Como ya se había ido avisando, habrá un cambio en las etiquetas medioambientales de la DGT, pero no será drástico. El director general de Tráfico, Pere Navarro, ha dicho durante una entrevista recogida por Europa Press que se plantea la opción de hacer alguna modificación para subsanar ciertas “disfunciones”.
En este escenario, ha puesto como plazo el 1 de julio para introducir estos cambios en las etiquetas de la DGT, que se consensuarán con el sector y los ayuntamientos.
Las etiquetas actuales seguirán teniendo validez
Este cambio en el sistema de etiquetado, vigente desde 2016, no tendrá efecto retroactivo (es decir, no volverá sobre sus pasos puesto que solo se regularán hechos posteriores a su sanción) y ha avisado de que las etiquetas actuales seguirán teniendo validez.
“La gente se ha comprado el vehículo en función de su etiqueta. No podemos decirles que aquello que se ha comprado, ahora no vale y se lo voy a cambiar”, ha dicho Navarro en declaraciones recogidas por Europa Press.
La fecha tope para consensuar estos cambios, que recogerán novedades y defectos de forma, será el 1 de julio, tal y como estableció el Gobierno Central en 2020 en el plan de impulso a la automoción.
Podría afectar a los mild-hybrid, que son calificados como híbridos cuando en realidad el motor eléctrico que acompaña al térmico no mueve las ruedas, como sí ocurre con los híbridos o los híbridos enchufables.
De igual manera, también podrían ser revisados los híbridos enchufables (PHEV), ya que la gran mayoría son tratados como cero emisiones, cuando en realidad no lo son.
En este escenario, los microhíbridos o mild-hybrid (de 24 o 48 V) podrían dejar de ser ECO, y algunos PHEV -los de autonomía eléctrica superior a 40 km- podrían perder la etiqueta CERO, si los cambios fueran drásticos.
Lo más seguro es que se introduzcan nuevos distintivos y que la nueva norma afecte a vehículos nuevos.
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se ha denunciado en varias ocasiones que m”uchos de los nuevos microhíbridos o mild-hybrid con etiqueta ECO contaminan más que vehículos de diésel y gasolina que disponen de etiqueta C.”
Las ciudades más afectadas por estos cambios son Madrid y Barcelona, que cuentan respectivamente con Madrid Central -ahora anulado jurídicamente- y la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona.
Ambos proyectos penalizan la circulación de los vehículos sin etiqueta o aquellos que no son ECO o CERO.