Cada vez hay más coches híbridos y eléctricos en nuestras carreteras. Los híbridos llevan ya bastante tiempo en el mercado y al final de su ciclo de vida, como con todo producto, llega la delicada cuestión del reciclaje. ¿Qué hacer con las baterías de esos coches electrificados?
En una batería de coche eléctrico o híbrido hay un poco de todo, metales tóxicos, tierras raras, metales preciosos, ácidos y, por supuesto, plástico. Si bien algunos son materiales con un cierto valor mercantil, también algunos son peligrosos y contaminantes. Y además, no son cantidades desdeñables de materiales.
La presidenta del Comité Estratégico de Minas y Metalurgia de Francia, Christel Bories, explicaba que en Europa “habrá que reciclar alrededor de 50.000 toneladas, a partir de 2027, y probablemente incluso más en 2030”. Una cifra asombrosa que podría multiplicarse por más de diez en 2035 para llegar a las 700.000 toneladas frente a las 15.000 toneladas en la actualidad.
La normativa europea obliga a reciclar al menos el 50 % del peso de las baterías que se recuperen. Ante esa obligación, muchos fabricantes se encargan ellos mismos del reciclage de las baterías de los modelos que les llegan o son devueltos. Pero también supone una oportunidad de negocio.
Varias grandes empresas especializadas se están posicionando para hacerse con el negocio. En Francia, por ejemplo, la SNAM, posee ya dos plantas de reciclaje, una cerca de Lyon y otra no muy lejos de Montpellier.
Cada año recicla 600 toneladas de baterías procedentes de toda Europa e incluso de Asia. Empezaron en 2010 y hoy las baterías de coches híbridos y eléctricos representa el 10 % de su negocio. Aseguran que consiguen reciclar el 75 % de una batería, destruyendo o quemando entre un 20 y un 30 % de lo que no se puede recuperar y enterrando un 2 % restante.
Evidentemente, no es la única empresa. La española INDRA está presente en ese mismo sector en Francia en asociación con Renault. De hecho, es una de las empresas que participará en la creación en Flins de una planta de retrofit y reciclaje de coches y baterías de coches eléctricos e híbridos, con una previsión de 100.000 coches refabricados en 2030.
Los desguaces tradicionales podrían no estar preparados para reciclar las baterías de los híbridos y eléctricos
Sin embargo, la problemática del reciclaje se da también en los CATV, o Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos, independientes, lo que se conoce popularmente como desguace. Y es que el reciclaje de las baterías y sus componentes tiene un coste muy elevado, cubierto en parte por los fabricantes ya que, según las normas europeas, tienen la obligación de reciclar sus coches y especialmente las baterías.
Según declaraciones del Consejo Nacional de Profesiones del Automóvil francés (CNPA) a Caradisiac, “el número de vehículos híbridos y eléctricos (HEV) admitidos [en un CATV] en 2018 es de 768 VFU (vehículos al final de su vida útil). Este número sigue siendo muy bajo (0,0005%) en comparación con todos los VFU admitidos, pero sigue suponiendo un importante aumento en comparación con 2017 (273 VFU). La tendencia al alza se ha confirmado en los últimos tres años, por lo que es necesario anticipar la evolución del mercado de vehículos híbridos y eléctricos”.
Al parecer, fuera de los gigantes industriales, todavía no hay un protocolo claro para la recuperación de esas baterías en el caso de los desguaces más modestos. El CNPA da así a entender que no saben qué hacer con esas baterías y que en muchos casos no podrán asumir los costes del reciclaje.
Si bien los fabricantes tienen una ruta secundaria para las baterías, como unidad de almacenamiento de energía para viviendas y comunidades, el hecho es que esta década debe ser la de la implementación de protocolos reales de reciclaje para vehículos eléctricos e híbridos.
Fuente: https://www.motorpasion.com/