El exceso de velocidad es una de las infracciones de tráfico más reiteradas y contra la que la DGT lleva años combatiendo por medio de la proliferación incesante de radares. Los hay de múltiples tipos (en cascada, fijos, de tramo, etc), siendo los radares móviles unos de los más versátiles dada la facilidad para desplazarlos y el desconocimiento de su ubicación exacta por parte de los conductores.
La propia DGT actualiza frecuentemente su listado de radares con la ubicación de todos los cinemómetros fijos, sin embargo, en el caso de los móviles tan solo revela el tramo kilométrico en el que suelen estar situados, lo que no implica que eso sea así siempre.
Los agentes de Tráfico los cambian frecuentemente de emplazamiento dada su facilidad de instalación en cualquier punto de la vía – con el radar Velolaser como gran referente en este sentido dado su reducido tamaño -, por lo que detectarlos no siempre es sencillo.
A pesar de ello, SPG talleres, propiedad del Grupo Serca, ha recopilado los tipos de tramo en los que es más frecuente encontrar radares móviles ubicados y, por ende, las zonas en las que es más posible ser multado si excede la velocidad máxima permitida:
- En autopistas y autovías, a 10 kilómetros de las salidas de las grandes ciudades. ¿Por qué a 10 kilómetros? Porque es la distancia media en la que ya no encontramos embudos de entrada y salida, el tráfico es más fluido y comenzamos a confiarnos ante las grandes rectas que nos esperan.
- Zonas de cambio de velocidad. Al abandonar las autopistas o autovías y entrar en una población, es habitual mantener durante unos metros y de forma inconsciente una velocidad por encima del límite tras haber estado varios kilómetros rodando a 120 km/h. Una acción que pone en jaque la seguridad vial y que puede ser combatida también con radares móviles.
- Puentes o quitamiedos: Es frecuente encontrarlos también ubicados en puentes u ocultos tras los quitamiedos, frecuentes en vías como la A-66, la A-4 a la altura del aeropuerto de Sevilla (donde se conjugan todos los factores para situar un radar: entrada a una gran ciudad, incorporaciones y cambio de velocidad, etc.), la A-3 a la altura de Requena o la AP-7 a la altura de Alicante, entre otros muchos.
- Enlaces de autovías con diferentes limitaciones de velocidad. Es frecuente que los radares móviles se sitúen en intercambios de autovías donde las limitaciones de velocidad son distintas. Es el caso, por ejemplo, del enlace de la A-6 con la AP-9, en La Coruña, donde se debe reducir de 120 a 80 kilómetros/hora.
- Tramos de autovía con velocidad reducida. En la misma línea que el caso anterior, es probable que un radar móvil se sitúe en tramos en los que, a pesar de situarnos en la misma autovía, debemos reducir la velocidad.
Es el caso de las salidas de los túneles, sobre todo aquellos que concentran más tráfico, como es el caso de los túneles de Piedrafita en la A-6, los túneles de Ribadesella en la A-8, o los túneles de Vallvidrera en la C-16, a la altura de Barcelona.
Las ubicaciones exactas de los radares móviles no siempre son un secreto
Hay que tener en cuenta que esto son solo lugares frecuentes donde los automovilistas que pisan el acelerador más de la cuenta suelen verse sorprendidos, si bien es habitual que a través de diversas aplicaciones, como SocialDrive, se revelen la ubicaciones exactas de los cinemómetros móviles.
De hecho, hace tan solo unos días, los usuarios de dicha app descubrieron dónde habían estado ubicados los radares portátiles con los que la DGT ha controlado la velocidad en la Fase 0 de la desescalada.
Asimismo, los avisos de los radares también llegaron a Google Maps, y sembraron la duda sobre si lo agentes pueden multar a un usuario por notificar de la presencia de dichos artilugios en las calzadas.
En cualquier caso, lo adecuado es cumplir con la normativa que, en el caso de los turismos, establece los siguientes límites de velocidad: 120 km/h en autovía y autopista, 90 km/h en carretera convencional y 50 km/h en vías urbanas.
Fuente: https://www.motorpasion.com/