El organismo independiente Euro NCAP ha hecho balance del año 2020; un año muy atípico en el que la pandemia obligó a detener las pruebas de choque durante casi todo el año. En septiembre, la cuarta generación del Toyota Yaris estrenó la primera tanda, llevándose la puntuación máxima, como suele ocurrir en el mercado europeo.
Así, el balance de 2020 deja un 82 % de vehículos con cinco estrellas (teniendo en cuenta el reducido número de pruebas), sin coches con menos de tres estrellas. Algo impensable en mercados como el asiático o el latinoamericano, donde marcas como Ford, Kia o Hyundai siguen vendiendo coches sin airbags o con cero estrellas con el beneplácito de los Gobiernos.
Europa como mercado de referencia en estándares de seguridad
Según los datos de Euro NCAP, en 2020 solo se probaron 11 modelos de automóviles nuevos, una fuerte caída con respecto a los 55 vehículos probados en 2019. 9 de ellos se puntuaron con cinco estrellas (82 %), uno logró 4 estrellas (9 %) y otro obtuvo tres estrellas (9%). No hubo coches con menos de tres estrellas.
Un incremento con respecto a 2019: de los 55 vehículos probados, 41 obtuvieron las cinco estrellas; un 74 %.
Además, de todos los coches nuevos vendidos en 2020, el 98 % cuentan con una calificación válida de Euro NCAP; el 2 % restante o tiene una calificación que ha expirado, o no ha sido probado.
Estos resultados, explica Euro NCAP, se lograron en parte gracias a la adopción temprana de tecnología de seguridad pionera, como airbags centrales para la protección del pasajero, tecnología enfocada en la atención atención y funciones avanzadas de AEB que previenen choques de automóviles, peatones y ciclistas.
Resultados a años luz de Latinoamérica, Asia o Sudáfrica, donde se venden modelos sin airbags o que no merecen ni una sola estrella NCAP aún teniendo airbags. Coches cero estrellas amparados por la legislación.
Ya en septiembre el organismo explicó que el retraso en el lanzamiento de muchos modelos para 2020 y 2021 debido al parón en la producción provocó que no pudiera realizar ninguna prueba durante nueve meses. Tengamos en cuenta que la esfera automotriz depende de una industria totalmente global, a la que afecta cualquier cambio que se produzca a nivel mundial.
Esta recesión coincidió con la adopción de nuevas pruebas por parte de Euro NCAP que necesitaban ser revisadas, como la adopción de una nueva barrera móvil para la prueba de choque frontal de un automóvil en movimiento, para evaluar la protección del socio y de los ocupantes.
Por otro lado, los requisitos de protección contra impactos laterales se reforzaron aumentando la masa de la barrera y su velocidad de prueba mediante la introducción de una nueva prueba de protección contra impactos laterales, centrada en la protección del conductor y la posible interacción entre el conductor y el pasajero del asiento delantero.
Fuente: https://www.motorpasion.com/