En el tema de la seguridad, uno de los elementos más importantes (y al que se presta muy poca atención) de un vehículo industrial es la luna. Presentamos las características básicas de que debe tener una buena luna para que dure lo máximo posible, y en las mejores condiciones.
Su condición transparente hace que apenas se repare en ella, pero la luna cumple una función fundamental a la hora de proteger al conductor en su trabajo. Su función es proporcionar seguridad y protección al chófer, además de ofrecer confort al interior de la cabina, tanto desde el punto de vista técnico como acústico y visual.
Existen dos tipos de lunas: las de vidrio templado y las de vidrio laminado. Las primeras están formadas por una lámina de vidrio endurecida, mediante un tratamiento térmico que la expone a 600ºC. La idea es enfriarla de forma brusca, para aportarle mayor resistencia a los golpes frente a los vidrios estándar. El problema de este tipo de lunas es que, cuando se rompen, lo hacen en miles de fragmentos muy pequeños, lo que impide la visibilidad a través de ellas.
El segundo tipo de lunas es de vidrio laminado, que está formado por dos láminas de vidrio. Entre medias de las dos se inserta una lámina de plástico de polivinil butiral, que se unen mediante calor y presión. El conjunto forma una única lámina de cristal. En caso de rotura del parabrisas, se podrá cambiar la luna de una forma más sencilla.
Los vidrios laminados se utilizan en todos los cristales del vehículo, tanto en el parabrisas como en los laterales. De hecho, la norma establece que los cristales delanteros deben ser laminados. Además de la seguridad y protección al conductor, los cristales laminados protegen el interior del vehículo ante posibles intentos de robo, ya que son más difíciles de romper. En la actualidad, son los más utilizados en el sector de automoción.
Sin embargo, los cristales de las ventanas (o laterales) suelen ser templados pero, como opción, se ponen laminados (es el caso del nuevo camión DAF y su generación XF, XG y XG+). Dependiendo del constructor, se puede introducir como opción o como estándar.
Limpieza del parabrisas
Precisamente por su característica de transparencia, el parabrisas es el gran olvidado en la seguridad del vehículo, pero necesitan tanta atención como el resto de elementos, como los neumáticos, los frenos, etc. La luna de un camión es un elemento de gran importancia, ya que aísla y protege al conductor, al tiempo que asegura una correcta visibilidad.
Así, es de obligado cumplimiento mantenerla limpia y sin desperfectos, de manera que permita al conductor aprovechar el máximo campo posible de visión. Según se recoge en el Reglamento General de Circulación, “la superficie acristalada del vehículo deberá permitir la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que circule, y el conductor del vehículo está obligado a mantener el campo necesario de visión”.
Las lunas no sólo permiten captar la información de la carretera al conductor; también se lo permiten a las cámaras del sistema ADAS (Sistema Avanzado de Asistencia a la Conducción).
Un parabrisas roto o con gran cantidad de suciedad aumenta el riesgo de sufrir un accidente. Es por ello que los agentes de la autoridad pueden multar al conductor si entienden que está infringiendo la normativa al respecto. La multa podría ascender a 200 euros si se detectan “deficiencias que constituyen un riesgo especialmente grave para la seguridad vial”, (artículo 84 de la Ley de Seguridad Vial).
Otro motivo de sanción es llevar el parabrisas y otros vidrios del vehículo con daños que impidan al conductor ver con claridad la vía o llevar láminas, adhesivos u otros elementos no autorizados. Hay que recordar que los cristales de un camión no pueden ir tintados o ahumados, ni en el parabrisas ni en las ventanillas laterales.
Otro elemento no menos importante es revisar las escobillas de los limpiaparabrisas, ya que, llevarlas gastadas conlleva una sanción de 80 euros. En caso de que la climatología presente lluvias intensas y las autoridades de control entiendan que el funcionamiento de los limpiaparabrisas es insuficiente o, incluso, nulo, también tienen la potestad de inmovilizar el vehículo, llegado el caso.
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