La Inspección Técnica de Vehículos o, como la conocemos todos, la ITV es un trámite obligatorio en España para poder circular por las vías públicas con un coche de más de cuatro años o sobre el que se hayan hecho cambios. Un trámite que, según donde vivas, puede ser muy tedioso o no, pues cuanta más gente haya en nuestra zona de residencia, más largas serán las colas para realizar la inspección al coche, y viceversa.
Se trata de un servicio liberalizado en algunas comunidades autónomas, en régimen de concesión en otras y explotado por la propia Administración a través de empresas públicas en otras. En cualquier caso, no está ofertado directamente por la Dirección General de Tráfico, sino por terceras empresas (mayoritariamente privadas) y la disparidad de precios es alta.
En torno a su rigurosidad, hay toda una leyenda urbana. ¿Cuántas veces habremos oído frases del estilo “mi amigo trabaja en tal sitio y me la pasa más fácil”, “mi mecánico es amigo del de la ITV y lleva mi coche él para que no miren mucho” o “es mejor ir a última hora, que tienen prisa por cerrar y la revisión es menos exhaustiva”?
También es común escuchar la expresión: “la ITV no sirve para nada, es un sacacuartos”. Es cierto que las empresas dedicadas a la Inspección Técnica de Vehículos buscan la rentabilidad, pero también es verdad que un buen examen del coche garantiza la seguridad y la emisión de unos niveles de contaminación ajustados a la normativa. Es decir, protege a las personas y el medio ambiente.
Efectos colaterales de la COVID-19: aumentan los coches en circulación sin la ITV en regla
Superar una ITV protocolizada asegura el buen funcionamiento de todos los vehículos que circulan por las carreteras españolas. Lamentablemente, tras la pandemia y la crisis económica generada, los coches con la ITV caducada o con resultado desfavorable han aumentado bastante.
Durante una inspección se revisan los aspectos vitales del coche, entre los que destacan las suspensiones y los frenos
De hecho, según cifras de la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), un 45 % de los vehículos que circulan por carretera no tienen la ITV en regla, el doble que antes de la pandemia, cuando el porcentaje era del 20 %.
Y no es una cifra baladí. Durante una inspección se revisan los aspectos vitales del coche, entre los que destacan las suspensiones y los frenos. También se mira si existen holguras, si el alumbrado hace correctamente su trabajo o si el motor tiene más emisiones de las homologadas y permitidas.
Coches con fallos y con la ITV ausente, ¿puede ocurrir algo en carretera?
Si nuestro coche presenta deficiencias en la dirección, por ejemplo, podemos tener problemas para frenar, para afrontar una curva o, simplemente, para mantener la estabilidad en línea recta. Muchas veces, esta circunstancia pasa desapercibida para el conductor, que inconscientemente va adaptando la conducción para paliar los efectos de este fallo técnico, pero que puede tener consecuencias desastrosas.
En la ITV podrán encontrar fallos que nosotros no podremos ver de otra forma
Si circulamos con holguras en la dirección, podríamos tener un susto en una carretera de montaña o circulando por autopista a velocidad elevada. Imagina que el defecto se localiza en los frenos o en el alumbrado… Quizá tengamos dificultades para detener el coche en una emergencia o carezcamos de buena visibilidad transitando de noche. Y eso sin contar con faros mal regulados apuntando a vete a saber dónde, que ocasionan enormes molestias al resto de usuarios de la vía.
Por eso una revisión estricta y exhaustiva en un servicio de ITV es esencial. Son especialistas que siguen un procedimiento estándar para localizar errores técnicos, además de contar con herramientas y conocimientos que la mayor parte de las personas no tienen.
Siempre dependerá del defecto que tenga el coche y su importancia e influencia sobre la conducción. Pero defectos en los frenos, en la dirección o en la suspensión son cosas que no deberían dejarse pasar.
Uno de cada 10 coches implicados en un accidente con víctimas tiene la ITV caducada
No es nada raro que los expertos en seguridad vial repitan una y otra vez, que la necesidad de superar la ITV no es un tema político ni económico, es cuestión de seguridad. Lo hemos mencionado antes, hay cosas que no se deben dejar pasar por alto por los efectos que pueden tener en la conducción y así lo demuestran los diferentes estudios que se han hecho al respecto. En concreto, el último afirma que uno de cada 10 coches implicados en accidentes de tráfico con víctimas tenía la ITV caducada.
Dicho estudio llega desde la Universidad Carlos III de Madrid bajo el nombre de ‘Contribución de la ITV a la Seguridad Vial y al Medio Ambiente’ y asegura, entre otras cosas, que si todas las inspecciones se hubieran llevado a cabo cuando correspondía, se podrían haber evitado al menos 8.800 accidentes, más de 7.000 heridos y 161 muertes.
Tal como recoge la AECA-ITV, en 2019, el segmento en el que más defectos graves se encontraron fue el de alumbrado y señalización (27,5%); ejes, neumáticos y suspensiones (17,8%), exceso de emisiones contaminantes (13,6%) y los relativos a frenos (12,03%).
Sanciones de hasta 500 euros y pérdida de la cobertura del seguro
No se trata solo de evitar la multa (200 euros si está caducada o desfavorable y 500 euros e inmovilización del vehículo si es negativa), hay más implicaciones. El agente autorizado podrá retener nuestro permiso de circulación instándonos a pasar la inspección en un plazo no superior a 10 días.
No obstante, una de las consecuencias más importantes es que, en caso de accidente y siendo nosotros los causantes, el seguro se negará a afrontar los gastos si el coche tiene la ITV caducada, desfavorable o negativa. Bueno, en realidad el seguro se hará cargo de los gastos, pero luego pasará la factura para recuperar el dinero.
El peor de los escenarios es un accidente por fallo mecánico sin tener la ITV al día. Siempre que ocurre un accidente, la aseguradora envía un perito al taller donde se encuentre el coche para valorar los daños y este podría notificar que la ITV no estaba en vigor.
En este supuesto, el seguro tal vez no cubra tus lesiones, aunque sí podría reparar el coche si la póliza es a todo riesgo. Si además logran demostrar que fue por un fallo mecánico y sin la ITV en vigor, es más que posible que se nieguen a indemnizarte y te repercutan a ti el pago de las indemnizaciones del resto de implicados.
En definitiva, llevar la pegatina de la Inspección Técnica de Vehículos actualizada no es solo cuestión de papeleo. Trasciende incluso las penalizaciones económicas de posibles sanciones. Es el símbolo que identifica a un vehículo como respetuoso con el medio ambiente, ya que se ajusta a las normas vigentes sobre emisiones contaminantes, y seguro para conductor, ocupantes y demás usuarios de la vía, puesto se le considera apto para circular después de revisar sus apartados más críticos.
Por Brand Services
Fuente: https://www.motorpasion.com/