La cuarta generación del SEAT León, que se acaba de llevar las cinco estrellas de Euro NCAP, apunta maneras para volver a ser en 2021 el compacto más vendido.
Para lograrlo se ha llenado de luz: luz en el interior, recorriendo el perfil del salpicadero, y en el exterior con unos grupos ópticos 100 % LED. Para poner el sistema a prueba, el equipo se ha llevado al nuevo modelo a uno de los lugares con menos contaminación lumínica de Europa: la reserva Dark Sky Alqueva, en Portugal.
800 horas ‘a oscuras’
La reserva Dark Sky Alqueva, en mitad del Alentejo, es un paraíso de 3.000 km cuadrados para cualquiera -y por desgracia serán muchos- que no recuerde cuándo fue la última vez que contempló un cielo estrellado.
En esta área protegida, donde la marca de Martorell se ha ido a probar la iluminación del León, se puede observar la Vía Láctea, Orión, la Osa Menor y Mayor y todas las constelaciones que las ciudades nos esconden.
El equipo de ingenieros ha trabajado aproximadamente 2.500 horas en el diseño de los grupos ópticos de la cuarta generación del SEAT León. Y durante otras 800 horas los han probado en la oscuridad, bien la del túnel óptico, en el que se recrean las condiciones de conducción nocturna, o en las carreteras de los cuatro puntos cardinales.
“Para nosotros son básicas las pruebas en climas extremos. En zonas cálidas para comprobar la funcionalidad electrónica y en el frío para validar las distribuciones ópticas sobre las acumulaciones de hielo”, explica el responsable de Desarrollo de Iluminación y Señalización de SEAT, Carlos Elvira.
La tecnología LED que equipa el compacto permite que la luz de cruce tenga un alcance de 70 metros, y esto se consigue condensando cientos de LED en una superficie muchos más pequeña que antes. A su vez estos LED se accionan por drivers para poder controlar todos los grupos ópticos.
Además de por su potencia y su mayor flexibilidad de hacia dónde, cómo y cuándo dirigir el haz de luz, la de LED destaca por ser mucho más blanca que la de las tecnologías de iluminación anteriores. Con una temperatura de color de 5.000 grados Kelvin se asemeja mucho más a la del espectro solar, permitiendo identificar mejor la forma y color de los objetos que nos encontramos.
Un diodo de LED responde 150 milisegundos más rápido que una lámpara de incandescencia. Esto permite, por ejemplo, que circulando a 120 km/h el conductor que nos sigue vea la luz de freno a cinco metros.
También en el interior, como pudimos comprobar con el nuevo SEAT León e-HYBRID, las luces cumplen un propósito de seguridad al indicar si es seguro realizar un cambio de carril, si se nos acerca un vehículo por detrás o si nos hemos dejado una puerta abierta.
El fabricante va a incorporar además una nueva finalidad que hará que la intensidad de la luz del arco que ilumina la parte superior del salpicadero se intensifique a medida que aceleramos, para alertarnos de la velocidad.
Fuente: https://www.motorpasion.com/