Abril de 2020 será una fecha difícil de olvidar en la esfera económica (y geopolítica). En plena pandemia, con la economía mundial paralizada bajo un confinamiento de película, el petróleo se desangró en EEUU, cotizando en negativo por primera vez en la historia.
Sería el comienzo de un punto de inflexión en un escenario de muy poca demanda y muchas reservas de crudo. De hecho, en España no se consumió tan poca gasolina desde 1973, según un avance de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). Así, en 2020 el consumo de combustibles de automoción cayó casi un 18 %, rompiendo seis años de subidas.
Batacazo para la gasolina
Los datos de Cores muestran una brutal caída de la demanda en España en abril de 2020, el peor año de la historia para el sector petrolífero. El consumo de combustibles de automoción bajó un 17,5 % en 2020 en comparación con 2019.
Presentan un mayor descenso las gasolinas -cayendo hasta niveles de 1973-, que los gasóleos de automoción, que caen a niveles de 2002.
En concreto, las gasolinas recibieron la peor parte del golpe, con una bajada del 21 % en el consumo, en comparación con 16,7 % del descenso en los gasóleos.
En julio, con el fin del confinamiento duro y un relajamiento enfocado a salvar la campaña de verano, se alcanzó el pico máximo anual de la demanda de combustibles, superando las 2.400 toneladas, pero aún muy por debajo de los valores que veíamos hace un lustro.
También el GLP ha sufrido una caída en el consumo del 14 %, pero sin duda la paralización del turismo supuso el golpe de gracia para los querosenos (usados principalmente en el sector aéreo), cuyo consumo se precipitó hacia un abismo del -65 % en comparación con 2019.
En cuanto al consumo de gas natural, en 2020 descendió un 9,8 % respecto a 2019. Según el Cores, caen tanto el consumo convencional (-6,3 %) como el destinado a generación eléctrica (-20,3 %), mientras que aumenta el GNL de consumo directo (+9,2 %).
¿Y qué pasa con los precios?
A medida que el precio del barril de crudo Brent (el de referencia en Europa) se ha ido estabilizando, hemos visto cómo en los últimos meses el precio de los carburantes se ha ido encareciendo.
Según el Boletín Petrolero de la Unión Europea, los precios de estos combustibles encadenan tres semanas seguidas de subidas: la gasolina se encareció un 0,74 %, mientras que el gasóleo hizo lo propio en un 0,64 % hasta los 1,224 euros y los 1,106 euros, respectivamente, la semana pasada.
Con esta nueva subida, el litro de gasolina se mantiene en torno a un 14,4 % más caro frente a los mínimos de mayo, mientras que en el caso del gasóleo su precio es un 13 % superior.
Claro que debemos tener en cuenta que lo que pagamos al repostar no depende únicamente de los vaivenes del mercado del crudo; debemos girar la cabeza hacia el mercado de refinos, ya que ahora no hay gran diferencia entre el precio del gasóleo y del la gasolina a la salida de la refinería.
Estas a su vez adaptan su producción al mercado local y son los márgenes de distribución de cada gasolinera los que pueden hacer subir los precios.