La duda principal a mediados del año pasado era cuándo aparecería una fórmula para combatir al Covid-19, y las compañías farmacéuticas consiguieron lo impensable al ofrecer en poco tiempo la solución. Pero una vez vencido ese obstáculo, ¿cuáles son los principales desafíos para los productores de vacunas?
Pfizer y la farmacéutica alemana BioNTech fueron los primeros en conseguir la aprobación de su fórmula contra el coronavirus, logro al que ya se sumaron los laboratorios Moderna, AstraZeneca/Oxford, Gamaleya Institute y Sinopharm.
Sin embargo, que sus soluciones fueran aprobadas sólo fue la primera parte de la monumental tarea para conseguir la inmunización global y poner fin a la pandemia. Entonces los cuestionamientos cambiaron, esta vez, fueron enfocados en términos logísticos.
De los 77 países o territorios donde ya se vacuna, Israel es el más avanzado: más de la mitad de su población ya ha sido inoculada.
Qué tan rápido podrán las firmas producir millones de vacunas, cómo podrán los países hacerse de estas soluciones y de qué manera podrán llegar a todos los rincones del mundo son las preguntas que aún permanecen en el aire en muchos casos, según un reporte de NielsenIQ.
¿Qué elementos intervienen en la cadena de suministro de vacunas?
Así como la pandemia ha orillado a la escasez de ciertos productos, la producción de vacunas generó que se disparara la demanda de reactivos base que pueden conseguirse fácilmente en tiempos normales. Pero estos definitivamente no lo son.
Hace apenas unos días, la Comunidad Europea aprobó una mayor producción de jeringas a fin de contar con las suficientes para poder aplicar las dosis de las fórmulas anticovid.
El acuerdo indica que en vez de las cinco medidas de cada recipiente que se obtenían antes, ahora se dividirá en seis.
Ese es sólo un ejemplo del escenario que se avecina en países con menor poder adquisitivo, lo que afectará sin duda a la producción de vacunas.
Las nanopartículas de lípidos
Los laboratorios también prevén una disminución pronta de nanopartículas de lípidos (bolitas microscópicas de grasa).
En un artículo para Stat, sitio web especializado en medicina y salud, Andrey Zarur, fundador y CEO de GreenLight Biosciences, indicó que los productores de nanopartículas lipídicas en el mundo son pocos y que en Europa apenas existen dos que realizan volúmenes importantes.
Las nanopartículas lipídicas sirven para que las vacunas ARNm, como la de Pfizer, puedan llevar la información genética a su destino.
Supongamos que queremos transportar un jarrón de cristal altamente frágil. Las nanopartículas lipídicas son el envase apropiado para transportarlo. El ARNm es una molécula muy sensible y necesita de esas gotas de grasa para atravesar la pared celular y liberar material dentro de la célula.
La falta de estos insumos es una de las razones por las que Pfizer tuvo retrasos, según el especialista. A finales de 2020, el laboratorio se vio obligado a reducir su producción y a rehacer sus números para poder cumplir con los compromisos pagados por las naciones con las que hizo tratos.
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Los otros fabricantes, como CanSino y Janssen, utilizan reactivos más comunes, pero ante la alta demanda global, es muy probable que en poco tiempo se genere un desabasto.
Obtener envases en tiempo récord
Junto con estos productos también ha aumentado la necesidad de envases y empaques para contener vacunas, lo que ha elevado la producción de los cartones y los plásticos.
Se proyecta que el mercado de empaques del sector farmacéutico crezca un 8.2% para 2025 a nivel global, un aumento de 118 mil millones de dólares, según cálculos de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC).
Los problemas logísticos aumentan si tomamos en cuenta que todos quieren vacunas, tanto los que pueden pagar por ellas por anticipado como los países que no saben todavía cómo harán para obtenerlas.
Los diferentes compromisos de entrega de los productores de vacunas
Precisamente por eso, la Organización Mundial de la Salud creó el Fondo de Acceso Global para Vacunas COVAX, una propuesta que intentará que 92 países de bajos y medianos ingresos puedan acceder a las fórmulas contra el SARS-CoV-2, al mismo tiempo que las naciones de ingresos altos.
Lo que ya experimentan los fabricantes de vacunas es tener que dividir su producción. Por un lado, para abastecer a los países que ya pagaron las dosis y, por el otro, para tener los viales que se comprometieron a entregar a la iniciativa mundial.
Cualquier cambio en la cadena de proveeduría de las farmacéuticas significa un rediseño de su estrategia logística.
Por ejemplo, en el caso de las vacunas que AstraZeneca y la Universidad de Oxford producirán para la región Latinoamérica, el proceso comienza en Argentina por medio del hub biotecnológico mAbxience, que entregará las soluciones al laboratorio Liomont, en México, para que realice la estabilización, fabricación y envasado del medicamento.
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De este encuentro de tres instituciones se espera surjan 22.4 millones de dosis de vacunas para Argentina, México y la zona de América Latina.
Sin embargo, para nadie es un secreto que problemas con los tiempos y suministros pueden alterar esas cifras y generar graves conflictos de distribución.
Productores de vacunas tuvieron que adaptar sus fábricas
Normalmente, una planta farmacéutica tarda en calibrarse hasta 24 meses, razón por la que la empresa Pfizer ha retrasado sus entregas en México y el mundo. Para ajustar la capacidad de su centro en Bélgica han tenido que realizar en poco más de un par de semanas lo que tardarían un año en realizar.
El compromiso actual es entregar 2 mil millones de vacunas, cuando originalmente pactó una producción de mil 300 millones de dosis anuales.
Pfizer y Moderna probablemente reportarán este 2021 cerca de 18 mil millones de dólares en ingresos por sus vacunas contra el Covid-19, cifra 15.4 veces mayor a los mil 100 millones de dólares con los que cerraron el año pasado, según un análisis de Bloomberg.
Todos quieren vacunas
Hace un par de semanas, gobiernos estatales de México y la iniciativa privada solicitaron permiso al Ejecutivo para acercarse a las farmacéuticas para adquirir vacunas. Aunque se le dio el visto bueno a la demanda, la realidad es que no hay inventario para esas compras.
Actualmente, las farmacéuticas venden dosis a los gobiernos a precios módicos, pero cuando decidan comercializar sus fórmulas, lo harán a costos mucho más altos.
Otro factor en contra de los particulares es que para comercializar la vacuna deben contar con un registro sanitario.
La gran mayoría de las empresas que solicitaron permiso al gobierno federal mexicano no cuentan con ello y habrá que esperar para conocer los cambios en los reglamentos y requerimientos que demande la Secretaría de Salud.
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