El primer interrogante surgió con el motor diésel frente al gasolina. Realmente, ¿cuál era más rentable? Pero ahora, hay más opciones en juego aunque la pregunta sigue siendo la misma, ¿lo notaré en el bolsillo? Las llegada de los híbridos y su expansión en el mercado, ha abierto nuevos frentes y las dudas se hacen mayores. ¿Tener un híbrido marca la diferencia en nuestro bolsillo, respecto a un vehículo convencional?
He ahí la gran pregunta ante este tipo de vehículos, mezcla entre un coche convencional y uno eléctrico. Y la respuesta, como entonces, viene a ser la misma: depende. Depende de cuales vayan a ser nuestros recorridos, cuántos kilómetros haremos al año, como es nuestra forma de conducir…
Si elegimos un modelo híbrido de los que actualmente se encuentran a la venta en España, vamos a ahorrar en consumo y en emisiones si nuestros recorridos son mayoritariamente por el centro de la ciudad, donde la hibridación saca pecho frente al resto de opciones. Pero, ¿y los recorridos por carretera?, ¿gastará más en un viaje largo?, ¿qué pasa con su mantenimiento?, ¿es inferior al del coche de combustión? y con el coste de las reparaciones: ¿son baratas o más caras de lo que cabría esperar?
Estas y otras cuestiones, trataremos de solventar en este artículo. Para ello, contamos con la inestimable ayuda de todo un experto en estas lides como es José María López, director del INSIA y doctor ingeniero industrial (Instituto Universitario de Investigación del Automóvil).
Características de un vehículo híbrido
Un grupo propulsor híbrido cuenta con la particularidad, de tener dos motores diferentes, uno de combustión interna y otro eléctrico. El motor principal de un híbrido es el de combustión, un hecho que implica el equipamiento de componentes como el del coche convencional, caso del depósito de combustible, la caja de cambios y la línea de escape. El hecho de disponer de un motor eléctrico, por su parte, repercute en el montaje de una batería, aunque de un menor tamaño que la que monta un vehículo totalmente eléctrico, así como una instalación eléctrica de alto voltaje y nuevas soluciones electrónicas para su gestión.
Dependiendo de marca y modelo, el coche híbrido puede funcionar con el motor de combustión, con el eléctrico o con ambos a la vez, en función de las prestaciones solicitadas por el conductor y el nivel de estado de carga de la batería, así como otras consideraciones que tenga en cuenta el cerebro del vehículo.
La diferencia entre el híbrido y el eléctrico es que la batería se recarga sin enchufarla a la red doméstica
Una diferencia del híbrido respecto al eléctrico o al híbrido enchufable es que la batería se recarga sin necesidad de enchufarla a la red eléctrica, gracias a que este tipo de vehículos transforman los momentos en que el coche se encuentra en retención en electricidad. Sin embargo, el híbrido sólo puede funcionar con el motor eléctrico unos cuantos kilómetros.
En el momento de afrontar la compra y aún contando con las ayudas del Estado —cuando las hay—, el precio de compra de un coche híbrido era más elevado que el de un coche convencional. Sin embargo, la proliferación de la tecnología ha hecho que los precios se emparejen mucho y las diferencias sean mínimas, en algunos casos, inexistentes.
Para José María López existe una reducción en el mantenimiento, ya que “su condición de funcionamiento es más estacionario, menos transitorio”. Sin embargo esta “reducción respecto al convencional, depende del grado de utilización del motor térmico”, aclara.
Un híbrido tiene un menor coste de uso
Según la consultora Audatex, en su informe relativo al “Vehículo y ahorro según motorización”, el mantenimiento de un coche híbrido puede ser hasta un 50 por ciento inferior al de un gasolina y diésel.
Para la elaboración del informe se analizaron los casos del Toyota Auris hybrid (que representaba en su momento el 22 por ciento de las ventas de híbridos en España) y del utilitario Yaris hybrid, por disponer ambos de versiones gasolina, diésel e híbridas —el Yaris únicamente se comercializa en variante híbrida o gasolina en su último tramo de vida—.
Del análisis se desprende que el coste de mantenimiento de un Yaris hybrid en 120.000 kilómetros u ocho años —realizando unos 15.000 kilómetros anuales— supone un ahorro de 2.093,7 euros, respecto a la versión diésel y de 1.784,9 euros, respecto a la versión de gasolina. En el caso del Auris hybrid, el ahorro en coste de mantenimiento es de 2.833,9 euros si se compara con el caso del diésel y 1.385,6 euros con el modelo de gasolina.
De igual manera, en un modelo de gama superior con motorizaciones diésel e híbrida como es el Lexus IS en su versión diésel IS220D de 177 CV e híbrida 300h, el coste del mantenimiento —incluyendo mantenimiento preventivo, correctivo y reemplazo de neumáticos, como en la anterior comparación—, el ahorro es de un 29 por ciento, lo que expresado en euros viene a ser la cantidad de 254,8.
En resumen y según muestra el citado estudio, los sistemas híbridos “Full Hybrid” son más económicos de mantener respecto a una motorización tradicional, ya que prescinden de algunos elementos cuyo mantenimiento implica su reemplazo, caso de embrague, alternador, motor de arranque y correa de distribución. A todo ello se suma, que la recuperación energética de un freno regenerativo implica que tanto el desgaste de las pastillas como el de los frenos de disco sea menor que el de una motorización convencional, pues el primer tramo del pedal del freno sólo activa la frenada con el motor eléctrico (que en esos momentos hace de generador).
El paso por el taller de un vehículo híbrido
Respecto a los costes de reparación en un híbrido, dependen del elemento que sufra la rotura, aunque “por lo general, el vehículo híbrido tiene más componentes que el convencional, y por lo tanto pueden existir más puntos de fallo. Tanto que si fallan las baterías el coste puede ser altísimo”, asegura el director del INSIA.
El gasto en mantenimiento del motor híbrido depende del grado de utilización del motor térmico
En el caso de Toyota y según señalan desde la marca, la batería del coche híbrido se encuentra diseñada para durar la vida útil del vehículo. No obstante, en algunas unidades sí han sufrido averías de este componente. Al igual que apuntaba el profesor José María López es un elemento muy costoso, con un precio que en este caso asciende a 1.135 euros en un Yaris hybrid de la generación actual, 1.165 euros en un Auris hybrid y de 1.264 euros en un Prius. Si bien este precio por la batería, que cuenta con tecnología de níquel e hidruro metálico, es bastante más económico que el de una de iones de litio como las que porta el Prius+, cuyo precio asciende a 1.900 euros por módulo; y lleva dos.
Consumo de combustible y ventajas fiscales
En términos cuantitativos, el ahorro del combustible va en función, principalmente, de los recorridos y de la forma de conducir, junto al tipo de hibridación. Así “un híbrido medio puede llegar al 15 por ciento, un híbrido completo al 25 por ciento y un híbrido enchufable en torno al 50 por ciento”, asegura José María López. Las últimas evoluciones de los modelos de Toyota pueden funcionar durante el 80% del tiempo en eléctrico puro, así el ahorro de combustible puede llegar a ser mayor si adaptamos ligeramente la conducción, para aprovechar al máximo las características de estos grupos propulsores.
Con estos datos, llegamos a la conclusión que el coche híbrido puede resultar más rentable que un diésel a partir de los 15.000 kilómetros al año, considerando un uso del vehículo en torno a ocho o diez años y muchos recorridos urbanos.
No obstante, con las nuevas normativas de emisiones y las diferentes acciones llevadas a cabo por las administraciones, los coches híbridos suman algunas ventajas más que los hacen más interesantes y a la larga, también contribuyen a su menor coste.
Por ejemplo, actualmente, con el sistema de etiquetas emitidas por la DGT, los híbridos convencionales tienen calificación ECO y no sufren restricciones de circulación y sólo en el nivel 5 del protocolo anticontaminación de Madrid, tendrán prohibido aparcar en la zona SER. Los híbridos enchufables, por su parte, tienen distintivo CERO y a hechos prácticos, se les considera eléctricos y ni siquiera pagan por estacionar en la zona regulada (los híbridos convencionales pagan la mitad).
Los híbridos tienen hasta el 30% de descuento en peajes en Cataluña, tienen una bonificación en el pago del impuesto de circulación que puede llegar al 75% (según cada ayuntamiento) y están exentos de pagar impuesto de matriculación.
Imágenes | Toyota Global Newsroom
Fuente: https://www.motorpasion.com/
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