Los coches eléctricos han indo introduciéndose en el mercado induciendo poco a poco una serie de códigos, a veces sorprendente, a los todo el mundo se ha ido acostumbrando hasta dejar de prestarles atención.
Hace unos años, no muchos, cuando los fabricantes basaban sus coches eléctricos en modelos de combustión, se hacía complicado reconocerlos de lejos como tales. Había que acercarse para “no oírlos” y descubrir que se trataba de la versión eléctrica de un modelo. Pero en muy pocos años la industria del automóvil ha virado de tal forma que los coches eléctricos empiezan a convertirse en habituales y el lenguaje de diseño que los envuelve ha incorporado una base común que ha dado lugar a unos códigos que los hacen fácilmente reconocibles con solo el primer vistazo.
Aunque algunos fabricantes mantienen la estrategia de ofrecer versiones totalmente eléctricas sobre la misma carrocería que las versiones de combustión o híbridas enchufables, en muchos casos el modelo se crea para ser únicamente eléctrico, evolucionando, para bien o para mal, hacia un tipo de automóvil completo que responde a sus propios códigos estilísticos y tecnológicos. Así, en los últimos años han aparecido elementos nuevos que raramente podrían estar en un coche de combustión.
¿Refrigeración, para qué? La parrilla delantera cerrada
Esta es probablemente una de las características más sorprendentes de los coches eléctricos, y que, si se trata de una variante de un modelo térmico, será casi la única que lo delata. La parrilla es uno de los elementos de diseño más potentes y representativos de una marca: otorga personalidad y muestra la firma, que en muchos casos es común a toda la gama de modelos, de los más pequeños a los más grandes.
Parrilla delantera ciega del IONIQ 5.
Por lo tanto, descubrir el un panel frontal “sólido” es algo desconcertante. Pero también es una seña de identidad. Las necesidades de refrigeración de un coche eléctrico son muy inferiores a las de un térmico, por lo que esta parrilla delantera se emplea en ellos para reflejar el carácter eléctrico. Las iluminaciones a base de tiras led, las bigoteras con diseños “eléctricos” y los logotipos iluminados suelen ser decoraciones muy usadas en este lugar.
Llantas aero
Los coches eléctricos necesitan ser eficientes energéticamente, incluso sacrificando su estética si es necesario. Las llantas, que para muchos conductores son un accesorio de diseño muy importante que le da personalidad al coche, y en algunas ocasiones lo diferencia de los demás, son un elemento ineficiente a la hora de considerarlas aerodinámicamente. Por eso en los coches eléctricos su diseño tiende a ser muy cerrado, de manera que según algunos estudios es capaz de ahorrar hasta un 5% de energía en las autopistas (según el modelo de coche y de llanta), o lo que es lo mismo, 25 kilómetros en un coche de 500 de autonomía.
Llantas aero del Tesla Model 3: aumentan la eficiencia aerodinámica de los coches eléctricos.
Neumáticos
La eficiencia también se ve perjudicada por los neumáticos de gran grosor, así que la tendencia en los coches eléctricos será montar ruedas de gran diámetro y poca anchura. Además, es habitual, y se constituye como un digno identificativo externo, que los coches eléctricos monten neumáticos específicos que ofrecen menos resistencia a la rodadura y por lo tanto consumen menos energía.
En su fabricación, se emplean menos materias primas que los neumáticos estándar, por lo que hay otra razón para adoptar su uso. La parte negativa es que, habitualmente, son más caros que los neumáticos estándar.
El tubo de escape ¿para qué?
Si en el frontal se encuentra una calandra lisa que delata la presencia de un motor eléctrico en algún lugar del coche, en la parte trasera hay otro elemento diferenciador: el inexistente tubo de escape. Una ausencia que para algunos defensores de los coches potentes y musculosos puede ser un hándicap. Los fabricantes lo saben, tanto, que en muchos modelos de combustión se ponen escapes falsos para simular mayor potencia y agresividad. Un alternativa que, si bien podría ser implementada en los coches eléctricos, es de esperar que no se le ocurra a nadie.
Los maleteros, dos
Las plataformas específicas desarrolladas para los coches eléctricos permiten una redistribución de los componentes mecánicos, que además son menos y más pequeños. La baterías se suelen colocar en el piso del coche de manera que realmente no ocupan espacio habitable. No hay motor de combustión bajo el capó, ni depósito de gasolina, ni embrague, ni transmisión, ni caja de cambios. También se gana batalla, de manera que el espacio en el habitáculo es mayor y también queda espacio debajo del capó delantero. Pero el “frunk”, como lo bautizó Tesla no está en todos los coches eléctricos. Los que emplean una carrocería igual que los de combustión por descontado, pero también algunos que utilizan plataformas dedicadas.
Maletero delantero y trasero del Audi e-tron GT, una seña de identidad de los coches eléctricos.
Hay otras características que hacen que un coche eléctrico sea distinguible a simple vista como las nuevas texturas interiores, los materiales ecológicos y, también una aerodinámica optimizada, aunque para eso, los coches eléctricos no deberían ser SUV.
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