El coche más caro de la gama de Dacia es, a su vez, el coche eléctrico más asequible del mercado europeo. El Dacia Spring lleva a la venta casi un año al completo, y durante la primera mitad de año ha conseguido comercializar más de 26.000 unidades en Europa. Un dato que lo coloca entre los 10 modelos más vendidos a pesar de una autonomía que a priori se antoja insuficiente y de un equipamiento escueto.
En Dacia no tratan de engañar a nadie con el Spring, es un coche sincero, pequeño y de calidades austeras que tiene la ciudad y la periferia de la misma como su objetivo, y cuanto más lejos de vías rápidas se encuentre, mejor. Es lo que es. No pretende cautivar a nadie por cualquier otra cosa, pues encarna la funcionalidad en su más simple expresión.
De hecho, el principal atractivo del Spring es, simplemente, es que es el coche eléctrico más barato de España. Ofrece espacio teórico para cuatro pasajeros, una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora y una autonomía homologada de 230 kilómetros, por lo que a priori debería, como poco, cumplir como vehículo para ciudad o como el típico segundo coche de cualquier familia. No obstante, con algo de planificación, y como es el caso de Javier, también valdrá para recorrer 200 kilómetros diarios.
Cabe destacar que el Spring tiene pendiente próximamente una renovación que sólo tendrá calado estético, pues pasará a lucir un diseño más acorde a la nueva identidad visual de Dacia. En Híbridos y Eléctricos pudimos conocer esta nueva versión del Spring el pasado mes de septiembre.
El Dacia Spring eléctrico, en números
Por medidas, el Dacia Spring es un coche del segmento A puro y duro, similar a modelos como el FIAT Panda, por ejemplo. Queda acotado entre sus 3,73 metros de largo, una altura de 1,51 metros y un ancho de 1,58 metros (ojo a este último dato). Es corto, muy estrecho y por proporciones parece alto, aunque en realidad no sea más alto que cualquier otro coche. Esto unido a algunas soluciones típicas de SUV como las bacas del techo o las protecciones en plástico negro sobre los pasos de rueda, le dan un aire muy todocamino.
Dada la categoría en la que milita el Spring, y su condición de eléctrico, se puede decir que es casi único en el mercado, y a buen seguro por ello está disfrutando de una vida comercial exitosa.
Otro coche eléctrico del segmento A es el FIAT 500, pero en su versión más asequible el italiano parte desde 30.100 euros en la actualidad, por lo que es 10.000 euros más caro que el rumano, y además tiene 50 kilómetros menos de autonomía homologada, pues con una carga completa ofrece como máximo 180 kilómetros. Hay una versión del 500 que llega hasta 322 kilómetros pero su precio se eleva hasta más de 34.000 euros.
Hay microcoches eléctricos urbanos considerados turismos ligeros que son más baratos que el Spring, pero sólo ofrecen dos plazas y apenas tienen maletero, por lo que no se pueden considerar turismos al uso (de ahí que consideremos al Spring el coche eléctrico más barato del mercado).
En lo relativo a espacio interior el Spring sorprende, ya que por sus dimensiones exteriores, y sobre todo por su anchura, no se espera la habitabilidad que ofrece, aunque sigue tratándose en cualquier caso de un coche pequeño. En las plazas traseras adultos de hasta 1,80 metros podrán viajar sin problemas, mientras que su maletero ofrece una capacidad de 270 litros, que supera en 50 litros al maletero de un Panda y ofrece espacio para una compra semanal sin mayor problema.
Hay dos líneas de equipamiento disponibles en España actualmente para el Spring, ambas basadas en el mismo esquema eléctrico. La versión que hemos probado equivale a la actual Expression, ya que desde ahora quienes encarguen un Dacia Spring se beneficiarán del mencionado restyling.
Su tren de potencia se articula en torno a una batería de 27,4 kWh y un motor eléctrico de 45 CV de potencia (33 kW), que lo llevan hasta una máxima de 120 kilómetros por hora, un dato prestacional suficiente como para afrontar vías rápidas con ciertas garantías, aunque no sean su lugar preferido.
Fuera teorías, así es el Dacia Spring en la vida real
A pesar del empaque que pueda aparentar en las fotografías, lo cierto es que una vez se contextualiza al Spring entre el resto de coches con los que comparte la vía, se percibe como un coche muy pequeño, no tanto por su longitud o su altura, sino más bien por su anchura. Una sensación que origina ese 1,58 metros de ancho, además de un ancho de vías muy comedido y ruedas estrechas.
Al abrir la puerta se han de destacar dos aspectos. Uno es la sensación de austeridad que origina el tirador de la puerta, y una vez dentro del Spring, una sensación de espacio mucho mayor a la esperada. El habitáculo no es nada espectacular. El único atisbo de diseño que tiene el interior son las costuras de los asientos (tapizados en símil de piel) que lucen un color azul eléctrico, a juego con los acentos en las inserciones decorativas de puertas y salpicadero. El selector de marchas tiene un acabado cromado, al igual que las ruletas del aire, y deja de contar.
En la versión probada, el Spring ofrece un sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil firmado por LG con bluetooth y navegación. Se trata del mismo sistema que equipaba la primera generación del Captur, que compartía con Clio y algún que otro modelo más. No es nuevo, pues, y no tiene gráficos de última generación, pero es funcional.
Otros aspectos en los que la marca no oculta que han intentado ahorrar costes es en los plásticos, todos duros; la posición de los botones para el elevalunas, colocados debajo de la pantalla central; los altavoces, sólo dos y posicionados en el salpicadero, bajo la luna; y en el botón para el control del ordenador de abordo, que está colocado, literalmente en mitad cuadro de mandos (que por cierto no está protegido por una cúpula), por lo que para manejarlo mejor esperar a detenerse, ya que no podremos girar el volante mientras consultamos consumos o el parcial de kilómetros. Además, también se fabrica en China con el fin de reducir todo lo posible su precio.
En cuanto a la fila trasera, se ha de destacar que sólo ofrece sitio para dos ocupantes, puesto que el Spring está homologado para cuatro pasajeros. En estas plazas podrán viajar de manera aceptable personas de 1,80 metros como máximo, a partir de esta talla hay que desplazar los asientos frontales, penalizando el espacio de los pasajeros delanteros.
No obstante, y siempre teniendo en cuenta que se trata de un coche pequeño, ofrecen un espacio mayor al esperado. El único elemento que resta sensación de amplitud es el respaldo de los asientos delanteros, que por la estrechez del habitáculo y al estar compuestos por una única pieza, quitan algo de vista frontal.
Dispuestos a iniciar la marcha, giramos la llave para poner el contacto (debe ser el único coche eléctrico a la venta con un sistema de arranque por llave tradicional), y un ‘OK’ en color verde en el cuadro de mandos nos da permiso para movernos.
Lo primero que llama la atención una vez en marcha es lo super asistida que está la dirección, se puede mover, literalmente, con un dedo. Es realmente blanda, algo que para ciudad viene genial, pero que a alta velocidad resta precisión, aunque realmente cualquier Spring pasará más tiempo sorteando badenes, semáforos y en aparcamientos de supermercados que a 120 kilómetros por hora, por lo que es lógico que Dacia haya querido que la dirección sea tan blanda.
El Spring es muy ágil, y no se puede decir que sea lento, pero sí que no es rápido. Su rodar está lejos de ofrecer una sensación de empaque y aislamiento del entorno, y por cómo está diseñado su esquema de suspensiones, pide una conducción tranquila. Se percibe ligero y blando de suspensiones, por lo que no es desagradable al superar badenes o tramos de asfalto en mal estado, pero sí que balancea de manear acentuada cuando, por ejemplo, afrontamos una rotonda o una curva de manera célere.
A priori los 45 CV y 125 Nm que rinde pueden parecer escasos, pero dado que sólo pesa 1.040 kilos y que como todo eléctrico, entrega toda la potencia y el par de manera instantánea, se mueve con la misma soltura que un utilitario de gasolina de 80 CV. Sin embargo, conforme ganamos velocidad sale a relucir el principal problema que tiene el Spring; su estabilidad a velocidades de autovía.
Hasta 90 o 100 kilómetros por hora no habrá problemas. De ahí en adelante deja claro que las vías rápidas cuanto más lejos, mejor. De hecho, como en casi todo coche del segmento A, su peor enemigo es el viento a altas velocidades. Su ligero peso, reducido ancho de vías y estrechos neumáticos hacen que las rachas de viento más fuertes afecten a la trayectoria, percibiéndose de manera clara dentro del habitáculo.
Autonomía y consumos reales del Dacia Spring
En total han sido 350 kilómetros los que hemos recorrido con el Dacia Spring durante la semana que ha durado la prueba. Una distancia que se ha logrado usándolo como lo que es, un coche de diario en el entorno de una ciudad de tamaño significativo como es Málaga.
Dado que su principal objetivo es la urbe, de recorrer una gran parte de kilómetros por carga en este ámbito, el Spring será capaz de igualar o superar su autonomía homologada. Esto lo pudimos comprobar en un test de autonomía que comenzamos con el 50 % de la carga después de haber recorrido algunos kilómetros en zonas urbanas e interurbanas y de haber realizado un viaje de 50 kilómetros por autovía a velocidades de entre 90 y 110 kilómetros por hora.
Al finalizar la prueba el Spring superó los 153 kilómetros recorridos, arrojando una media de consumo de 12,1 kWh cada 100 kilómetros, y aun restaba el 31 % de la batería. Aun así esos 153 kilómetros no fueron la distancia máxima que conseguimos recorrer con el Spring, ni los 12,1 kWh el menor consumo que consiguió. Estos datos los publicaremos más adelante en un artículo más detallado, aunque se puede decir que en su hábitat natural, el Dacia Spring conseguirá calcar e incluso superar la autonomía que homologa, que es de 230 kilómetros.
Cabe señalar que durante toda la semana tan sólo necesitamos recargar una vez el Spring, y fue después de realizar la prueba de consumos y autonomía. Fue en un punto de carga público de Iberdrola de 50 kW de potencia, de los cuales sólo se pueden aprovechar 30 kW, que es la potencia máxima de carga del Spring. La carga duró 32 minutos y valió para reponer del 14 al 85 %. Costó 6,81 euros, a razón de 0,45 euros el kWh de energía.
Opinión y conclusión final acerca del Dacia Spring eléctrico
Después de pasar una semana conviviendo con el Spring, son varios los aspectos que se han de resaltar. Es un coche de concepción económica, por lo que no cabe esperar de él grandes calidades ni prestaciones. Tampoco es un coche para usarse sólo por autovía o autopusta ni para viajes largos, aunque con la carga rápida y algo de planificación se podrá hacer alguno de manera puntual.
No obstante, como hemos comprobado, está bien cualificado para cumplir la labor de un coche de diario para ciudad tanto en términos prestaciones como por su tamaño y espacio. Para la mayoría de usuarios su autonomía será suficiente para varios días de uso en este ámbito, y si se equipa la carga “rápida” será capaz de recargar su batería de manera rápida en un cargador público en caso de llegar a necesitarlo.
Actualmente la versión Essential es la más asequible del Spring, y cuesta 20.205 euros. Sólo trae aire acondicionado y radio Bluetooth. La línea Expression cuesta 1.600 euros más, y añade la pantalla táctil, navegador, cámara para marcha atrás y la opción de añadir la carga de 30 kW por 650 euros más. Además, actualmente está disponible el Plan Moves III, que aporta 5.000 euros a modo de ayudas a la postre de la compra, por lo que el coste final del Spring en su línea de equipamiento más equipada y con carga rápida, que es la que recomendamos, será de 17.455 euros.
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El Dacia Spring es el coche eléctrico más barato de España, ¿pero es suficiente para el día a día?
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