La DGT planea una importante revolución en el tráfico de las ciudades. El 11 de mayo de 2021 entrará en vigor el límite a 30 km/h de velocidad en las vías de un solo carril por sentido (20 km/h en la de plataforma única), pero tráfico ya planea el siguiente paso: quitar las señales de tráfico de las ciudades.
Así lo aseguró Pere Navarro, director general de la DGT, en un reciente coloquio organizado por Executive Forum en el que ha explicado que el fin último de toda esta hoja de ruta es “calmar el tráfico”. Y avisó de que “el tema es trascendente, es un cambio para la movilidad, un paradigma, un paso adelante hacia una ciudad algo distinta“.
Rebajar la velocidad en las ciudades “es la gran apuesta” de Tráfico y “cuando esto esté consolidado, vamos a empezar a sacar señales. Llevamos 50 años poniendo señales de tráfico. Cada vez que había un problema, ¿cuál era la solución fácil? Poner una señal de tráfico”, aseveró Navarro antes de afirmar que “en la DGT pensamos que en algún momento tenemos que iniciar la retirada de señales de tráfico“.
Pero esa revolución incluso podría ir a más: “Cuando esté calmado [el tráfico] y haya menos señales, a lo mejor hasta podremos retirar los semáforos en algún cruce“, explicó el director de la DGT. “Lo digo para que se vea que el tema [los nuevos limites de velocidad en ciudad] tiene recorrido, va más allá. No es una medida aislada, sino que tiene su proyecto“, añadió.
Navarro considera que “con el calmado del tráfico, las señales no van a hacer falta. Hasta ahora había que poner una señal en cada esquina que pusiera 30 km/h. Ahora lo ponemos en el BOE”.
Conductores y peatones, condenados a entenderse sin señales
La retirada de las señales de tráfico o de semáforos, sin embargo, no es una iniciativa nueva ni en España ni fuera de nuestro país.
Amorebieta (Vizcaya), con alrededor de 20.000 habitantes, se convirtió en el año 2000 en la primera ciudad de España en retirar todos los semáforos de su zona céntrica, convirtiéndolos en pasos de peatones.
Tras esta sustitución, la siniestralidad vial descendió un 85%, según los cálculos de la Policía Local de Vizcaya facilitados a la DGT.
El municipio de Xirivella, en Valencia, siguió los pasos de Amorebieta y en 2014 desmontó su último semáforo. “Ahora, sus casi 30.000 habitantes no son conscientes de vivir con ellos. Solo van más atentos”, relata a Tráfico Enrique Ortí, exregidor del Ayuntamiento valenciano.
Pero esta tendencia comenzó más allá de nuestras fronteras, concretamente en Oudehaske (Holanda). Este pequeño pueblo de apenas 2.000 ciudadanos se convirtió en 1983 en un entorno sin señales, pero limitado a 30 km/h. Y no es ni mucho menos la única urbe.
Posteriormente, de 2003 a 2008 se llevó a cinco países la UE bajo el Proyecto Espacio Compartido: Alemania, Bélgica, Dinamarca, Holanda e Inglaterra. Así, por ejemplo en Portishead, una ciudad con unos 22.000 habitantes y ubicada a 200 kilómetros de Londres, también eliminaron semáforos y señales.
El objetivo de esta teoría de las ‘calles desnudas’ es eliminar la separación tradicional entre automóviles, peatones y otros usuarios, apostando por la interacción entre los diferentes actores de las áreas compartidas y, en el caso de los vehículos, circular a velocidades apropiadas.
Es decir, cuando no hay señales de prioridad, se circula “negociando. El espacio público fuerza a la gente a ser social y el contacto visual es parte de ese comportamiento social de las personas”, resume a la DGT Hans Monderman, ingeniero holandés y experto en seguridad vial.
Ahora solo queda ver si esta propuesta prospera a nivel general en España.