Seguramente haya tantas formas de conducir como conductores. En la manera en que conducimos se refleja desde la personalidad hasta el temperamento o el estado de ánimo de cada uno.
Por supuesto, las circunstancias que se den en cada momento también influyen en nuestra conducción. Algunas veces tenemos prisa, otras queremos disfrutar de una sensación más deportiva y otras, sencillamente, nuestra prioridad es ahorrar lo máximo posible en combustible.
En consecuencia, el “café para todos” no es muy útil hoy en día.
Por este motivo, los híbridos eléctricos de Toyota ofrecen diferentes modos de conducción, brindando la mejor experiencia posible en cada circunstancia. Optar por uno u otro modo es muy sencillo, basta con pulsar el botón de la opción elegida. ¿Quieres conocerlos?, aquí te los explicamos.
El modo Normal, el más equilibrado
Es el que permanece por defecto, el más equilibrado y el que está funcionando cuando se arranca el coche. El modo Normal proporciona un equilibrio óptimo de ahorro de combustible, silencio y rendimiento mecánico.
El modo Normal se activa por defecto al arrancar
¿Podría hacer un viaje largo sin cambiar de modo? Por supuesto que sí, en este tipo de conducción el sistema siempre va a buscar la combinación más eficiente desde el punto de vista energético, utilizando el motor de combustión o el eléctrico en función de la potencia que le demandemos al vehículo en cada momento. Eso sí, para conseguir dicho objetivo el usuario tiene que poner de su parte acelerando de forma progresiva y anticipándose a cualquier situación para evitar fuertes aceleraciones y deceleraciones.
Una forma de ver si lo estamos haciendo bien es comprobar que, durante nuestra conducción, la aguja del indicador del sistema híbrido se sitúa en la zona “ECO”. Lo cierto es que esto no nos costará mucho si mantenemos la velocidad y circulamos por terrenos llanos o pendientes descendentes. Por el contrario, cuando requiramos algo más de potencia, veremos que la aguja sube hasta la zona “POWER”
Algo muy importante en los vehículos híbridos es que, gracias al sistema eléctrico, vamos a poder aprovechar toda la energía que produce un motor de combustión en movimiento. Se trata de una energía que en el resto de coches se desperdicia, pero que los híbridos eléctricos de Toyota aprovechan al máximo.
Para ello, se dispone de dos sistemas de frenos. Por una parte, el hidráulico convencional y, por otra, el freno eléctrico regenerativo. Este último permite reducir la velocidad de un vehículo transformando parte de su energía cinética en energía eléctrica, es decir, el motor de combustión se convierte en generador cuando se está frenando.
La utilización correcta del freno nos puede proporcionar gran cantidad de energía
En descensos largos y pronunciados, puedes seleccionar el modo B para usar la retención de motor de combustión, aunque recuerda que no es tan eficiente para la regeneración de la energía como el frenado normal. La mejor forma de aprender a usar el freno como fuente de energía es controlando el tacto del pedal del freno y fijándote en el indicador de carga. Verás cómo, al pisar el pedal de forma suave, estarás “cargando” las baterías; pero, a medida que lo aprietas más o si lo haces bruscamente, estarás usando el freno convencional.
La suavidad del modo EV
Ni emisiones ni ruidos, todo suavidad. Este es el resultado de la circulación con este modo. En este caso, únicamente utilizaremos el motor eléctrico, que se ha ido cargando gracias a las frenadas, descensos, deceleraciones o la potencia sobrante del motor de explosión.
Se trata de un tipo de conducción muy apropiada para ciudad, en la que las velocidades no son excesivamente altas. La conducción en modo eléctrico supone un importante ahorro y suele ser uno de los aspectos más llamativos que llevan a los usuarios a decidirse por los vehículos híbridos.
Durante la búsqueda de aparcamiento este modo es ideal
Cuando nos desplazamos por núcleos urbanos, hay numerosos escenarios en los que esta modalidad es la ideal. No obstante, resulta especialmente importante en determinadas situaciones, como cuando buscamos aparcamiento. No solo nos permite ahorrar combustible, además no se emiten gases contaminantes, se evita el molesto ruido en estas zonas y para la persona que va al volante supone un control más tranquilo y sosegado, algo muy recomendable a la hora de aparcar.
La limitación en la conducción en este modo está marcada por la duración de las baterías. Una conducción continuada en modo EV acabará agotando la batería. De todas maneras, antes de que esto ocurra el sistema activa el motor de combustión.
Modo ECO, con prioridad en el ahorro
Aquí la utilización de los dos motores es combinada, pero se da prioridad al eléctrico. El comportamiento en general es mucho más progresivo y gradual: las aceleraciones no serán tan bruscas, por ejemplo. Se busca economizar el gasto dándole al vehículo una cierta autonomía a la hora de interpretar las órdenes del conductor.
El modo ECO prioriza al motor eléctrico sobre el térmico
Aprovechar y exprimir al máximo las bondades de esta variante nos puede repercutir muy favorablemente en el bolsillo. Hay que tener en cuenta que mientras no usamos el motor de combustión, al no consumir combustible, podemos ahorrar hasta un 46 % en ciudad y un 36 % en carretera
Aunque su uso mayoritario sea en zonas urbanas, tampoco es despreciable su utilización en carretera. En efecto, combinando el control de crucero con el uso eficiente del freno regenerativo, podemos lograr importantes ahorros en el consumo.
El máximo nivel de potencia con el modo Sport
También denominado Power. Y con estos dos nombres ya os podéis imaginar qué se esconde detrás de este modo. A saber: potencia, versatilidad, elasticidad, prestaciones, etc. Todo al nivel máximo.
En el modo SPORT la sensación de potencia y agilidad es máxima
En esta opción combinamos la acción de los dos motores para transmitir una sensación deportiva en la conducción. Además, en este modo se efectúan otros reglajes, como el endurecimiento de la suspensión. Con él, no es que dispongamos de mayor potencia que en otros, es sencillamente que se hace notar más. Por ejemplo, la sensibilidad al pisar el acelerador es mayor y la respuesta del motor es más ágil.
Sí es cierto que en este nivel el consumo no es la prioridad, por lo que está más acentuado que en los otros modos. Por supuesto, como en todos los casos, su uso es una decisión de cada conductor en cada momento si quiere sacarle el máximo partido a su coche.
Lo que no hay que olvidar
Para disfrutar de todo lo que un híbrido eléctrico de Toyota puede ofrecernos, además de utilizar el modo adecuado en cada situación es conveniente interiorizar una serie de hábitos en la conducción. Lo cierto es que son aconsejables para todo tipo de vehículos, pero en el caso de los híbridos cobran especial importancia. Aquí los resumimos:
- Arranca suavemente y acelera siempre que te sea posible dentro de la zona ECO.
- En ciudad, mantente en la zona ECO 1 y conserva una velocidad constante.
- Acelera con determinación, es mejor acelerar unos segundos en la zona POWER que invertir mucho tiempo en la ECO.
- Desciende utilizando el freno motor, evitaremos sobrecargar los frenos y acumularemos energía.
- En autopista, por encima de 100 km/h es cuando el motor de gasolina adquiere mayor protagonismo, siendo mucho más eficiente, ya que es ayudado por el motor eléctrico y consume menos combustible que cuando circula en bajas velocidades.
- No frenes de manera brusca, anticípate y mantén distancia de seguridad para actuar con previsión.
- Cuando vayas a detenerte, prolonga la frenada. Con ello estarás acumulando más energía.
En definitiva, los híbridos eléctricos de Toyota están hechos para el disfrute en cada escenario y en cada momento, en una combinación mágica entre las opciones que exhiben y las pretensiones del conductor.
Imágenes | Toyota Sala de Prensa
Fuente: https://www.motorpasion.com/