PSA anuncia un cambio radical en su fábrica de motores diésel de Trémery, la más grande del mundo: en cuatro años, la mitad de los motores que salgan de sus líneas de producción serán eléctricos.
PSA ha anunciado que la gigantesca planta de Trémery situada en Metz, al este de Francia, donde se fabrican los motores diésel del grupo francés, se enfrenta a su cambio más radical para pasar a ensamblar motores eléctricos. Con el “cambio de propietario”, ya que ahora pasa a formar parte del nuevo Grupo Stellantis, en el que se han fundido PSA y FCA, pasa también a cambiar sus líneas de producción, que ahora duplicarán el número de motores eléctricos que producirán hasta los 180.000 unidades den 2021 y 900.000 en 2025.
La noticia ha sido publicada por la agencia Reuters y supone una confirmación más del cambio de paradigma al que se enfrenta la industria del automóvil. La demanda de motores diésel ha caído drásticamente después en los últimos cinco años, sobre todo después de salir a la luz el Dieselgate en 2015. Si bien este escándalo afectó al Grupo Volkswagen también tuvo un efecto en el resto de los fabricantes. Ahora, la nueva normativa europea que entró en vigor en 2020 y que se endurecerá más adelante está impulsando a la industria a la electrificación para reducir las emisiones de su flota, incluso antes de que la demanda de los clientes sea evidente en los concesionarios.
Si bien los motores que PSA fabricaba para sus coches eléctricos representaban en los últimos años una muy pequeña fracción de la producción, un 10%, ahora esta se intensificará drásticamente. El número de unidades que saldrán de las líneas de producción se duplicará en 2021 pasando a ensamblar 180.000 unidades al año, aunque esta irá aumentando paulatinamente hasta alcanzar la cifra 900.000 unidades anuales en 2025, un número que representa la mitad de la producción de la fábrica.
Nuevo motor eléctrico desarrollado por Nidec-PSA eMotors.
En la planta de Renault en Cleon, cerca de la costa norte de Francia, las circunstancias son muy parecidas a las de Trémery. Allí el cambio de las líneas de producción de motores diésel a eléctricos está bastante avanzada: solo la mitad de uno de los edificios que albergan las líneas de montaje se dedica a motores diésel, mientras que los motores híbridos y eléctricos se distribuyen en dos edificios completos.
Las ventas de modelos electrificados crecen en la Unión Europea
Según datos del grupo de investigación JATO Dynamics, en Europa, las ventas de vehículos diésel representaron el 50% del total en 2015.
Cinco años después, en septiembre de 2020, los modelos electrificados (100% eléctricos, híbridos enchufables o híbridos completos) superaron a los modelos diésel en número de matriculaciones de automóviles nuevos en el área de la Unión Europea. Si bien las ventas totales de automóviles descendieron un 29% durante los primeros nueve meses de 2020, las ventas de los modelos electrificados aumentaron un 122%.
Aunque todavía representan solo el 8% de las ventas totales, hay indicios alentadores de que está aumentando el interés de los consumidores por los vehículos eléctricos, que actualmente no confían en ellos por la baja disponibilidad de puntos de recarga y su elevado precio en comparación con los de combustión.
El cambio industrial y sus consecuencias para el empleo
A los 3.000 trabajadores de la planta Trémery y en general a la industria la industria del automóvil se le viene encima una complicación adicional. “2021 será un año crucial, con la primera transición real a un mundo dominado por los coches eléctricos”, ha declarado a Reuters la representante sindical de la planta de Trémery Laetitia Uzan.
Los motores eléctricos están formados por una quinta parte de las piezas que forman un motor diésel tradicional. Esta circunstancia implica que los fabricantes necesitarán menos empleados lo que crea una gran preocupación en la fuerza laboral de las plantas de fabricación. Si bien en el caso de Trémery, PSA ha indicado que esta reducción de personal se producirá de forma natural, no será sostenible para la industria en su conjunto.
Despiece de un motor de combustión. Un motor eléctrico tiene la quinta parte de piezas que un motor diésel.
Un centro de investigación de empleo alemán estimó que aproximadamente 100.000 puestos de trabajo están en riesgo de desaparecer en su industria automovilística debido a esta transición. Es decir, en su caso, uno de cada ocho empleos ya no será necesario. En Francia, el grupo presión del automóvil francés PFA estima que son unos 15.000 los puestos de trabajo vulnerables, de un total de 400.000.
Según la consultora británica IHS Markit, en 2021, más de 20 modelos que hasta ahora se ofrecían en versión diésel abandonarán esta tecnología para centrarse en las variantes de gasolina, híbridas y completamente eléctricas. Igualmente, The Society of Motor Manufacturers and Traders, la asociación comercial para la industria automotriz del Reino Unido, que promueve sus intereses en su país y en el extranjero, asegura que en 2021, en el mercado inglés, se ofrecerán 29 nuevos modelos totalmente eléctricos y siete nuevos híbridos enchufables, mientras que los nuevos modelos con motor de combustión interna solo serán 26, 14 de ellos diésel.
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Fuente: https://www.hibridosyelectricos.com