En estas últimas semanas han surgido noticias de dos crisis internacionales que ponen de relieve la importancia de las baterías en el desarrollo saludable de la movilidad eléctrica. La primera ha sido ver el precio de la luz alcanzando niveles récord en la mayoría de los países europeos, así como en China. La segunda ha sido descubrir que, en parte relacionado con esto, las cadenas de suministro mundiales, con una gran proporción de la capacidad productiva enfocada en China, se han tambaleado de nuevo ante el parón en la producción experimentada en este país. Se trata de, por lo menos, el cuarto aviso serio desde el año pasado de la peligrosa dependencia de las cadenas de suministro del gigante asiático.
Uno de los ámbitos donde más aguda es esta dependencia es en el sector de las baterías.
Según datos de statista.com, China contaba en el año 2020 con el 77% de la capacidad de producción mundial de baterías, repartiéndose el resto de la producción entre EE.UU. (9%), el resto de Asia (8%) y Europa con un más que discreto 6%. Esta tendencia no tiene visos de revertirse y las previsiones para 2025 solo auguran un poco de equilibrio, ya que China tendrá el 65% de la capacidad de producción, Europa alcanzará un 25%, EEUU un 6% y el resto de Asia un 3%.
En cuanto a las compañías que se responsabilizan de esa producción, ni Europa ni España están en mejor posición, ya que la totalidad de las 10 primeras compañías en producción de baterías desarrollan su actividad en China (4), Corea (3) y Japón (3).
El problema del litio
La cadena de suministro no solo peligra por la concentración de productores en sólo tres países, sino que todos ellos trabajan actualmente con baterías de ion litio, las de mejor rendimiento. Pero las reservas probadas de mineral de litio suponen otro gran dolor de cabeza para todos los actores en este gran movimiento, con un elevado porcentaje de las reservas entre Chile (9 millones de toneladas), Bolivia (9) y Argentina (7,5), seguidas de cerca por China y EEUU con 7 millones de toneladas de reservas cada uno, y Australia y Canadá con unos 2 millones de toneladas.
Por su parte, Europa solo cuenta con 1 millón de toneladas como reservas estimadas, por lo que, de nuevo, depende de los países extractores para poder desarrollar una industria de fabricación de baterías.
La esperanza de las nuevas tecnologías
En este panorama, a primera vista tan poco alentador, la esperanza radica en toda una serie de nuevas tecnologías que se espera que lleguen al mercado en los próximos años, aliviando la dependencia del litio, y reduciendo los esfuerzos que se realizan para su reciclaje en las baterías usadas.
Mientras leemos proyectos, hoy por hoy futuristas, de baterías basadas en células de hidrógeno, nanotubos de grafeno o carbono, paneles solares cubriendo los vehículos o baterías de estado sólido, primas hermanas de los discos duros ahora en uso en la mayoría de los portátiles, existen alternativas menos complicadas que se podrían adaptar a los actuales procesos de fabricación.
En primer lugar, la tecnología de baterías de ion-zinc no utiliza litio y puede adaptarse al proceso de fabricación de las baterías de iones de litio. Además, al usar agua como electrolito es más segura que las de ion-litio, y al ser el zinc un metal con mayores reservas y más uniformemente distribuidas, podría aliviar la dependencia de las cadenas de suministro.
Por otra parte, tenemos las baterías de ion-sodio. En agosto, CATL, el mayor fabricante mundial de baterías, presentó una célula de iones de sodio y tiene previsto iniciar su producción en 2023. Aunque en un principio contarán con un porcentaje de litio, y no es seguro que se puedan utilizar en vehículos, es un gran paso en la sustitución de las baterías de litio.
Para el que todavía se sienta pesimista, el pasado mes de marzo Pocket-lint dedicó un reportaje a las baterías del futuro en el que se evalúan nada menos que 30 tecnologías que ya están en distintas fases de desarrollo. Como señalan algunos analistas, estamos en la infancia de las baterías y en los próximos años veremos cambios revolucionarios.
(Desde China, Pedro Ceinos. Por Javier López de Benito en movilidadelectrica.com)
Fuente: http://www.asepa.es/
Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)
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