados en nuestras mediciones, lo más recomendable sería proceder a sustituir la batería por prevención. Si no estamos seguros, tocará ir al taller para que nos verifiquen el estado de salud de la batería.
No olvides revisar los líquidos del coche
Como en cada cambio de estación, cuando se acerca el invierno es muy aconsejable revisar los niveles del líquido refrigerante, del aceite, del limpiaparabrisas y del líquido de frenos. Y de paso, comprobar el estado de los filtros de aceite, aire y polen.
Recuerda que para realizar correctamente las mediciones de los líquidos del coche, hemos de hacerlo en un lugar llano (o lo más llano posible) y con el motor en frío.
A la hora de comprobar el nivel de aceite, solo tenemos que extraer de su orificio la varilla para tal fin, limpiarla con un trapo para no equivocarnos con la marca e insertarla de nuevo en su sitio. Al extraerla de nuevo podremos ver por dónde llega el aceite, que deberá estar entre las marcas de máximo y mínimo de la varilla. Si necesitas añadir aceite, simplemente debes echar lubricante del mismo tipo que lleva tu motor, según lo que establezca el manual de instrucciones del coche.
En cuanto al líquido lavaparabrisas, lo cierto es que no hay un nivel que medir como tal. Solo tendremos que echar líquido en el depósito hasta que llegue al cuello, antes del tapón. Pero ojo: siempre es más recomendable usar un lavaparabrisas comercial, basado en etilenglicol (aunque sea de marca blanca) que una simple mezcla de agua y detergente.
Y es que el etilenglicol, al igual que sucede con el alcohol, se evapora fácilmente al rociar el parabrisas. De esta manera no se compromete tanto la visibilidad durante la conducción como lo hace una simple base acuosa.
Además de comprobar que el líquido de frenos esté en su nivel adecuado que marca, siempre es aconsejable observar que la zona del depósito, así como los conductos que salen de él, esté en buenas condiciones. Si detectamos material reseco, esto puede ser indicativo de que es necesario cambiar alguno de esos componentes.
Tanto las pastillas como los discos de los frenos sufren desgaste con el uso. Por eso, mejor revisar que la superficie de los discos no tenga desperfectos o suciedad excesiva. Si dudas, o notas frenadas irregulares o un tacto extraño al presionar el pedal, mejor acudir al taller para que realicen una revisión completa del sistema.
Por último, el líquido refrigerante debe estar entre las marcas de máximo y mínimo, igual que el nivel del líquido de frenos. Si te toca rellenar líquido refrigerante, espera a que el motor esté frío. Si alguno de los dos niveles se ve excesivamente bajo, no te conformes con rellenar el depósito y acude a revisión, puesto que en principio esos niveles deberían mantenerse bastante estables.
Limpiaparabrisas, lunas y sistema de alumbrado
Para asegurarte una buena visibilidad, es fundamental comprobar el estado de las escobillas de los limpiaparabrisas. Muchas veces puede que aunque no estén rotas, estén pidiendo un cambio a gritos: cuando veas que las escobillas no limpian del todo bien, dejan cerco o hacen mucho ruido (incluso en mojado) será el momento.
Y ojo, porque un desgaste excesivo de este elemento del coche puede llegar a ser penalizado con una multa de 80 euros (sin detracción de puntos). Cuando toque cambiarlas, solo tendrás que comprobar que sirvan para el modelo y año de tu coche.
Una recomendación muy sencilla es que antes de desmontarlas, te detengas un momento a ver bien cómo van colocadas las que ya llevas. Ahorrarás tiempo después. Y una vez tengas las escobillas nuevas montadas, evita usar el limpiaparabrisas en seco o cuando el cristal esté cubierto de hielo para que duren más.
Para ver bien, también es importante llevar muy limpios los cristales tanto por dentro como por fuera y si detectas roturas, deberás cambiarlo.
No solo debes evitar conducir con la luna delantera en mal estado o sucia, pues además de tu propia visión, puedes entorpecer la de los sistemas de asistencia al conductor (ADAS), que se suelen situar en la parte superior central del parabrisas, a la altura del espejo retrovisor interior. Los sprays repelentes de agua que existen en el mercado serán una ayuda extra ante la lluvia.
En este punto, también es importante recordar que llevar el sistema de climatización o la calefacción a punto de cara al invierno es esencial.
Y no te olvides de los faros. Asegúrate de que estén bien reglados para no deslumbrar a otros conductores y de que no llevas ninguno fundido, puesto que la Ley de Tráfico y Seguridad Vial recoge la obligación del uso del sistema de alumbrado cuando las circunstancias así lo requieran y contempla una multa de hasta 200 euros en los casos en los que se circule con el coche ‘tuerto’.
Si te toca cambiar las luces del coche, y llevas faros halógenos, recuerda que desde el pasado 1 de noviembre es más fácil cambiar las bombillas halógenas por luces LED gracias a una modificación del Manual de Reformas de Vehículos. Mejorar la iluminación ya no se considera “reforma de importancia”, por lo que no habrá que realizar tediosos trámites para meter en la ficha técnica esta modificación.
Hoy en día prácticamente todos los coches nuevos que se venden en España ya utilizan faros de LED, pero aún circulan en nuestro país gran cantidad de coches de cierta edad con faros con bombillas halógenas.
Accesorios imprescindibles en invierno y botiquín
Más vale prevenir que curar, y ante la previsión de bajas temperaturas, lo ideal es asegurarnos de llevar algunos accesorios en el maletero que nos podrán resultar especialmente útiles ante inclemencias como fuertes lluvias, hielo o nieve, y que no ocupan apenas espacio. Lo mismo sucede con un botiquín básico, que siempre deberíamos llevar con nosotros.
Estos serían algunos de los accesorios de invierno esenciales:
- Rascador de hielo para el parabrisas, que podemos combinar con líquidos específicos descongelantes para una mayor eficiencia.
- Manta térmica, útil para auxiliar heridos y por si realizas operaciones en condiciones adversas tales como montar cadenas sobre la nieve, por ejemplo.
- Guantes, por si tienes que montar cadenas o quitar nieve.
- Linterna y pilas de repuesto o bien una linterna de dinamo.
- Batería externa o power bank para el para dispositivos móviles.
- Agua y algún alimento energético (barritas de cereales o frutos secos son dos buenas opciones).
- Pinzas para la batería o arrancadores portátiles (estos permiten resucitar la batería en caso de ser necesario sin tener que depender de otro coche).
Para evitar que hiele el parabrisas, sobre todo en las frías noches de invierno, podemos hacernos con una funda específica. Aunque colocar un trozo de cartón entre los limpias y la luna será prácticamente igual de efectivo y más económico.
En cuanto al botiquín básico, siempre ha de incluir apósitos, gasas esterilizadas, vendas elásticas, guantes de vinilo, alcohol o agua oxigenada, tijeras, pinzas, esparadrapo y algodón. Debemos estar pendientes que están en buen estado.
Además de todas estas recomendaciones para tener el coche a punto de cara al invierno y estar equipados con todo lo necesario para evitar que un imprevisto nos arruine cualquier desplazamiento, con el mal tiempo la prevención es más importante que nunca.
Por tanto, recuerda llevar el depósito de carburante lleno siempre que sea posible, ropa de abrigo preparada (aunque no conduzcamos con ella apuesta) y presta atención antes de salir a la previsión del tiempo y a la información relativa al tráfico que suministran organismos como la DGT, el RACE o el RACC.
Fuente: https://www.motorpasion.com/
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