Vimos en un artículo anterior que la sociedad Motor Ibérica S.A. fue la sucesora de Ford Motor Ibérica cuando en 1954 la firma norteamericana decidió irse de España manteniendo, sin embargo, un cierto número de acciones en la nueva compañía y jugando en ella el papel de ‘socio tecnológico’. El Ebro 4C de 1955 fue el primero de sus camiones que estaba construido bajo licencia de Ford UK, ya que se trataba del Ford Thames británico, logrando con él un gran éxito hasta el punto de que la denominación de Ebro pasaría a ser la de todos los vehículos de Motor Ibérica, siguiendo además con la fabricación de tractores también con licencia Ford.
El rápido desarrollo del país desde los primeros años sesenta hizo que la demanda de camiones fuera cada vez mayor, y aunque el éxito del Ebro 4C continuaba, en Motor Ibérica fueron conscientes de que el futuro no pasaba por ofrecer al mercado un sustituto del mismo, sino una gama capaz de atender a una clientela cada vez más variada en sus necesidades, y dado que en el mercado de los camiones grandes estaban presentes los Pegaso y los Barreiros con los que no se deseaba competir, se optó por producir modelos de menos tonelaje que el 4C, dando así nacimiento a los denominados Ebro Serie B, siendo el B-15 el más pequeño de ellos con capacidad para 1,5 toneladas de carga, llevando ruedas simples detrás, complementándose esta nueva generación de Ebro ‘pequeños’ con los B-25 y B-35 C.
Los Ebro Serie B fueron presentados a la prensa en el segundo semestre de 1963, llamando la atención el ‘morro corto’ de casi todos ellos, ya que así como el 4C de 1955 tenía una línea clásica y agraciada, los B-15, B-25 y B-35 C no eran demasiado atractivos en términos estéticos, con su peculiar cabina semiavanzada que conservaba en gran medida parte de las características estéticas del 4C. En esos años las cabinas semiavanzadas fueron usadas por numerosos fabricantes de camiones aunque con mejor resultado estético, y en el mundo del motor se decía que los Ebro cortos de la Serie B eran como un 4C que hubiera sufrido un choque frontal, pero también es cierto que aunque la estética es siempre importante, el cliente de un camión busca ante todo cualidades objetivas en lo referente al balance que resulta entre prestaciones, necesidades personales, y precio del producto, y desde estos puntos de vista los Ebro Serie B eran una excelente opción.
Pero prescindiendo de estéticas más o menos peculiares, lo cierto es que Ebro proponía al mercado un conjunto de modelos que eran el B-15 de 1,5 toneladas, el B-25 con capacidad de carga para 2,5 toneladas, y los B-35 C y B-35, para 3,5 toneladas en los dos casos, con ‘morro corto’ el B-35 C, y largo en el caso del el B-35, con cabina igual a la del veterano 4C”, finalizando con el B-45 para 4,5 y más toneladas que era en gran medida el 4C de 1955, pero con mayor capacidad de carga y otras mejoras, ofertándose todos ellos con caja para carga o chasis con cabina, según fuesen los deseos del cliente. En resumen, Motor Ibérica amplió su gama ‘hacia abajo’ en lo referente a la capacidad de carga, siendo el B-45 (ex 4C) el mayor de todos ellos, y en el caso del B-15 se llegaba casi hasta el segmento de los furgones, superándolos en capacidad de carga y en prestaciones, lo que en términos de mercado permitía a los Ebro B-15 y hasta a los B-25 ocupar un hueco de mercado interesante.
El motor de estos nuevos Ebro seguía siendo el del 4C, esto es, un cuatro cilindros diésel de 3.613 cc y 70 caballos lo cual, daba a los modelos menores unas buenas prestaciones.
La Serie B tuvo una buena acogida, ya que en los años sesenta el país compraba casi todo lo que se le proponía, a lo que había que sumar que los productos de Motor Ibérica tenían una buena imagen en lo referente a su fiabilidad, y al buen servicio posventa, con talleres de asistencia por toda España, y ambas cosas son fundamentales para los transportistas.
Los Ebro de la Serie B estuvieron en el mercado desde 1963 hasta 1966 en que fueron desplazados por la nueva Serie C presentada a finales de 1965, que también tenían cabina semiavanzada pero con una estética nueva, muy diferente, y de líneas claramente más modernas.
Ficha técnica
Motor: Diésel. 4 cilindros en línea. Cilindrada 3.610 cc. Diámetro x carrera 100,0 x 115,0 mm. Potencia 70 CV a 2.500 rpm. Cigüeñal de 5 apoyos. Refrigeración por agua.
Chasis: Largueros estampados en U con travesaños.
Frenos: De tambor a las cuatro ruedas. Servofreno opcional.
(Artículo de Pablo Gimeno, Comisión Técnica de Históricos de ASEPA)
Fuente: http://www.asepa.es/
Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)