La jornada ‘La Formación Profesionales de los Conductores Profesionales. Atracción de Talento al Transporte’, organizada ayer por la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC), la Fundación Corell y AT Academia del Transportista, abordó esta cuestión.
Ramón Valdivia (ASTIC) quiso recordar unz vez más el papel esencial que juegan los conductores: “siguieron trabajando durante los confinamientos más duros de la pandemia y son una pieza clave en la distribución de la vacuna contra la COVID-19”
España lidera los datos del paro juvenil de la UE y la zona euro tras registrar en enero un 39,9% de desempleo entre los menores de 25 años y, paralelamente, nuestro país necesita unos 15.000 conductores profesionales para cubrir la demanda del sector en el próximo lustro.
Una paradoja que se explica por una multiplicidad de factores como el estancamiento salarial, las actuales condiciones laborales (muchas horas fuera de casa, horarios especiales, falta de áreas de descanso seguras y confortables), falta de flexibilidad por la exigente normativa del sector o el escaso reconocimiento social de la profesión, pero al que también se añade una compleja y costosa etapa formativa para acceder a la profesión.
En este sentido, Ramón Valdivia, director general de ASTIC, destacó que “las empresas que conforman nuestra asociación ofrecen empleos de calidad en compañías con prestigio y veteranía en las que desarrollar una carrera profesional como conductor de vehículos pesados de larga distancia, pero los perfiles que se necesitan para cubrir esos puestos requieren de una formación que un currículum formativo directo y completo a través de la FP y la FP dual pueden ofrecer”.
Por su parte, Miguel Ángel Ochoa, presidente de la Fundación Corell, puso de manifiesto “la necesidad inminente de un plan de modernización que cuente con una coordinación fluida entre los ministerios de Transporte y Educación y la DGT para vencer las resistencias que ahora encuentran nuestros conductores y conductoras para acceder a la profesión”.
A juicio de Ochoa, los 3,8 millones de euros que el Ministerio de Transportes destina a la formación de profesionales “son insuficientes en un sector donde nos encontramos con una población conductora profesional envejeciendo y sin un relevo generacional”.
Menos barreras en la formación
Los participantes expresaron la necesidad de que se eliminen las barreras existentes en la Formación Profesional ya que desaniman a las nuevas generaciones a convertirse en conductores profesionales. En esta línea, para favorecer el acceso a la profesión a los 18 años, Luis Miguel Soto, CEO de AT Academia del Transportista, reclamó: “la supresión del requisito de tener previamente el permiso de conducir para obtener el Certificado de Profesionalidad (CP); la convalidación de la autorización CAP sin examen a los que finalicen el CP; la creación de una red capilar de centros que impartan FP de Conductores y, por último, que se facilite la obtención del permiso de conducir en el ámbito de la FP al igual que ya sucede con las escuelas y organismos militares y con la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil”.
Fuente: https://www.transporte3.com