Al año se consumen en el mundo unos 100 millones de barriles de petróleo. De ellos 29 millones van a parar a los depósitos de vehículos y otros dispositivos con motores de diésel y 26 millones de barriles a los homólogos gasolina.
Esta demanda se va incrementando año a año, y mientras a los conductores nos basta con llegar a una gasolinera y conectar la manguera del surtidor al depósito, hay todo un proceso químico detrás sobre el que hoy vamos a arrojar un poco de luz. ¿Cómo se producen la gasolina y el gasóleo?
Del petróleo a la gasolina; del yacimiento al depósito del coche
Los combustibles fósiles no están presentes como tal en la naturaleza. No hay un árbol cuya savia sea diésel o un manantial del que emane gasolina para llenar el depósito de nuestros coches, pero sí hay yacimientos de petróleo crudo.
El petróleo es un líquido negro y espeso compuesto en su mayoría por hidrocarburos. Este producto se formó en un proceso de millones de años en el que grandes cantidades de materia orgánica se sometieron a calor y presión, quedando atrapado en yacimientos naturales.
Las primeras referencias al crudo datan de hace 6.000 años en Asiria y Babilonia, gracias al petróleo que manaba a la superficie que también se usó en Grecia hace 4.000 años o en Venezuela antes de la colonización española. Sus usos eran múltiples, pudiendo utilizarse como medicina, asfalto, combustible para lámparas o para calafatear embarcaciones.
No fue hasta la Revolución Industrial cuando se disparó su demanda con el descubrimiento del petróleo como fuente de queroseno y el impulso de la industria petrolífera arrastrada por el auge del automóvil.
Para conseguir los combustibles primero hay que localizar los yacimientos de petróleo. Generalmente atrapados entre capas de roca a gran profundidad en depósitos en los que el petróleo flota sobre una masa de agua al ser más denso que ésta. Dentro de dicho depósito y sobre el petróleo queda encerrado el gas natural. Los pozos petrolíferos más profundos superan los 10.000 metros de perforación.
Una vez se extrae el petróleo crudo hay que transportarlo, almacenarlo y, sobre todo, refinarlo, pues es un compuesto de diferentes hidrocarburos que pueden dividirse en hidrocarburos más simples: gasolina, gasóleo, alquitrán, asfalto, aceites, queroseno, éter de petróleo (nafta), y gases (propano, butano, metano y etano).
El proceso de refinado del petróleo consiste en la destilación fraccionada. Esta destilación comienza cuando el petróleo bruto se canaliza a través de un horno donde se calienta hasta los 400ºC antes de depositarse en una torre de destilación en la que los hidrocarburos se van separando por temperatura sobre bandejas de destilación.
En cada nivel, los hidrocarburos se condensan y caen en las bandejas. Los compuestos con mayor temperatura de destilación quedan depositados en las bandejas inferiores mientras que los más ligeros hacen lo propio a menor temperatura en las superiores. Posteriormente, la gasolina puede someterse a un proceso adicional de refinado para mejorar el octanaje.
Después del refinado cada carburante se somete a diferentes procesos para conseguir el producto final diseñado por cada compañía, con los aditivos asignados para su comercialización. Con el producto terminado, los combustibles se reparten a los correspondientes puntos de distribución y llegan a las estaciones de servicio, listos para ser repostados en nuestros coches.
Fuente: https://www.motorpasion.com/