Ponemos a prueba la autonomía de un scooter eléctrico equivalente a 125 centímetros cúbicos, y damos crédito de la resolución de la prueba con fotografías tomadas durante la misma.
De entre las dudas que surgen a los potenciales compradores de un scooter eléctrico o una motocicleta eléctrica, una de las que suele aflorar de manera más frecuente es qué cantidad de kilómetros podrá recorrer antes de necesitar una nueva carga de su batería. Aprovechando que durante unos días tuvimos a nuestra disposición una Wellta Ártica eléctrica, quisimos resolver la cuestión con una respuesta de primera mano.
Sumamos así un artículo más a otros dos que hemos escrito anteriormente intentando despejar las dudas de un potencial comprados de este tipo de motocicletas. Ya desglosamos cuánto cuesta recorrer cien kilómetros en una motocicleta eléctrica, además de ver también a qué elementos se ha de prestar atención a la hora de mantener un scooter o motocicleta eléctrica.
Los responsables de Wellta Motors, en un ejercicio de transparencia, accedieron a que publicásemos este artículo poniendo a prueba la autonomía de la Ártica y así a conocer de primera mano y con pruebas cuál es la autonomía de un scooter eléctrico en circunstancias reales.
Wellta Ártica.
¿Qué tipo de moto eléctrica es la Wellta Ártica?
Antes de entrar en materia y ver qué autonomía logra la motocicleta eléctrica que tenemos entre manos, hemos de contextualizar, en base a los números que luce la Ártica, qué tipo de motocicleta es.
Se trata de un scooter cuya homologación equivale a la de una motocicleta de gasolina de 125 centímetros cúbicos, por lo que es posible conducirla con el carnet de coche y tres años de antigüedad o el permiso específico A1.
Su peso en orden de marcha es de 110 kilos, contando en ellos los 15 kilos de su paquete de baterías extraíble. Se trata de un paquete de baterías suministrado por Samsung y que tiene una capacidad de 2,88 kWh.
Batería Wellta Ártica.
Para cargar la totalidad de su capacidad, esta batería necesitará un total de cinco horas y media, que podrán ser tres horas y media su enchufamos la Ártica directamente a la corriente a través de la toma situada en la zaga de ésta. Estos son datos que tomarán una relevancia clave en el desenlace de este artículo.
Tiene un motor eléctrico de 4 kW, que equivalen a 5,30 CV. Una potencia que a priori y en comparación con un scooter de gasolina equivalente de entre 10 y 15 CV puede parecer poco, pero si tomamos en consideración su par motor, lo cierto es que queda más que compensado.
Su velocidad máxima es de 91 kilómetros por hora y Wellta Motors dice que su autonomía puede llegar a ser de hasta 110 kilómetros, aunque como bien sabemos, se trata de una cifra que sólo se logrará en la circunstancias de consumo más favorables. A una velocidad constante de 45 kilómetros por hora, en llano, sin viento en contra y con un conductor no demasiado pesado a lomos de la motocicleta.
El recorrido
Antes de lanzarme a la carretera quise trazar un recorrido previo en el que más sentido tiene que un scooter eléctrico como la Wellta Ártica se desenvuelva diariamente, sólo que esta vez nos propusimos gastar la totalidad de su batería de una atacada.
Una ciudad como Málaga, donde llevamos a cabo la prueba, de gran tamaño y con todo tipo de vías, se antoja como un escenario perfecto para llevar a cabo tal cometido. Por eso, desde nuestro punto de aparcamiento de la Ártica, en el extrarradio de la ciudad, trazamos una ruta previa que se adentrara hasta el centro de la ciudad y luego saliera del mismo, a través de vías rápidas, circunvalaciones y carreteras de velocidades bajas.
Parte del recorrido transcurrido sobre la Wellta Ártica en la prueba de autonomía.
En la ruta incluimos, tanto para el recorrido de ida como el de vuelta, una incursión a modo de enlace en una vía rápida, para poner al scooter eléctrico durante varios kilómetros a su velocidad máxima y emular así mejor el uso que un potencial cliente dará a un scooter de este tipo.
La ruta trazada es de 45 kilómetros, y una vez alcanzáramos el último punto de la misma (la localidad de Alhaurín de la Torre) el plan pasaría por circular recurrentemente entre este y el primer punto de la ruta hasta quedarnos con un porcentaje de la batería lo más bajo posible y lograr el kilometraje más alto. Ya adelanto que el porcentaje de la batería para cuando aparcamos la Ártica en nuestro lugar de estacionamiento fue del 2 %.
Así fue el gasto de batería durante la ruta
Retiro la batería de la toma corriente tras reponer un 10 % que gasté la tarde del día anterior en quehaceres en uso urbano, y disponer así del 100 % de la misma antes de empezar la ruta. Así lo confirma el cuadro digital de la Ártica cuando acciono el contacto, e inicio la marcha. Mi predisposición durante todo el recorrido fue de seguir el ritmo del tráfico y de practicar una conducción no necesariamente eficiente para así acercarme a una autonomía lo más real posible gracias a un estilo de pilotaje neutro en términos de eficiencia.
Wellta Ártica.
Los primeros instantes de la misma transcurren en una avenida que, cuesta abajo, dejo atrás a una velocidad de entre 50 y 60 kilómetros por hora, al ritmo del resto del tráfico. Después inicio el tramo de mayor exigencia para la motocicleta que después tendré que afrontar a la vuelta, un tramo de autovía que aprovecho para, desde la misma incorporación, poner a la Ártica a su velocidad máxima y recorrer ceñido a ésta los pocos kilómetros de autovía.
Después del tramo de vía rápida me adentro en una avenida que recorre de manera paralela al mar todo el costado de la ciudad, y que acaba en el icónico Faro de Orellana del puerto de Málaga. Para cuando alcanzo este punto, la Ártica anunciaba un 86 % de su carga habiendo dejado atrás ya 13,2 kilómetros del recorrido.
El resto de la ruta, hasta la incursión de nuevo en el mismo tramo de autovía en el recorrido de vuelta transcurrió entre el tráfico urbano, y donde la Ártica tuvo que soportar mis exigencias con varias salidas de semáforos en la que aproveché toda la aceleración de la misma para dejar atrás el resto de vehículos. No deja de resultar divertido el ímpetu con el que un motor eléctrico entrega toda su potencia.
Porcentaje restante de la batería y distancia recorrida en distintos puntos (TRIP) durante la prueba.
Después de dejar atrás la parte más céntrica y urbana de la ruta, tocaba volver a hacer incursión en autovía, volviendo a poner a la Ártica a su velocidad máxima, aunque esta vez durante menos kilómetros, ya que aprovecho la salida al Aeropuerto de Málaga y detenerme a fotografiar el cuadro de mandos, que acababa de rebasar el 50 % de la carga con 39,2 kilómetros de recorrido.
Con la mitad de la energía ya consumida, los cálculos invitan a pensar que tal y como apuntamos en la prueba de la Ártica, con un uso principalmente urbano e incursiones puntuales en vías rápidas, será posible extraer unos 80 kilómetros de una carga completa.
En la prueba de autonomía tal vez hubiera sido posible de alcanzar esta cifra de no ser porque la mitad restante del recorrido era menos favorable, tanto por la velocidad media con la que la Ártica iba a tener que lidiar, como por la pendiente desfavorable a los que tuvo que hacer frente.
Repetimos en dos ocasiones el recorrido de ida y vuelta entre el primer y último punto de la ruta, a velocidades de entre 40 y 60 kilómetros con acusadas pendientes de por medio, pero bajando del 10 % de la batería preferimos circular entre las calles aledañas al punto final de la ruta y gastar tanto como fuera posible la carga de la Wellta Ártica.
Finalmente alcanzamos el lugar de aparcamiento con 69,4 kilómetros recorridos y un 2 % de batería restante. Probablemente hubiera alcanzado los 70 kilómetros antes de ver el 1 % en el marcador, pero el mero hecho de aportar un número redondo no hace más trascendente el resultado final.
Conclusiones
Sí, es cierto que se trata de una autonomía real a todas luces menor de los 110 kilómetros por su fabricante, pero similar a la que otros scooters eléctricos de la misma franja de precios logran, como los de NIU.
De los casi 70 kilómetros recorridos, de manera aproximada la mitad se dieron en un ambiente claramente favorable para el scooter eléctrico, que a su vez es el escenario de uso más común para una motocicleta equivalente a 125.
El resto se dio en circunstancias menos propicias para alargar la autonomía: las incursiones en vías rápidas a la velocidad máxima de la Ártica y carreteras secundarias entre el distrito de Churriana y Alhaurín de la Torre, que luce unas acusadas pendientes que castigaron la batería del scooter eléctrico cuando flaqueaba su potencia.
Wellta Ártica.
Por nuestra experiencia con la Ártica, ciñéndonos a un uso urbano, si apuramos cada carga de la batería podremos lograr autonomías de entre 80 y 90 kilómetros. Se trata, a todas luces, de una distancia total que resultará de sobra suficiente a la mayoría de usuarios que usen un scooter o motocicleta de 125 centímetros cúbicos.
Aquellos que promedien un uso de 20 kilómetros al día sólo tendrán que cargarla una vez cada tres días (más si se ciñen a un uso urbano), y para esto no tendrán que perder tiempo ya que se carga durante la noche, mientras no usamos la motocicleta.
Colocar la batería de nuevo en el compartimento destinado a ello requerirá apenas un minuto de nuestro tiempo, por lo que el tiempo de carga no es aquí un problema, así como tampoco lo es la autonomía si no recorremos grandes distancias diarias. De recorrer más distancia perdería sentido el acudir no sólo a un scooter eléctrico, sino también a un ciclomotor o uno de gasolina de 125, pues no están planteados para largas distancias.
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Fuente: https://www.hibridosyelectricos.com