Como puede verse en el film, las unidades Chrysler Pacifica dotadas con esta tecnología se detienen delante del cliente que ha demando el servicio y, una vez abre la puerta, da la bienvenida y acto seguido recuerda que en "este coche no va nadie al frente".
De hecho, pide a las personas que van a bordo "no tocar el volante o los pedales durante el viaje". La ruta se muestra en tiempo real en los monitores que hay en la parte posterior de los reposacabezas de las plazas delanteras.
Un viaje sin conductor, pero vigilado de forma remota
Waymo ha hecho así completamente accesible un servicio que si bien solo lo han podido experimentar unos cuantos ciudadanos estadounidenses, sí lleva tiempo operando en las carreteras.
Tras desembarcar sus coches autónomos en Phoenix en 2017, su servicio de transporte público, Waymo One, llegó a finales de 2018 aunque por entonces de forma reducida. Sólo estaban disponibles para un grupo limitado de usuarios en la zona metropolitana que tuvieron que firmar contrato de confidencialidad durante las pruebas de estos años para no compartir nada acerca de cómo es la experiencia o el rendimiento del sistema autónomo.
Un secreto que ahora ya sí es público, aunque solo pueden seguir solicitándolos las personas que ya eran usuarios del servicio Waymo One (la app se puede descargar para Android e iOS). "Durante las próximas semanas daremos la bienvenida a más personas directamente al servicio a través de nuestra aplicación", asegura la compañía.
El coche autónomo de Waymo completa trayectos en una área que abarca un radio de 50 millas (unos 80 km) en el Área Metropolitana de Phoenix y que, se sobreentiende, tiene perfectamente mapeada y trazada para facilitar la labor de los radares, cámaras y sensores con los que cuenta.
Los recorridos se completan sin un conductor de seguridad en la parte delantera, algo que ya comenzó a probar en Chandler (Arizona, Phoenix) en 2017 y que se extendió en toda California tras lograr la pertinente autorización.
No obstante, no circulan solos a su libre albedrío. Los Chrysler Pacifica utilizados gozan de un nivel 4 de conducción autónoma (de momento los coches que se comercializan ofrecen como máximo un nivel 2 de autonomía), es decir, cuentan con un sistema de respaldo para actuar en caso de fallo del sistema principal y poder conducir hasta una situación de riesgo mínimo.
Y es que Waymo tiene un equipo de empleados remotos que observan las transmisiones en tiempo real de las ocho cámaras de cada vehículo y pueden ayudar, con solo presionar un botón, si el software se encuentra en un lugar difícil y necesita un ojo humano para descubrir qué está sucediendo, apunta The Verge.
Pese a ello, John Krafcik, director ejecutivo de Waymo, asegura que "a corto plazo, el 100% de nuestros viajes serán totalmente autónomos", algo que deberá ser avalado también por la legislación de cada territorio.
Por lo pronto, Waymo asegura que entre el 5% y el 10% de los viajes que han hecho en 2020 han sido completamente sin conductor, aunque por el momento no cifra el total de usuarios o viajes de estas características.
A finales de 2016, Waymo hizo su primer viaje con un coche autónomo y desde entonces ha ido mejorando su sistema hasta considerar, menos de cuatro años después, que ya está listo para abrirlo al público general.