¿Qué relación hay entre transporte y seguridad vial y, sobre todo, por qué hay tan poca información sobre este sector?

“En general, no se investiga de manera importante el tema de la siniestralidad: creo que esa tendencia, de alguna manera, ha pasado también en el mundo del transporte. Es decir, no se investiga mucho la siniestralidad en cualquier tipo de vehículo y, parece que esta inercia, que es histórica, también ocurre en el mundo del transporte. Yo creo que es un error muy grave, y me da la impresión de que, el hecho de que muchas empresas de transporte piensan que eso puede dañar o afectar la imagen del sector cuando es todo lo contrario, porque los datos objetivos indican que, por kilómetro recorrido, los transportistas tienen muchísimos menos accidentes que el resto de la población. Y, por otra parte, sería muy interesante saber dónde, cuándo, cómo y por qué se producen los accidentes, específicamente del mundo del transporte, porque es un mundo muy peculiar, con el fin de llegar a ponerles remedio. Yo espero que eso se solucione y que haya una mayor vinculación entre el mundo del transporte y el de la investigación y que se puedan hacer estudios que sirvan para tener un retrato claro de las peculiaridades del accidente del transportista y, por tanto, de los remedios que hay que ponerle”.

¿Por qué cree que la opinión pública tiene una imagen tan negativa del transporte?

“Por los datos que yo tengo de mis propias encuestas, creo que eso no es exactamente así. Creo que la gente, en general, tiene una muy buena imagen del mundo del transporte. Otra cosa es que, excepcionalmente, piense que algunos transportistas o algunos camiones no cumplen las normas o tienen una conducta imprudente. Pero, en general, la imagen es buena y con el tema de la pandemia se ha visto la importancia que tiene el mundo del transporte y lo que han sido capaces de hacer para mantener viva la sociedad en un momento en el que no teníamos casi nada. Yo creo que la imagen no es mala, que, en general, se considera un profesional bien preparado, bastante solidario cuando hay un problema y relativamente dispuesto a ayudar a los demás. Lo que pasa es que, en ocasiones, es molesto (es un vehículo muy grande) y hay conductores que creen que es un entorpecimiento en las vías, pero esto no es así porque todo el mundo tiene derecho a circular por las vías. Pero fuera de este tema, pienso que la imagen (y tengo datos) es buena, afortunadamente”.

“Los transportistas tienen muchísimos menos accidentes que el resto de la población”

¿Qué opina de poder aumentar la MMA de los camiones de 40 a 44 toneladas, como desean los cargadores?

“En este tipo de casos, los investigadores lo tenemos claro: hay que investigarlo, hay que analizarlo. Esas medidas no se pueden tomar sin antes haber hecho estudios técnicos y dar respuesta si eso va a ser una inseguridad o no va a tener problemas de cara a la seguridad en todos los sentidos. De entrada, es un tema muy delicado y, por lo tanto, yo no daría la solución sobre la base de “queremos que se haga esto” o “pensamos que se debe hace lo otro”, sino que los especialistas, que los hay, extraordinarios en este tema, determinen si eso es factible, es seguro, qué tipo de vehículos, con qué características, en qué condiciones y, a partir de ahí, la decisión se tome sobre la base de un estudio riguroso y no a un estudio de opinión o de intereses profesionales o empresariales”.

¿Qué opina de la última modificación del CAP: qué le añadiría o quitaría?

“De las distintas modificaciones, eliminaría las relativas a la formación online, tanto mediante la posibilidad de aula virtual, como la posibilidad de teleformación. Es importante dejar claro que esta última se planteaba como una opción para los Estados miembros europeos, pero no como una obligación. Hay muchos motivos, pero destacaría cinco. Primero: la pandemia ha dado lugar a muchos estudios sobre este tema y todos son coincidentes: la enseñanza online no sirve para formar y educar, ni puede sustituir los aprendizajes presenciales. Segundo: hay un número elevado de reputados investigadores en seguridad vial que inciden en la necesidad, utilidad y valor de la formación presencial en los ámbitos de la seguridad vial y el transporte. Tercero: en un reciente estudio sociológico que realizamos desde la Universidad de Valencia sobre modelos de formación, los conductores consideran de manera clara que la formación presencial tiene mayor calidad, más eficacia, se aprende más, el aprendizaje es más consistente, la formación es más duradera, la motivación es más alta y también es mayor la concienciación vial. Curiosamente los profesionales de la formación son los que más valoran la formación presencial. Cuarto: por el contrario, no hay estudios que demuestren los “valores” o ventajas de la formación online, salvo cuestiones superficiales y de forma como: horarios, comodidad, flexibilidad, etc. Quinto: la formación online, entre otros muchos problemas, está dando lugar a situaciones de verdadero riesgo, ya que hay algunos conductores que conectan su móvil para recibir la formación mientras conducen”.

“La gente, en general, tiene una muy buena imagen del mundo del transporte”

¿Cómo debería ser entonces, esa formación?

“La posibilidad de impartir la formación CAP mediante el sistema de “aula virtual”, surgió como una medida extraordinaria en una situación excepcional de pandemia, con el fin de permitir formar a los conductores que necesitaban renovar su tarjeta en un momento en el que la oferta formativa presencial se veía limitada por las medidas de restricciones de aforo de los centros de formación, aunque no era una medida necesaria, ya que se prorrogó la vigencia de las tarjetas CAP 10 meses y, además, la oferta formativa es más que suficiente para impartir la formación continua sin necesidad de recurrir a esa medida extraordinaria. Lo que yo añadiría la modificación del CAP, pienso que debería haber una mayor carga de conducción individual (prácticas de conducción) en la cualificación inicial y dada la situación actual, hacer una financiación para la obtención del permiso de conducir profesional y del CAP a través de los centros de formación autorizados, como ya se está realizando en algunas comunidades autónomas”.

¿Qué opina de que, a partir de ahora, las empresas de transporte puedan hacer controles de alcohol y drogas a sus conductores?

“Es una medida que ya se aplica en algunos países y que puede contribuir a reducir la siniestralidad vial. Sin duda, ayudará a las empresas de transporte a conocer las condiciones psicofísicas de sus conductores y tomar medidas para afrontar posibles problemas de alcoholemia o consumo de otras drogas, algo que es fundamental para la propia seguridad de los trabajadores, las personas que transportan y los otros usuarios de las vías. Hemos visto noticias sobre conductores profesionales que conducen con una tasa de alcohol que excede lo permitido o con presencia de drogas, hechos graves que son un riesgo para la vida y, aunque secundario, también para la imagen de las empresas. No obstante, debe quedar claro que, según numerosos estudios en este tema, la mejor estrategia para acabar con estos comportamientos, aparte de hacer controles de drogas-alcohol, es dar una sólida formación, para que se conozcan los graves riesgos de la ingesta de determinados productos tóxicos (alcohol, drogas y fármacos psicótropos) y las fuertes repercusiones que pueden tener en las capacidades psicofísicas de los conductores”.

¿Cree que en Europa se está poniendo poco el foco en la seguridad vial y más en la descarbonización?

“El tema de la movilidad, el vehículo automatizado, los vehículos de movilidad personal o el tema de los vehículos eléctricos (de los que no se está diciendo toda la verdad), los carburantes fósiles o la descarbonización están dejando en un segundo plano (intencionadamente o no) el tema de la seguridad vial. Esto es un grave error que puede costarnos caro, porque no hay ningún valor ni problema más relevante que la vida y la integridad de las personas. En este sentido, ya hay numerosos expertos, muy relevantes en seguridad vial, que están “denunciando este tema”. Incluso la propia Organización Mundial de la Salud ha hecho algunos comentarios al respecto. Aunque las cifras de seguridad vial han mejorado mucho en Europa y en España, el problema de la siniestralidad vial sigue siendo muy grave y no digamos en otras zonas del mundo, como Latinoamérica, donde tienen una media de mil muertos por millón de vehículos, cuando en España, por ejemplo, tenemos mil muertos con unos 37 millones de vehículos”. 

Un reconocimiento al sector del transporte de mercancías por carretera

“Me gustaría hacer un reconocimiento y homenaje al sector del transporte profesional y a todos los conductores de este ámbito, por el esfuerzo que han hecho históricamente, en un trabajo que conlleva mucho esfuerzo y mucho riesgo, que ha servido a la sociedad para incrementar su progreso, su desarrollo y su bienestar. Sin este sector y sin estos profesionales no sería posible la vida de la sociedad actual. Por esto, tenemos una gran deuda con ellos”.