Los modelos utilizados por la Comisión Europea muestran que no existe una única solución de combustible para el futuro, en su lugar, se requieren múltiples combustibles y otros vectores energéticos en paralelo. La industria pesada confía cada vez más en el e-gas y biogás.
En el sector del transporte, cada tipología requerirá diferentes mezclas de electrificación y varios tipos de ecocombustibles. La Comisión Europea plantea que los vehículos ligeros de carretera en 2050 podrían funcionar en un 80% con energía eléctrica y en un 16% con pilas de combustible de hidrógeno. La prioridad de los e-fuels y biocombustibles radica en el transporte de mercancías por carretera, la aviación y el marítimo, ya que las soluciones alternativas (en particular electrificación) son más difíciles en estos subsectores del transporte, reconociendo que en 2050 será imposible la descarbonización completa de estos sectores.
Valor agregado bruto y crecimiento
Pero la importancia de los biocombustibles líquidos no queda solo ahí. En 2017, la bioeconomía de la UE27 empleó a alrededor de 17,5 millones de personas y generó aproximadamente 614.000 millones de euros de valor añadido, lo que representa alrededor del 8,9% de la población activa de la UE27 y el 4,7%
del PIB de la UE27.
El empleo directo e indirecto generado por los biocombustibles líquidos ha crecido en la última década, llegando a 248.000 puestos de trabajo en 2018. Se producen puestos de trabajo adicionales en los sectores agrícola y forestal de difícil cuantificación.
Los biocombustibles (bioetanol y biodiésel) representaron 3.000 millones de euros de valor añadido. Desde 2008, el valor aña-dido de biocombustibles ha crecido un 38%.
Existen 40 empresas dentro de la UE con instalaciones avanzadas de biocombustible en producción, en construcción o planificadas.
Retos tecnológicos y de mercado
Según José Ramón Freire, Director General BIO-E, los biocombustibles no dependen de ninguna de las materias primas críticas y, dado que se pueden producir en toda la UE, es posible reducir la dependencia extranjera a través de cadenas de valor locales y regionales.
Alcanzar las expectativas para 2050 requiere una ampliación drástica de la capacidad de producción de combustibles renovables. La producción de estos biocombustibles avanzados tendría que expandirse de 1,8 Mt actuales a aproximadamente 40 Mt para 2050. Esto requiere demostraciones a gran escala y plantas de producción comercial en 2030.
La producción de biocombustibles avanzados está limitada por la disponibilidad de una materia prima. La Directiva sobre energías renovables tiene como objetivo garantizar que la biomasa se produzca de manera sostenible y, por lo tanto, la contribución de biomasa convencional está limitada para evitar competencia con la producción de alimentos, se establecen criterios de sostenibilidad para evitar que la degradación y daño a la biodiversidad. Mantener estos criterios también implica que existe un límite al potencial para aumentar la biomasa de manera sostenible.
Se reconoce en el estudio que el suministro sostenible de materias primas será, por tanto, un desafío cada vez mayor. Para ayudar a abordar este desafío, la I+i puede contribuir a la integración de la materia prima de biocombustible avanzada con otras tierras (por ejemplo, sistemas agroforestales), así como el uso de materias primas que ayuden a la conservación del suelo, a remediar el abandono del campo y solventar el problema de las tierras degradadas. De esta manera, puede ser posible aumentar la materia prima sostenible, suministro al tiempo que contribuye a otros objetivos de sostenibilidad, como la conservación del suelo y mejora de las condiciones socioeconómicas rurales.
Se indica que el apoyo a la I+D también puede ayudar a reducir los riesgos de la inversión privada. Sin embargo, incluso con estas medidas, los costes probablemente seguirán siendo más altos que los de los biocombustibles convencionales y los combustibles fósiles. Se alerta de que para equilibrar el mercado se requerirá de mayores incentivos a la producción y al consumo ya que la UE corre el riesgo de quedarse atrás del resto del mundo.
Fuente: http://www.asepa.es/
Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)