Los líderes mundiales reunidos en septiembre de 2015 adoptaron en el seno de las Naciones Unidas un plan de acción para proteger a las personas y al planeta asegurando la prosperidad: la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los ODS.
Estos Objetivos representan el compromiso de todos para abordar los problemas más urgentes a los que hoy se enfrenta el mundo, como la amenaza del cambio climático, la igualdad de género, la mejora de la salud, la erradicación la pobreza y el fomento de la paz y las sociedades inclusivas.
Se trata de 17 objetivos interrelacionados entre sí, es decir, el éxito de uno afecta al de otros.
La Agenda 2030, el camino que debemos seguir
Este programa constituye la auténtica hoja de ruta para garantizar la viabilidad de dichos objetivos y se rige por estos principios fundamentales:
- Universalidad: abarca a todos los países.
- Para todos: pretende llegar a todas las personas independientemente de su situación, en especial a los colectivos más vulnerables.
- Totalidad: es imprescindible que se contemple la interconexión de los 17 ODS.
- Inclusión: están llamados a participar a todos los segmentos de la sociedad, independientemente de su raza, género, grupo étnico e identidad, para que contribuyan a su aplicación.
- Cooperación: se buscan alianzas entre todas las partes interesadas. No hay que olvidar que se trata de objetivos comunes para todo el planeta.
La movilidad en los ODS
Por mucho que leamos y releamos los títulos de los 17 ODS en ninguno de ellos encontramos la palabra movilidad; tampoco términos como seguridad vial o incluso movilidad sostenible.
Pero para alcanzar algunas de las metas de los ODS, la movilidad representa un objetivo transversal imprescindible. Si tenemos en cuenta la cantidad de desplazamientos que se han de realizar en el trabajo para cumplir cada una de las metas establecidad, no cabe duda que el impacto que estos producen a todos los niveles es elevadísimo. Por tanto, aunque sea indirectamente su implicación en todos los ODS es importante.
En 2030, unos 5.000 millones de personas viviremos en ciudades
La concentración de la población en las ciudades es un hecho. Si en el año 2015 alrededor de 4.000 millones de personas se concentraban en núycleos urbanos, en 2030 las previsiones suben esa cifra hasta aproximadamente 5.000 millones de personas. Esta densidad de población, unida a la necesaria interconexión entre localidades, hace que sea necesario plantearse desplazamientos sostenibles.
Por otra parte, hay que tener en cuenta también que las poblaciones producen una gran cantidad de residuos. Solamente en Europa hay casi medio millón de vertederos. El desarrollo y la investigación en los mecanismos para gestionar estos residuos, e incluso obtener rendimiento a partir de los mismos, es una de las líneas de avance para la consecución de los planes de Naciones Unidas.
Las emisiones y la movilidad
Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación del aire representa un importante riesgo medioambiental para la salud. Disminuir los niveles de polución reduciría notablemente la carga de morbilidad derivada de enfermedades cerebrovasculares, cánceres de pulmón, así como neumopatías crónicas y agudas, entre ellas el asma.
Cuantos más bajos sean los niveles de contaminación del aire mejor será nuestra salud respiratoria y cardiovascular
Asimismo, es importante el dato de que, en el año 2016, el 91% de la población vivía en lugares donde no se respetaban las Directrices de la OMS sobre la calidad del aire y la contaminación atmosférica. Y esta circunstancia provoca cada año 4,2 millones de defunciones prematuras en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo.
Por suerte, se empieza a andar un camino que pasa por la implantación de políticas e inversiones para apoyar medios de transporte menos contaminantes, viviendas energéticamente eficientes, generación de electricidad y mejor gestión de residuos industriales y municipales. De este modo, será posible reducir importantes fuentes de contaminación del aire en las ciudades.
Movilidad y seguridad vial en los ODS
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible plantea ODS con 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental. En algunas de estas metas sí se habla específicamente de movilidad o seguridad vial. En concreto, nos vamos a detener en los Objetivos 3, 7, 9 y 11.
Salud y bienestar
El ODS número 3 denominado ‘Salud y bienestar’ se detiene en los accidentes de tráfico. Se propone para 2020 reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico en el mundo entero con respecto a 2010.
El indicador correspondiente para evaluar este avance es la evolución de la tasa de mortalidad por lesiones debidas a este tipo de accidente.
Ciudades y comunidades sostenibles
En el ODS número 11 se habla de la correcta planificación de las ciudades a nivel urbanístico y de servicios, la cual engloba un sistema de transporte seguro, que de servicio a toda la población. En este sentido, una de las metas es la siguiente:
“De aquí a 2030, proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todos y mejorar la seguridad vial, en particular mediante la ampliación del transporte público, prestando especial atención a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad, las mujeres, los niños, las personas con discapacidad y las personas de edad”.
El indicador utilizado para medir el avance de esta meta es la proporción de la población que tiene fácil acceso al transporte público, desglosada por sexo, edad y personas con discapacidad.
Transporte y energía
De forma más indirecta y teniendo en cuenta que la movilidad necesariamente lleva aparejada un consumo energético, podríamos hablar también de la repercusión de esta en otros objetivos, como puedan ser el 7 y el 9.
“De aquí a 2030, aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas”
En el caso del ODS 7, ‘Energía asequible y no contaminante‘, una de las metas marcadas es la siguiente: “De aquí a 2030, aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas”. Como indicador, se mide la proporción de energía renovable en el consumo total de energía.
Este objetivo expresa la necesidad de aumentar la cooperación internacional para facilitar el acceso a la investigación y la tecnología relativas a la energía limpia, incluidas las fuentes renovables, la eficiencia energética y las tecnologías avanzadas y menos contaminantes de combustibles fósiles. Igualmente, insta a promover la inversión en infraestructura energética y tecnologías limpias.
Y en el ODS 9 sobre ‘Industria, innovación e infraestructura’, una de las metas relacionadas con la movilidad es: “Desarrollar infraestructuras fiables, sostenibles, resilientes y de calidad, incluidas infraestructuras regionales y transfronterizas, para apoyar el desarrollo económico y el bienestar humano, haciendo especial hincapié en el acceso asequible y equitativo para todos a través de la medición del volumen de transporte de pasajeros y carga, desglosado por medio de transporte”
Toyota, implicada en la consecución de los ODS
Toyota, además de los esfuerzos de investigación e innovación para el desarrollo de sus vehículos, está llevando una serie de iniciativas quizá menos conocidas por el gran público.
Un ejemplo de ello es la alianza entre Toyota y 7-Eleven para desplegar tiendas más sostenibles y de bajas emisiones. En esas tiendas de nueva generación se utilizarán hidrógeno y energías renovables con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes.
En la distribución, se utilizarán camiones de pila de combustible capaces de proporcionar energía a las tiendas en caso de catástrofe
Para hacerlo factible, se introducirán en las tiendas generadores fijos de pila de combustible y baterías recargables, gestionadas centralmente mediante sistemas de gestión energética de edificios — Building Energy Management Systems (BEMS)—, lo que permitirá elevar el porcentaje de energía renovable y electricidad gracias al hidrógeno.
De forma paralela, se introducirá un pequeño camión de pila de combustible (FC) de nuevo desarrollo en el proceso de distribución, con vistas a eliminar las emisiones de sustancias nocivas, incluido el CO2.
El equipo del Energy Observer ha tripulado la primera embarcación energéticamente autónoma por todo el planeta
Otro novedoso proyecto es el desarrollo de un sistema de pila de combustible especial para la embarcación Energy Observer, la primera embarcación a base de hidrógeno en surcar los mares del mundo.
Este buque del futuro a propulsión eléctrica funciona a base de una combinación de energías renovables y un sistema que produce hidrógeno a partir de agua de mar sin emitir nada de carbono.
En muchos casos, vemos los ODS como algo que solo puede ser llevado a cabo desde los Gobiernos o las grandes multinacionales, pero cada uno de nosotros a nivel personal puede hacer muchas cosas para conseguir lograr la consecución de estos objetivos y que, poco a poco, el planeta vaya recuperando su salud y su vitalidad.
Imágenes | Sala de Prensa Toyota
Por Brand Services
Fuente: https://www.motorpasion.com/