De vez en cuando toca remangarse, salirnos del asfalto, salirnos del trabajo habitual que hacemos por aquí y cambiar de tercio. Esta vez nos ha tocado ir a conocer la gama offroad de Iveco, porque sí, porque los camiones también tienen gama offroad.
En concreto hemos podido conocer de primera mano a los nuevos Iveco X-Way y al durísimo Iveco T-Way, y de paso montarnos en algunas novedades más de la familia Iveco.
Camionacos para todos los públicos
Hacía bastante tiempo que no me subía a un camión. Desde que dejé el sector se pueden contar con los dedos de una mano las veces que he vuelto a subir a una cabina, así que me hacía ilusión y me ponía un poco nervioso la jornada de pruebas con Iveco.
Cuando estás acostumbrado a llevar un coche o como mucho una furgoneta, cualquier camión te parece un cacharro enorme. Solución rápida para romper el hielo: subirse lo primero al bicho más grande, en este caso una cabeza tractora con una bañera de dos ejes.
Nuestra primera prueba fue con el Iveco X-Way, una cabeza tractora con cabina confort en la que lo primero que piensas al subir es que casi podrías vivir allí. Te puedes poner de pie, tiene litera y el puesto de conducción se parece bastante al de cualquier turismo.
Con respecto a la generación saliente, el X-Way ha dado un salto de calidad notable, tanto en calidad percibida como en el equipamiento interior, heredando buena parte de los interiores utilizados en la cabina de ruta más moderna, el S-Way. Han buscado acercarse a sus rivales directos en este aspecto, aunque aún tienen margen de mejora.
Puestos en harina arrancamos el X-Way y su motor de 530 CV y… ¿Esto era tan fácil de llevar? Pues resulta que sí, pero cada vez más. Pulsas el botón D para que la caja de cambios inteligente seleccione la marcha más conveniente en función de la carga, velocidad, posición del acelerador…, el asistente de arranque sujeta el conjunto antes de empezar a moverse y a avanzar.
Teniendo en cuenta las medidas y el arrastre del trailer es suficiente para que cualquiera pueda conducir uno de estos bichos. Además en caso de que la cosa se ponga complicada y nos enfrentemos a una zona con poca tracción, este grandullón tiene un sistema 4×4 conectable hidráulicamente que actúa a baja velocidad y bajo demanda por botón.
Coser y cantar. Aparte de la facilidad de conducción, de este camión me quedo con la sensación de confort. Teniendo en cuenta que estamos en una zona bacheada y en un aparato con el centro de gravedad tan alto, la amortiguación de la cabina funciona realmente bien y se crea un buen ambiente de trabajo.
Eurocargo 4×4, hasta 15 toneladas en cualquier terreno
El segundo plato en el menú del día pasamos por el Eurocargo 4×4, un camión pensado para múltiples configuraciones y con predilección por condiciones difíciles (poca carretera o carreteras chungas) como quitanieves, camiones de bomberos o basculante para logística de obra.
El Eurocargo 4×4 se puede escoger con cabina larga o corta, motores de seis cilindros de 250 a 280 CV, tres cajas de cambios (manual de seis velocidades, robotizada de seis o completamente automática), distancias entre ejes de 3.240 a 4.150 mm y dos tipos de suspensión. En su configuración más ambiciosa puede mover hasta 15 toneladas.
Después de haber bajado del X-Way, el Eurocargo parece un utilitario, con un tamaño mucho más contenido y sobre todo una posición de conducción más baja. Su conducción es más seca, algo menos confortable pero igual de sencilla al tiempo que se siente muchísimo más manejable.
Pulsas un botón, arrancas, echas a andar y solo se para cuando tú quieras que se pare porque la caja tránsfer con 4×4 permanente le hace pasar por zonas complicadas sin inmutarse. Vale con mantener constante el acelerador y los cruces de vías o los pasos inclinados se liquidan sin mayor complicación.
La clave del Eurocargo 4×4 es un bastidor configurado para colocarse más alto que las versiones más orientadas a carretera, mejorando las cotas todoterreno tanto de altura libre como de ángulos (entrada, salida y ventral) así como la máxima pendiente superable.
Palabras mayores con el Iveco X-Way
Y de dos ejes pasamos a tres ejes, ahora con el Iveco X-Way en formato basculante 6×6. Para el Iveco X-Way la firma italiana ha desarrollado un aparato que pueda abarcar muchísimos propósitos distintos, desde hormigoneras a camiones grúa, pasando por multilift, basculante, recogida de basuras, desatrancos…
De esta forma se puede escoger entre dos y cuatro ejes, con tres tipos de cabina (corta, larga y larga alta), dos espesores de chasis (7,7 o 6,7 mm, específico para hormigoneras), tres motores de seis cilindros que abarcan de 340 a 570 CV, cuatro cajas de cambio (una manual de 16 relaciones y tres automáticas), 20 distancias entre ejes (de 3.120 a 6.700 mm), suspensiones parabólicas o neumáticas y tres alturas de chasis para elegir un enfoque más de carretera o más de batalla.
En la prueba con el X-Way la cosa se pone seria y las zonas son más complicadas. El X-Way al que nos hemos subido posiblemente fuera una de las configuraciones de la gama más enfocadas a terrenos duros, con la cabina alta, tracción total y otros gadgets como el sistema Hi-Traction que mejora la capacidad de avance en pendientes deslizantes y sobre todo con mucha carga.
Quizá lo más difícil de ponerse a sus mandos sea el acceso a la cabina. Está muy alta y hay que usar los estribos inferiores (con soportes de plástico flexible para que no se rompan cuando tocan). Una vez arriba el límite es más mental que técnico.
Es curioso ver cómo trabaja en conjunto algo que parece tan grande y tan sumamente duro. El chasis permite una flexibilidad suficiente como para mantener las ruedas en contacto con el suelo en los cruces de vías, pero también permite que alguno de los ejes del carro trasero vuele si los cambios de inclinación son muy pronunciados.
Iveco T-Way, un tipo duro
El plato fuerte del día era subirse al trasto más imponente de la jornada, un Iveco T-Way en configuración de cuatro ejes y 8×8, pero ¿qué es un T-Way y por qué se parece tanto a un X-Way?
Más allá del nombre, que también, el Iveco T-Way es el camión más duro y resistente de la casa italiana (con permiso de Astra, que eso ya es harina de otro costal). La cabina, los faros y demás generalidades son comunes, pero debajo se esconde lo más relevante.
Precisamente empezando por la cabina, el T-Way introduce modificaciones para cumplir con la nueva normativa europea R-29 con un pilar A mucho más robusto para impedir que la cabina se aplaste en caso de vuelco y garantizar la seguridad del conductor.
El posicionamiento del T-Way es claramente más robusto, algo que se ve claramente en lo más importante del camión: el chasis. El bastidor utiliza un espesor que puede llegar a los 10 mm para admitir sin romperse tanto la carga como la sobrecarga. Porque sí, estos camiones que no salen a carretera abierta se cargan muy por encima del límite permitido legalmente.
Las configuraciones pueden ser múltiples con motores hasta 510 CV, cajas de cambio manuales o automáticas, 10 distancias entre ejes, suspensión neumática o mecánica y tracción total o parcial. En nuestro caso fuimos con todo el más grande de todos.
Con un total de 12 ruedas empujando y una caja de cambios automática de 16 velocidades jugando arriba y abajo, el T-Way se mueve sorprendentemente fácil. No tiene el giro cerrado de un patinete eléctrico precisamente y quizá esta sea su mayor handicap con alguien sin experiencia a los mandos. Por lo demás sigue siendo un vehículo que podría conducirlo cualquiera.
A la hora de los obstáculos los cruces de vías con un camión tan largo y con tantos ejes es impresionante ver cómo por el retrovisor el chasis se retuerce de manera controlada y mientras la cabina puede estar volteando hacia un lado, el basculante lo está haciendo hacia el otro. Brutal.
Pero si hay algo que nos dejó ojipláticos es ver cómo al enfrentar un obstáculo después de una zanja, siempre se queda uno de los ejes en el aire sin problema. Incluso cuando el delantero pierde contacto y se transfiere el peso a los demás, al tocar el obstáculo lo hace con una muy notable suavidad. Es casi como un tanque sin orugas.
Lo mejor de todo (para nosotros) es que tanto los Iveco X-Way como los T-Way son dos camiones producidos en España y que se exportan a Italia, Alemania, Francia, Reino Unido, Polonia, Turquía, Bélgica y Rumanía.
Y vale, no son cifras espectaculares si las comparamos con la producción de coches, pero entre ambos las cifras de producción de 2022 serán de 5.500 unidades (3.700 para el X-Way y 1.800 para el T-Way), muy por encima de 2021 (3.040 unidades) y en un mercado al que le afecta especialmente la crisis global y los coletazos de la crisis del 2008 de la que el sector aún no ha acabado de recuperarse.
Por lo menos Ruggero Munghini, Director General de Iveco España y Portugal, nos contaba que en lo referente a Iveco han conseguido zafarse de la rotura de suministro de microchips y recientemente han conseguido acabar todas las unidades que tenían sin terminar.
De postre, Tigrotto
Y ya que estaba montado el evento, Iveco decidió enseñarnos la Iveco Daily 4×4 Tigrotto que presentó solo unos días atrás en el IAA de Hannover.
Pintaza. Menudo espectáculo visual es esta edición especial que se ha marcado Iveco. Sobre el chasis-cabina sobre bastidor de largueros y travesaños, la Daily se ha convertido en algo así como una pick-up extrema a la que es difícil hacer ascos.
Con 5 metros de largo, cambio automático Hi-Matic y un motor turbodiésel de 3.0 litros y 180 CV, la Daily 4×4 Tigrotto sería un aparato muy serio si tuviéramos que llevar carga por terrenos complicados molando muy fuerte. Puede cargar hasta 4.300 kg así que si solo tienes el carnet de coche, olvídate.
El sistema de tracción es 4×4 permantene y la altura al suelo mejorada permite pasar obstáculos bastante serios. Eso sí, después de haber montado en el resto de camiones ahora la pequeña Tigrotto se siente como un juguete. Es más ligera, pero también con suspensiones más duras y secas, debido a un recorrido más corto.
A nivel mecánico no hay cambios, son todo modificaciones estéticas. Incluyendo la pintura especial, tapicería de cuero, salpicadero pintado a juego, defensas, estribos, detalles en rojo, pintura de las llantas, calefacción independiente Webasto y una buena dosis de comodidades interiores extra.
Yo ahora no paro de fantasear con una camper hecha sobre una Iveco 4×4.
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