Los drones de la DGT empezaron a vigilar las carreteras españolas en 2019. Actualmente, existen 11 pequeños supervisores que se encargan de velar por la seguridad vial, pero ¿cómo opera exactamente Tráfico con sus drones?
La primera labor que se acomete es elegir el tramo a vigilar. De ello se encargan los jefes provinciales de Tráfico, los Centros de Control de la DGT y los subsectores de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC), en base a sus datos y teniendo en cuenta las limitaciones por cuestiones de seguridad (espacio aéreo no controlado, lejos de aeródromos y aeropuertos, posibilidad de estacionar una unidad para realizar el control, etc).
Una vez se ha definido el marco de actuación, la Unidad de Medios Aéreos (UMA) elabora un listado de las zonas de misiones y un calendario de fechas y tramos.
Una vez se ha delimitado el área de carretera a vigilar, se elije un punto donde estacionar con seguridad la furgoneta de la UMA y se comprueba la viabilidad climatológica para volar el dron.
Posteriormente, se monta el dron in situ y se corrobora el funcionamiento y la calibración del aparato y de las cámaras que servirán la vigilar la circulación y captar y grabar las posibles infracciones.
Acto seguido, se le sitúa en el área de seguridad destinada al despegue y… ¡a volar! Empieza así un periodo de vigilancia de las carreteras de unos 20 minutos, el tiempo estimado que dura aproximadamente su autonomía -depende de las características del vuelo y la climatología-.
Para valorar este último apartado mejor, la unidad de agentes en cuestión despliega una manga de viento a fin de controlar la dirección y velocidad del mismo, pues pueden afectar al vuelo, y se señaliza en el suelo un perímetro de seguridad donde despegará y aterrizará el dron.
¿Cómo y por dónde vuelan los drones de la DGT?
Para controlar cada uno de estos ‘agentes voladores’, hay dos operadores que lo hacen despegar, explica Tráfico. En total, el organismo cuenta con 28 personas capacitada para volar drones, 13 para operar sus cámaras y, además, ha formado a otros 12 pilotos y 13 cámaras en la ATGC.
Los drones, para no infringir la Ley, no cruzan la carretera –salvo autorización expresa– vuelan por debajo de 120 metros, nunca cerca de lugares estratégicos como aeródromos, aeropuertos o instalaciones de seguridad, y siempre en el campo visual del piloto.
El radio de acción de los drones es de 500 metros, de modo que pueden cazar maniobras ilegales a un máximo de hasta un kilómetro. Es decir, poco tienen que envidiar en este sentido a los helicópteros de Servei Català de Trànsit (SCT).
¿Quién maneja el dron de la DGT? Siempre es operado por un piloto acreditado que controla el vuelo; la cámara puede ser controlada y manejada bien por un funcionario de la UMA, o bien por un agente de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. De esto último depende además de cómo se notificarán las multas a los infractores.
En el caso de que la cámara la controle un agente de la Guardia Civil, la sanción se notifican en el acto -suele ocurrir en un 45% de las ocasiones-; mientras que si se trata de un miembro de la UMA, la denuncia se tramita a través de un expediente vía Jefatura Provincial o del Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas (CTDA).
En cualquiera de los dos casos, las infracciones captadas por un dron se remiten al conductor sancionado con la mención “infracción captada mediante el uso de sistema de aeronave pilotada por control remoto (dron – RPAS)”, y se adjuntan una o dos imágenes de la maniobra en cuestión.
Según explica Tráfico, “todas las infracciones quedan grabadas en soporte informático en el equipo que desplaza la Unidad de Medios Aéreos”.
Hay que recordar que, actualmente, solo tres de los 11 drones que tiene la DGT son capaces de detectar las infracciones que posteriormente se traducen en multas, mientras que los ocho restantes se emplean en monitorizar y regular el tráfico.
¿ Y cómo son de efectivos estos drones? Pues solo en de enero a agosto de 2020, los drones captaron 220 infracciones, la mayoría por no respetar la prioridad (28%), el uso incorrecto de cinturón de seguridad o SRI (16%), y por distracciones y uso del móvil al volante, así como no respetar las marcas longitudinales de la calzada (12%). Todo ello se detectó durante un total de unas 430 horas de vuelo: 316 de vigilancia y 55, de regulación.
En total, la DGT ingresa en multas un millón de euros al día cada año.