Pensar y actuar para hacer un mundo mejor puede ser una utopía, pero sin ideas que lo cambien es imposible iniciar una revolución. Y el mundo avanza con ideas disruptivas que transformen el modelo económico. A eso se dedica Diego Isabel, director del Foro NESI De Nueva Economía.
¿En qué consiste el Plan A?
“Es una iniciativa colectiva, de más de 70 organizaciones y 5.000 personas, con la que se pretende transformar la economía española. No es recuperar, sino transformar, porque antes del Coronavirus no estábamos bien.
El nombre de Plan A viene, primero, porque ya sabíamos que no tenemos planeta B (el tema medioambiental es una de nuestras preocupaciones) y, segundo, porque el Coronavirus nos ha enseñado que no hay vida B, y tenemos que aprovechar que la economía está al servicio de las personas”.
¿Cómo surge el modelo económico actual?¿qué no estaba funcionando?
“Como todos los modelos económicos, hay cosas que funcionan y cosas que no. Lo que no está funcionando en este modelo es que las desigualdades se siguen incrementando a la vez que aumenta el impacto en el medio ambiente ¿por qué? Porque el objetivo principal actual es la acumulación de capital, y el método para conseguirlo es la conflictividad entre unos y otros.
Al final, el cambio que se busca es que la economía (que es algo que nos hemos inventado las personas) esté al servicio de las personas y del planeta, a la vez que se hace actividad económica (tiene que haber empresas, beneficio) pero no podemos dejar fuera de la ecuación a la externalidad ambiental ni a la externalidad persona”.
El transporte es una actividad que, sí o sí, tiene que existir
¿Qué papel puede ocupar el transporte en este escenario?
“Es una actividad que, sí o sí, tiene que existir. Nosotros apostamos por un equilibrio entre una economía más local (es decir, hay muchos productos que, a veces, se pueden producir en el ámbito local, con lo que el transporte se minimizaría) y un sector donde trabajan miles de personas.
Por una parte, el transporte tiene que existir, porque estamos en una economía global y necesitamos productos en todo el planeta. Pero creemos que los dos pilares que nos pone Europa encima de la mesa y por los que apuesta el plan, que son sostenibilidad e innovación (entendida como innovación digital), son dos vectores que pueden ayudar a transformar el sector del transporte de mercancías, que está bastante estancado.
Y aquí apostamos por tres puntos clave: la digitalización, la sostenibilidad y la mejora del embalaje de mercancías. La digitalización, entendida como el uso de datos compartidos, añadido al tema de inteligencia artificial, puede optimizar un montón de rutas y cargas y permitir una optimización de la logística. Este objetivo de digitalización nos puede ayudar a conseguir el segundo pilar, que es el de la sostenibilidad en los vehículos, donde se está empezando a investigar más. Creo que el camión ha llegado más tarde que el coche a la revolución ecológica. Consideramos que tanto los vehículos híbridos como los de hidrógeno son ejemplos por los que habría que apostar. Sería conveniente que, en este sentido, España pudiera ir por delante de algo, no por detrás.
Y por último, el tercer factor sería la mejora del empaquetado de las propias mercancías: a día de hoy, una parte muy importante del peso que se está transportando por carretera no es producto que se quiera consumir, es el embalaje, la caja, el plástico que lo envuelve. Esta responsabilidad está más en los que fabrican las mercancías que los que las transportan, pero aún queda trabajo por hacer.
Lo ideal es que, cada vehículo que se desplace, vaya con la mayor cantidad de producto para el usuario final, no para ser reciclado como embalaje, y de una forma optimizada. Que se optimice la cadena para el medio ambiente, pero también para los propios transportistas, que es un sector que necesita sus mejoras en condiciones laborales, salarios, etc. También creemos que toda esta digitalización pueda ayudar a que las condiciones del sector puedan ser mejoradas”.
¿Y qué puede aportar el transporte en la consecución de estos objetivos?
“Yo siempre he creído, y no sólo por el sector del transporte, que la máxima innovación sale de la persona que está haciendo la tarea más específica: posiblemente, al director general de una compañía logística no se le va a ocurrir cómo optimizar algo muy concreto de una ruta o de los vehículos, pero sí al transportista.
Y ahí me queda la duda de que, lo que se ha hecho en otros sectores, se haya hecho en el transporte: círculos de mejora, preguntar a los conductores, a los que cargan y descargan, al mozo de almacén ¿qué se puede mejorar en cuanto a sostenibilidad, en cuanto a condiciones del modelo? Porque, al final, en una mejora de sostenibilidad para las personas, la decisión también es una mejora para la propia empresa (en procesos, en agilidad), en hacerlo mejor, en escuchar más al propio sector.
Hablando desde fuera, al sector del transporte de mercancías se le escucha más allá de cuando tiene una queja y quizá menos cuando tiene una idea o una propuesta. Entonces ¿hasta qué punto hay muchos ámbitos de mejora que los consultores o los directivos nunca verán porque los que realmente los puedan identificar son los que están en el camión, conduciéndolo o cargándolo? Quizá, por ahí, haya un ámbito de mejora en sostenibilidad, en innovación, en cosas que puedan mejorar el propio sector, que salga de las ideas de la gente que está ahí, en el día a día”.
Apostamos por tres puntos clave: la digitalización, la sostenibilidad y la mejora del embalaje de mercancías
¿Qué resultados esperáis conseguir con este Plan A?
“Nuestra gran ambición es que esté encima de la mesa de cada grupo parlamentario de España en el Congreso de los Diputados. Ya les hemos hecho llegar copia y solicitado cita y esperamos que este mes podamos empezar a reunirnos con ellos para explicarles con detalle las propuestas. También vamos a presentarlo en distintos ámbitos: empresariales, de sociedad civil, autónomos locales…lo que queremos es que sea escuchado y llegue a los medios.
Si nos damos cuenta, el debate sobre economía está muy caliente cuando estamos en crisis, pero son debates “de paracetamol”: una crisis provoca una ola de ERTEs, se ponen parches, pero luego ¿qué ocurre? Ya estábamos enfermos, las cosas no estaban bien antes. Lo que queremos es abrir un debate profundo de cómo transformar la economía, si realmente queremos más sostenibilidad, si queremos que las condiciones de la gente sean mejores…vamos a abrir un debate profundo y vamos a entrar en cada sector, al detalle, sobre qué se puede mejorar.
Y, si funciona en España, podremos exportar ese modelo a otros países. Se trata de que España intente tomar la iniciativa y sea líder en estas cosas, no ser el último que llega. Creemos que tenemos una oportunidad de ir por delante porque, si tenemos algo en este país es que somos creativos e innovadores”.
Personal e intransferible
“Tengo dos aficiones muy concretas: Para mí, no hay nada como compartir una botella de vino con amigos y debatir sobre la vida, y luego me gusta mucho hacer yoga y meditación. Esto es algo que ayuda mucho para el día a día, tanto lo uno como lo otro”.
Escrito p
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