El informe “Necesidades de Inversión en Conservación”, realizado por la Asociación Española de la Carretera en el segundo semestre de 2021 y que afecta a las vías competencia de la Administración Central como a las que gestionan las comunidades autónomas y las diputaciones forales asegura que el 70% de la red viaria es segura, pero sólo el 43% de las vías de nuestro país está preparada para su adaptación a la futura movilidad conectada y autónoma, y apenas el 14% podría iniciar el proceso de transición ecológica derivado de las exigencias y compromisos medioambientales.

El estudio revela también que las reducciones de tráfico como consecuencia del confinamiento de la pandemia han ralentizado el ritmo al que las carreteras se deterioran desde hace más de 10 años. Sin embargo, ni siquiera este “efecto Covid” ha logrado que el estado de los viales deje atrás una nota global próxima al “muy deficiente”.

De los 101.700 kilómetros representados en la muestra auditada por la asociación (26.400 kilómetros de la red del Estado y 75.300 de la red autonómica) presentan deterioros graves en más del 50% de la superficie del pavimento

Roderas, grietas en las rodadas, agrietamientos gruesos, disgregaciones, deformaciones y grietas erráticas son los daños más frecuentes, que pueden afectar a la estructura de la plataforma, alejando cualquier perspectiva realista de que la red vial española pueda acometer en el corto o medio plazo su adaptación a los requerimientos de la nueva movilidad, con las implicaciones económicas y sociales de que ello se deriva.

Sólo el País Vasco presenta datos aceptables, un territorio en el que todos los indicadores resultan paradigmáticos como modelo de red segura preparada para dar el salto hacia la digitalización y la transformación ecológica.

Inversiones millonarias

El informe sobre necesidades de inversión de la Asociación Española de la Carretera tiene su origen en las campañas de inspección visual que este organismo comenzó a realizar en 1985 para conocer el estado de la pavimentación y el equipamiento, así como estimar una inversión mínima para tratar de solventar este reto.

Si se observan los estudios anteriores, se comprueba que, en 2001, la conservación de la red viaria aprobaba de forma holgada el examen periódico de la asociación, para llegar a situarse en 2021 a las puertas del “muy deficiente”.

Darle la vuelta a esta situación requiere una inversión mínima de 9.918 millones de euros, cantidad en la que la asociación cifra el déficit que acumula el mantenimiento del conjunto de las infraestructuras viarias del país y que se reparte, entre el Estado, las autonomías y las comunidades forales, de la siguiente manera:

–          3.261 millones de euros en la red que gestiona el Estado (26.400 kilómetros)

–          6.657 millones de euros de gobiernos autonómicos y forales (75.300 kilómetros)

Consecuencias de la falta de inversiones en conservación en carreteras

El deterioro de las carreteras españolas está limitando el papel que estas infraestructuras desempeñan en la transición hacia una movilidad más sostenible, ecológica, digital y segura. La descarbonización del transporte, la repoblación de la España vaciada, el refuerzo de la cohesión social y territorial o la reducción a la mitad del número de fallecidos por accidente de tráfico ponen en peligro los objetivos de la Agenda 2030.

La fotografía que muestra el estudio de la Asociación Española de la Carretera tiene consecuencias directas e inmediatas sobre la viabilidad de las distintas medidas que el Gobierno se había propuesto acometer en el marco del Plan de Acción para implementación de los objetivos para 2030.