Si existe físicamente un lugar en cada coche por el que pasa toda la información visual que recibimos mientras conducimos es, sin lugar a dudas, el parabrisas. Es la ventana por la que obtenemos casi toda la información y de la que dependen nuestras decisiones al volante.
Pero ¿se trata únicamente un cristal como el que podamos tener en la ventana de nuestro salón de casa?
Quizá el único punto en común que tienen es que se ve a través de ambos, pero el parabrisas forma parte de la estructura del vehículo a muchos niveles, desde la resistencia estructural hasta el soporte de información para el conductor.
De las gafas al parabrisas laminado
El primer parabrisas sencillamente no existía. Cuando se desarrolló el automóvil y a medida que este iba aumentando en velocidad, los conductores empezaron a utilizar gafas para protegerse de cualquier elemento que pudiese acabar en sus ojos. Algo así como lo que ocurre hoy en día con los ciclistas.
Pronto esas gafas se sustituyeron por un cristal que ya no solo protegía los ojos, sino también contribuía a que todos los ocupantes estuviesen protegidos del polvo del camino, la gravilla u otros materiales. A partir de ahí, comenzó la evolución de este sistema.
La implicación en la seguridad de este elemento es cada vez mayor
Desde los primeros cristales, pasando por los parabrisas templados –sí, aquellos que se hacían añicos–, se llega a los laminados, los cuales tienen una elevada resistencia estructural y son además un elemento de seguridad pasiva. Están formados por dos láminas de vidrio entre las que se insertan una o dos láminas plásticas de polivinilbutiral (PVB). En caso de rotura, los fragmentos de vidrio van a quedar adheridos a la lámina de plástico, permitiendo así la visibilidad.
Mucha tecnología detrás, pero poco conocida
Y es que muchos conductores aún asocian este importante elemento a una mera ventana para ver lo que hay afuera. Pero, como una gran parte de las piezas del automóvil, tiene asociado un importante componente de seguridad.
Muchos conductores desconocen todas las funciones del parabrisas
Según un estudio realizado por la FESVIAL, solo uno de cada tres conductores conoce las funciones estructurales del parabrisas y más del 60 % de los conductores ignora que influye en el funcionamiento del airbag.
La mayoría tampoco sabe la implicación de este elemento en los Sistemas de Ayuda al Conductor (ADAS). En el parabrisas se encuentran diferentes sensores y cámaras que recogen información para que estos sistemas actúen de forma adecuada. La función estructural del parabrisas se ve especialmente en su comportamiento en combinación con el salto del airbag. Este cristal será el principal punto de apoyo durante el despliegue de la bolsa de aire.
Aislamiento acústico y rayos uva
Cada vez los vehículos disponen de una superficie acristalada mayor, por lo tanto, es importante que protejan de ruidos y radiaciones solares y, paralelamente, contribuyan a mejorar el confort dentro del habitáculo.
La evolución de los materiales también se ha visto reflejada en el confort interior, con un mejor aislamiento acústico
Algunos parabrisas son capaces de reducir el nivel de ruido hasta en un 30 %. También nos preservan de otros agentes exteriores, filtrando más del 90 % de los rayos UVA. Todos ellos son aspectos muy importantes a tener en cuenta en la protección de todos los ocupantes.
Vehículos como el Toyota Highlander Electric Hybrid ya disponen de este tratamiento. Junto con la instalación de varias capas aislantes en el techo, el salpicadero y el suelo, así como el revestimiento aislante de los pasos de ruedas y el maletero, hace que el habitáculo sea particularmente silencioso, lo que refuerza la conducción suave y tranquila, característica de este modelo.
El nuevo panel de información
Gracias a los HUD (Head Up Display), el conductor cuenta con información vital en el parabrisas directamente a la altura de sus ojos. Este sistema le va a permitir disponer de los datos básicos necesarios en la conducción sin la necesidad de mirar hacia abajo o hacia otra parte del salpicadero.
El conductor puede mantener así la visión en la carretera sin necesidad de apartar la vista para consultar la velocidad a la que circula o el carburante que le queda.
El HUD puede mostrar información diversa según el modelo, como la velocidad del vehículo u otros indicadores. Esta flota virtualmente, casi como un holograma, en la zona inferior del parabrisas y está organizada para una lectura rápida y fácil de un vistazo. Los conductores también pueden elegir la cantidad de datos que muestra el HUD.
La información se muestra de forma que no desvía la atención del conductor
En particular, dado que la información que se exhibe es transparente y se proyecta hacia abajo, no bloquea ninguna parte de la vista frontal de la carretera del conductor. Dependiendo de la posición del asiento y la posición seleccionada del HUD, la imagen generalmente parece flotar sobre el capó del vehículo, sin estorbar la visibilidad de la carretera por delante.
El parabrisas, también hay que cuidarlo
Todo lo comentado debería ser suficiente para darnos cuenta de la importancia de conservar la superficie limpia y llevar un mantenimiento adecuado. A lo largo del año, los limpiaparabrisas hacen miles de barridos sobre esta superficie. Se encuentran expuestos a la intemperie constantemente en muchos casos y es más que probable que alguna vez les haya tocado trabajar a destajo.
La goma del limpia, junto con el agua y el jabón, arrastra la suciedad, pero no siempre es posible hacerlo correctamente. Cuando se forman depósitos que se endurecen o cuando las gomas se deterioran, la efectividad disminuye e incluso las escobillas pueden rayar la superficie del parabrisas.
Los rayos solares son grandes enemigos de los limpiaparabrisas
También las temperaturas extremas o la luz solar dan lugar a que las gomas se endurezcan. En este sentido, el cambio de las escobillas es una maniobra sencilla que puede hacer cualquier conductor, y conviene sustituirlas al menos una vez al año para mantener la seguridad. Se trata de una inversión poco costosa y muy rentable.
Malas costumbres
Quizá sea el hecho de que casi cualquier usuario pueda mantener la superficie acristalada del vehículo en perfectas condicionas lo que provoca que siempre se deje para más adelante.
Jamás se debe iniciar la marcha hasta que no esté completamente limpio el campo de visión
Muchas mañanas de invierno nuestro coche aparece con una capa de hielo y lo que menos apetece es ponerse a rascar y pasar frío. No obstante, a veces las prisas y la impaciencia provocan que muchos conductores emprendan la marcha haciendo verdaderos equilibrios para intentar ver algo a través del poco espacio disponible en el parabrisas. El climatizador puede ser de gran ayuda en estos casos, pero conducir de esa forma limita totalmente nuestra visibilidad y es muy fácil que se termine en un atropello o un accidente.
Otras situaciones similares se dan cuando la superficie del parabrisas está completamente cubierta de suciedad, polvo, mosquitos… y se nos ocurre la brillante idea de utilizar el limpiaparabrisas con el sol de frente. Y, para más inri, se nos agota el agua en ese instante. ¿Se puede ver algo a través de esa superficie? La respuesta es no.
¿Y me pueden sancionar?
Pues teniendo en cuenta que disponer de una visión total es fundamental y que lo contrario es un riesgo para la seguridad vial, la respuesta ahora es sí, te pueden multar. Según indica el artículo 19 del Reglamento General de Circulación, “la superficie acristalada del vehículo deberá permitir, en todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que circule […] El conductor de un vehículo está obligado a mantener el campo necesario de visión”.
No cuidar la visibilidad como se debe puede acarrear una sanción de 200 euros
Lo cierto es que se trata de una deficiencia que constituye un riesgo especialmente grave para la seguridad vial. Ese es el argumento, recogido por el artículo 104 de la ley sobre seguridad vial, que faculta a los agentes de tráfico para inmovilizar un vehículo en caso necesario. Elementos que dificulten la visión en el interior del vehículo como pegatinas, soportes de móviles o adornos, o roturas del parabrisas pueden dar lugar a la inmovilización del vehículo.
En definitiva, con un cuidado mínimo y una baja inversión, podemos mantener un sistema clave de nuestro vehículo en perfectas condiciones.
Por Brand Services
Fuente: https://www.motorpasion.com/